¿Cuántas lágrimas puede derramar una persona? Se preguntaba el hombre que miraba hacia el cielo. ¿Cuántas veces debo llorar para olvidarme de ese sentimiento? Se cuestionó. ¿Por qué estoy aquí en primer lugar? De entre todos los lugares, ¿por qué justamente este? No lo entendía. ¿Realmente quería olvidarla? Las lágrimas no cesaban. ¿Por qué no puedo culparla? No podía odiarla.
Sentado en la hierba oscura, escucha su nombre. A metros de él, alguien lo llamaba. Kazuya se pone de pie rápidamente; no esperaba ver a esa persona en ese lugar.
-----------------Chizuru caminaba hacia su departamento, completamente distraída. Su corazón palpitaba apaciblemente, y sus mejillas seguían rojas; aún pensaba en él, en todo lo que había reflexionado esa noche. ¿Cómo lo manejaría? Jamás había estado en una situación parecida, ni siquiera sus clases como actriz le ayudarían en ese momento. Ya había actuado como pareja romántica, pero jamás había sentido atracción por algún colega.
Sabía de personas que se habían enamorado, pero jamás había indagado sobre esa sensación. Sin embargo, estaba segura de que lo que sentía en ese momento debía ser algo similar. Involuntariamente, Chizuru abrazó su bolso mientras pensaba en Kazuya. Quería verlo; no solo para disculparse, sino también para transmitirle sus sentimientos. Se preguntaba cuánto le costaría a Kazuya declararse de nuevo (o intentarlo, más bien). Chizuru sabía que no debía ser caprichosa. ¿Cómo respondería él? Ese momento de calma se disipó tan rápido como el viento se lleva las hojas. El miedo la invadió; temía ser odiada por el hombre del que se había enamorado. Abrazó con mas fuerza el bolso. ¿Qué haría si eso sucedía? ¿Así se habría sentido él? Había decidido no escapar. ¿Dónde podría buscarlo? ¿Le había dicho a alguien? Chizuru se atormentaba en su mente.
Chizuru llega a su edificio y pasa frente al departamento vacío. Tras observarlo durante unos segundos, toma una decisión y da media vuelta para tocar una puerta. Al escuchar pasos, la puerta se abre y se encuentra de inmediato con la mirada rencorosa de Yaemori. Ha ido al departamento de Yaemori, que la recibe con frialdad. ¿Qué quieres? pregunta Yaemori. Chizuru, algo tímida, responde con un saludo. ¿Dónde está Kazuya-san? pregunta sin rodeos. Yaemori, con las manos en la cintura y aún con su disfraz de gato, la cuestiona sobre por qué debería saberlo. ¿Por qué debería saberlo? repite. Chizuru duda por un momento, pero le explica que, al ser la última en hablar con él, tal vez podría tener información. Yaemori cruza los brazos y le dice que está equivocada. Estás equivocada. ¿Cuál es la razón de tu búsqueda? le pregunta. Chizuru, visiblemente nerviosa, tiene el rostro contraído de vergüenza y balbucea. Yo... yo... yo... es lo único que logra decir mientras sus manos tiemblan y se encoge de hombros. De repente, un grito de Yaemori resuena en la noche, haciendo que Chizuru casi sufra un infarto y caiga al suelo. Yaemori, completamente emocionada, la señala con entusiasmo.
Dentro del apartamento de Yaemori, ella le pregunta a Chizuru si al fin ha aceptado estar enamorada. Chizuru no contesta; para ella, en ese momento, el piso resulta fascinante. Yaemori suspira. Era evidente, no necesitaba escuchar la respuesta. Luego, le pregunta a Chizuru qué hará cuando lo vea. El miedo vuelve a invadirla, ya que su principal objetivo es disculparse. —Y el segundo... el segundo...— Chizuru está tan roja y abochornada que, en la época de la industrialización, habría sido el tren de vapor más popular del momento.
Yaemori, feliz, le dice a Chizuru que la ayudará a buscarlo, ya que también quería ver a su "mastah". Chizuru la mira afectuosamente, sintiéndose feliz al saber que Kazuya tiene buenos amigos. No solo ella se había dado cuenta de la maravillosa persona que era, sino que otros también lo habían notado, incluso antes que ella. Se había ganado la confianza de mucha gente igual de maravillosa, dispuesta a apoyarlo si lo necesitaba. Así tenía que ser, pensó ella; de otra manera, no se habría enamorado de él. Por un momento, Yaemori creyó ver vapor salir de los oídos de Chizuru.
Chizuru recupera la compostura y pregunta a Yaemori si sabía que Kazuya se iba a ir. Yaemori evita mirarla a los ojos y, lenta y cautelosamente, confiesa que fue ella quien sugirió y convenció a Kazuya de dejar su departamento. Sabía que si "mastah" estaba cerca de Chizuru, jamás podría recuperarse. Chizuru pensó que la vena de su sien había cobrado vida propia, Chizuru mira a Yaemori mientras esta se tumba al suelo asustada de lo que podría pasar, los ojos de Chizuru parecían los de un Leon apunto de devorar a su presa de la manera más brutal posible, Yaemori estaba a punto de llorar.
Chizuru toma su mano y le da las gracias. Yaemori está confundida, y Chizuru le explica que, de no haber sido por ella, jamás se habría dado cuenta de lo que sentía. Todo había sido gracias a Yaemori. Esta sonríe avergonzada..
Ni Chizuru ni Yaemori se percataron del infierno que estaba a punto de desencadenarse. Las paredes temblaban, el piso se estremecía y la oscuridad se cernía sobre ellas. La puerta del departamento se abrió violentamente. Al ver quién apareció, Chizuru y Yaemori ahogan un grito.
Yaemori está a punto de llorar del terror. Sus ojos tiemblan y su boca se contrae sobre sí misma. Siente que la muerte se acerca mientras su mensajero le dice espectralmente:
—A SI QUE TU ERES LA CULPABLE DE TODO MALDITA ENANA—.
Ruka estaba al pie de la puerta lista para llevar acabo su juicio divino contra Yaemori; Sus ansias de sangre Fulguraban de forma asesina en sus ojos.
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kanojo okarishimasu: El amor de Chizuru (temporada 1)
FanfictionLo escrito a continuación toma lugar a partir del capitulo 190 del manga de Kanojo Okarishimasu, esto es solo es tomado como una versión alterna. Chizuru Mizuhara aun no entiende sus sentimientos por Kazuya lo que la lleva a decir mentiras y a heri...