Capítulo 5

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No suelo despertar muy temprano los domingos, mucho menos después de haberme acostado tarde anoche. Soy más del tipo de personas que duermen la mañana. Pero hoy, no sé porque, despierto temprano, a pesar de la hora en que me acosté. Aunque no sé si 8:30 am se considere temprano. Después de pasar por el baño, me pongo una ropa un poco más decente que la que llevo desde anoche. Se que mi compañero de piso debe estar durmiendo, y que supuestamente es gay. De acuerdo con Beth. Pero no creo que le guste ver a alguien, casi sin ropa alguna en medio de la cocina. Aunque anoche ya me ha visto así y no había comentado nada. Quizás no comentó nada para no hacerme sentir más mal.

En resumen, anoche no me había importado, hoy sí.

Así que salgo hacia la cocina. Como mismo supuse, no hay señales de mi compañero de piso por ninguna parte.

Por suerte.

Me acerco a la nevera en busca de lo necesario para preparar el desayuno. Y me encuentro con otra nota azul pegada en la puerta.

No hay problema.

Alex

Su mensaje es muy breve. Abro la nevera, saco huevos, leche, mantequilla y jugo. Y después abro la despensa en busca de harina.

Perfecto.

Tengo todo lo necesario.

Busco un bol, y comienzo a mezclar los ingredientes. Abro la nevera una vez más y encuentro mermelada de fresas y en un estante un pomo de miel de maple. Los saco y los coloco en la encimera. Sonrío mientras pongo la mezcla que he preparado en la wafflera. Preparo la mesa para desayunar y entonces me asalta una duda.

¿Debo llamarlo para que desayune? Sé que anoche me trajo antes de terminar su trabajo, pero. ¿A qué hora regresa normalmente? ¿Y si le toco a la puerta y se molesta por despertarlo?

¡Mierda!

Salgó corriendo hacia mi habitación buscando el teléfono. Marco el número de Beth mientras camino de regreso a la cocina. Sé que me va echar la bronca por despertarla tan temprano. Y por lo que sucedió anoche.

—Espero que sea de vida o muerte. —me dice con voz somnolienta.

—Por favor no te molestes conmigo, no tú también. —le digo en voz baja.

—¿Alex está molesto contigo?

—Sí. Por lo sucedido anoche.

—Me extraña, no lo vi enfadado anoche, además que, Lia, no fue tu culpa lo que ese imbécil eso. —es exactamente lo que él me dijo.

—Lo sé, pero no debí de haber confiado en un extraño.

—Eso es lo que sucede cuando llevas tanto tiempo lejos de los hombres. —me dice mientras la siento reír.

—¿Te estás burlando de mí? —le pregunto deteniéndome en medio de la sala.

—No, en lo absoluto, no quiero que descargues tu furia en mí.

Me echo a reír.

—¿Cómo amaneciste?

—Mucho mejor después de los cuidados de Alex anoche. —le contesto sinceramente.

—Si, el tiende a ser muy protector.

—Ya me percaté de eso. —le contesto mientras recuerdo el motivo de la llamada.

Y todas las preguntas se agolpan en mis labios y salen una detrás de otra sin poderlas detener.

—¿Le toco a la puerta para que salga a desayunar o espero que se levante? ¿A qué hora llega normalmente de su trabajo? ¿Y si se molesta por despertarlo?

Seducción©  ✔️(+18)#1 LentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora