Chris Evans

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Actuaba extraño, desde hace dos semanas estaba actuando de una manera totalmente diferente, pero lo dejaba pasar, pues la femenina creía eran paranoias suyas. Esa mañana no fue un día soleado, no lo fue. Fue uno gris, con nubes muy densas y de color oscuro, dando una grata revelación de que era más que seguro que ese día un aguacero caería en su hogar.

La rubia tomó su bolso y caminó escaleras abajo, donde encontró a Chris, estaba usando el teléfono celular y por lo que alcanzó a notar estaba escribiendo un mensaje. Ella sonrió al verlo.

—Cariño -inmediatamente, Evans bloqueó el celular y lo puso en la mesa con la pantalla hacia abajo-, yo... voy a la manicura, me han cambiado mi hora, ¿está bien?

—Sí, sí, está perfecto porque yo... yo tengo muchísimo trabajo pendiente, entonces está bien, sal y diviértete, amor.

La femina se acercó hasta los labios del masculino, él se tuvo que agachar solo un poco para sus labios se encontraran con más facilidad. Después de dar por terminado el beso, __________ tomó las llaves de su carro y salió de su hogar.

Manejó tranquilamente por las calles, pero algo en ella le decía que estaba raro, sobre todo el como Chris había reaccionado y dejado su celular, no quiso darle más vueltas al asunto, prefirió dejar esos horribles pensamientos de lado y mejor disfrutar la cita con su manicurista.

Estaba manejando de vuelta a casa después de haber estado dos horas fuera de la misma

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Estaba manejando de vuelta a casa después de haber estado dos horas fuera de la misma. Iba escuchando música tranquilamente, cuando una llamada entrante la tomó por sorpresa. Respondió segundos después al ver de quién se trataba.

—¡Holaa!

—¡Hey, hola, nena, ¿cómo estás?

—Estoy bien, Scottie, gracias por preguntar, ¿qué tal tú?

—Estoy bien, muy bien. Oye, ¿Chris está ahí contigo? Es que le he marcando a su celular pero no contesta las llamadas.

—No, Chris está en la casa, yo tuve que salir, pero ya voy de camino. No te respondió probablemente porque sigue con su trabajo, antes de salir me comentó que tenía trabajo atrasado por montones.

—Vale... de acuerdo, dile que me llame cuando lo veas, adiós.

—Adiós.

Colgó la llamada, su corazón latía y dolía, la boca de su estómago la hizo sentir escalofríos, y una ansiedad la recorrió todo el cuerpo. Bajó la ventana del auto, importandole poco el enorme frío que hacía. Eso era lo que necesitaba, algo fresco para cortar y dejar de lado las malas sensaciones. Respiró profundo unas cinco veces, se repetía mentalmente que solamente era su imaginación, que había una explicación totalmente coherente para esos malos entendidos.

Llegó hasta su casa, bajó del auto, tratando de no correr hasta la puerta, pues por más que ella intentaba controlarse, simplemente le era muy difícil. Abrió la puerta.

One Shots. (Steve Rogers/ Chris Evans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora