Capitulo 4 ~De Vuelta en Casa~

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El tren llegó a la estación con un suave chirrido. Chizuru tomó su equipaje y salió del tren, y Kazuya hizo lo mismo. Antes de separarse, se despidieron de Kibe y Kuribayashi. La abuela le ordenó a Kazuya que acompañara a Chizuru a su casa. Kazuya accedió, pero su mirada indicaba claramente que desearía no hacerlo. Ruka también se ofreció a acompañarlos, para no darles la oportunidad de reconciliarse. Kazuo, Harumi y Nagomi se despidieron de su hijo, de Chizuru y de Ruka, y los tres Kinoshita salieron de la estación.

De camino a casa, Ruka tomó el brazo de Kazuya, y él no intentó liberarse. Chizuru, aún molesta, volvió la mirada. Varios metros antes de llegar a su edificio, Kazuya se detuvo, y Chizuru y Ruka hicieron lo mismo. Kazuya le dijo a Chizuru que se adelantara. Chizuru recordó que le había pedido no llegar al mismo tiempo al edificio. Aunque estaba molesta, no quería que Kazuya y Ruka se quedaran solos. Miró a Kazuya, pero él no le regresó la mirada. Chizuru se volvió a enfadar, dio media vuelta y siguió caminando.

Chizuru llegó a su apartamento, abrió la puerta y se dispuso a entrar. Al mirar el apartamento de Kazuya, observó la puerta y recordó que en ese mismo lugar Kazuya le había dicho que la quería solo a ella (como novia de alquiler). Sus mejillas se sonrojaron y susurró algo como "idiota". Volteó de nuevo, esta vez a la planta baja, y recordó cuando Kazuya estuvo a punto de confesarse. No pudo controlarse; su rostro se puso completamente rojo y su cuerpo se acaloró. Oyó pasos acercarse y trató de recobrar la compostura. Kazuya llegó a su departamento; Ruka ya no estaba con él. Kazuya se detuvo frente a su apartamento, y Chizuru, aún molesta, abrió la puerta del suyo. Estaba a punto de entrar cuando Kazuya la llamó. Ella se detuvo y lo miró. Kazuya, inclinado hacia adelante, la tomó por sorpresa. Se disculpó por la molestia que le causó tener que aceptar el viaje. Chizuru, aún enojada, le dijo que no importaba y le pidió que a partir de ahora le prometiera que ese tipo de cosas no sucederían de nuevo. Kazuya le aseguró que no tendría que preocuparse de que eso volviera a pasar. El enojo de Chizuru parecía desvanecerse, y estaba a punto de preguntarle algo, pero en ese momento Kazuya le agradeció y entró en su apartamento.

Chizuru estaba completamente confundida; no esperaba eso. Su enojo volvió, y también entró en su apartamento. Era de noche, y Chizuru salió al balcón para tomar aire. Miró al departamento de Kazuya, donde las luces estaban apagadas. No entendía la actitud de él. Suena su teléfono; Chizuru lo revisa y ve un mensaje para una reservación de cita. Por un momento, pensó que sería de Kazuya, pero era de una persona desconocida. Chizuru suspiró y, con paso decidido, se dirigió a su armario para seleccionar la ropa que usaría ese día. Encontró la ropa que había usado cuando conoció a Kazuya, se puso nerviosa y rápidamente la guardó en el armario.

El día de la cita llegó. Chizuru, como siempre puntual, activó su modo novia y se reunió con su cliente desconocido. La gente los miraba con curiosidad, y ella pudo escuchar murmullos de admiración a su alrededor. Su cita la llevó al cine y luego a cenar. Chizuru, manteniendo su actitud profesional, tomó la mano del cliente. Aunque él se sorprendió y parecía contento, Chizuru experimentó una sensación extraña e incómoda. Deseaba soltar la mano del cliente tan pronto como la había tomado. A pesar de su malestar, se esforzó por mantener el contacto, sin entender por qué le resultaba tan molesto. Tomar la mano de un cliente era parte de su trabajo y nunca le había causado inquietud antes.

Mientras caminaban por la acera, Chizuru vio a lo lejos a alguien que no quería encontrarse ese día: Kazuya. Impulsivamente, sin saber exactamente por qué, se dirigió en la dirección opuesta, alegando querer mostrarle al cliente un lugar que le gustaba. Chizuru no comprendía su propia reacción. Aunque ya había visto a Kazuya en otras ocasiones mientras estaba con otros clientes, era él quien desviaba la vista cada vez que la encontraba con alguien. Ahora era ella quien no quería que Kazuya la viera trabajando. Se sentía completamente avergonzada, con el rostro más rojo de lo habitual, lo que solo incrementaba su incomodidad. El cliente notó su estado y, con una sonrisa comprensiva  que era linda .Chizuru, intentando sonreír a pesar de su incomodidad, se preguntó si su reacción tenía algo que ver con el encuentro inesperado con Kazuya.

De vuelta en su departamento, Chizuru estaba sentada de espaldas a su puerta. Su vergüenza parecía no desaparecer, y no entendía por qué se sentía así. Pensó en el miedo que sintió al ser vista por Kazuya. Con la intención de quitarse el calor y la vergüenza, tomó una ducha, se preparó para dormir y apagó las luces. Su vergüenza se incrementó aún más.

kanojo okarishimasu: El amor de Chizuru (temporada 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora