Unhealed Wounds L.s [Omegaverse]

Capítulo II*

Miró la luna en lo más alto del cielo, acompañada de las brillantes estrellas que formaban hermosas figuras abstractas entre sí. Lo admiró. Admiró la noche y las estrellas, por que Louis no sabía en qué momento no se despertaría una vez más para vivir en este mundo, así que lo disfrutaría.

Sus pasos siguieron en un ritmo constante por las oscuras calles de la ciudad. Visualizó el grafiti en las paredes del callejón y sonrió. Era bonito el arte callejero por más que provocará escalofríos en su piel.

Escuchó una voces graves detrás suyo y frunció el ceño. Se adentraba a lo oscuro del callejón donde no había luz más allá de la luna. Sintió su estómago revolcarse al sentir tres olores fuertes. Le causaban asco por lo tóxicos que se sentían.

Sintió un deja vu. Su mente automáticamente pensó en correr, pero su cuerpo tenía otros planes. Sus pies seguían caminando, por más que intentaba correr, no podía lograrlo. Estaba atrapado en su propio cuerpo.

Las voces se acercaban más y más. Podría jurar que estaban a tan solo unos metros. Sintió miedo, mucho miedo. Sabía que le pasaba a los omegas solitarios en lugares así.

El mundo estaba tan mal, que los omegas sentían miedo con solo salir a la calle. Miedo de ser abusados, miedo de que les silven y falten el respeto.

Louis quiso no pensar lo peor y mantener la calma. No lo logró. El sentimiento de deja vu no lo dejaba en paz.

Las voces pertenecientes a tres alfas estaban tan cercas que las podía sentir en su cuello. Sintió como las manos de los alfas pasaban por su cuerpo. Lo habían agarrado. El toque se sintió tan real que no tuvo más que hacer que llorar.

Lloró y gritó que lo soltaran, que lo dejaran en paz. Que por favor no le tocarán. Por que cada toque lo hacía sentir mucho más sucio y dañado. Los alfas se reían y el seguía gritando entre jadeos que lo soltaran, seguía llorando.

Sintió como dejaba de respirar, se sintió ahogado. Trató de conseguir aire de alguna u otra forma pero no lo logró, empezaba a ver negro.

Sonó la alarma del despertador y Louis se despertó en medio de jadeos y lágrimas en sus ojos. El llanto no cesaba y él llevó una mano a us pecho para tratar de respirar adecuadamente y tranquilizarse.

Ese sueño que se repetía desde hacía meses no lo dejaba en paz. Él sólo quería poder respirar y sentirse en calma por una sola vez en meses.

Se levantó de su cama y se dirigió al baño donde lavo sus lágrimas. Entró a la ducha y sintió relajación. Tomar una ducha siempre le ayudaba a sentirse un poco mejor.

Salió del baño con un paño en su cintura y empezó a buscar su ropa en medio de todas las cajas de la mudanza.

Escuchó una llamada y buscó su celular con la mirada. Lo encontró en la mesita a la par de su cama. Se acercó y lo tomó.

El nombre de "Helm" se leía en la llamada. Aceptó la llamada y lo acercó a su oreja.

—Buenos días, doctor Tomlinson, que bueno que contesta—. Habló la rubia desde la otra línea.

—Buenos días. ¿Qué necesitas Helm?—. Louis no pretendía ser grosero, es solo que necesitaba que fuera al punto.

—Leo despertó, necesitan que vengas lo antes posible para que lo revises.

Louis sonrió, esas si que eran buenas noticias. Al menos algo salía bien.

—Voy para allá. Espérame en su habitación con sus estudios de anoche y hoy—. Colgó y se apresuró para llegar al hospital lo antes posible.