Capítulo 20

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Mis dedos rozan el suave terciopelo negro de la caja. Vuelvo a mirarlo a los ojos. Tengo aún mis dudas.

—Te ayudará a conocerte a ti misma. — me dice con una sonrisa.

Vuelvo a mirar la caja. Respiro profundamente y la abro. Me quedo mirando impactada por un momento el pequeño objeto que hay dentro.

—Es un vibrador. —me dice en un susurro.

Sé lo que es, los he visto. Pero nunca, ni en mi más pervertida fantasía, se me ha ocurrido comprar uno. No soy una de esas mujeres que tiene un consolador guardado en la gaveta al lado de su cama para darse placer cuando están necesitadas. Trago en seco y aparto mi mirada hacia él cuando comprendo porque me lo está enseñando.

—¿Pretendes que lo use? —inquiero con curiosidad.

Pero Alex se queda mirando fijamente, analizando los gestos de mi cara. Acerca una mano y la desliza por mi mejilla, casi como si no tocara mi piel. Su caricia se siente tan suave como el terciopelo de la caja que acabo de abrir.

—¿Nunca has usado uno? —su pregunta me regresa a la realidad.

—No. —le contesto rápidamente.

—¿Has utilizado algún otro juguete sexual alguna vez? —me pregunta mientras yo siento mis mejillas arder aún más.

—No. —le digo sin apartar mi mirada de la suya.

Puedo ver la sorpresa reflejada en su rostro ante la respuesta que le estoy dando.

—¿Sabes que es el bondage?

—Sí. —le digo con una sonrisa.

—¿Has hecho algo de bondage?

—No. Que conozca el significado no quiere decir exactamente que lo haya practicado.

—¿Nunca has hecho nada de BDSM? —me pregunta ahora estupefacto.

—No.

Nunca he practicado esa clase de sexo. Del pervertido. Pero si he fantaseado con ello. Más recientemente cuando quería que el me atara con las vendas que se estaba colocando en las manos. No sé qué sentiría, ni siquiera sé si me atreveré a hacer algo de eso. Pero debe ser excitante verte atada y sometida a la voluntad de alguien mientras te poseen salvajemente.

—¿Has fantaseado con algo de eso?

—Sí.

—Cuéntame una de esas fantasías. —me dice mientras saca el vibrador de la cajita.

—He fantaseado con que me atas a la cama con tus vendas de kick boxing.

—¿De veras?

—Si.

—Que coincidencia. —me dice mientras me da una sonrisa y camina hacia su habitación.

Regresa un minuto más tarde con una camiseta negra puesta y con una de las vendas en las manos.

—Yo también tengo una fantasía Lia. —me dice mientras retuerce la tela entre sus manos.

Mientras hace eso, rememoro escenas de las novelas que he leído y de las películas que he visto, donde atan a alguien a la cama. Y rápidamente siento la humedad entre mis piernas.

—¿Me la vas a contar? —pregunto sin apartar la mirada de sus manos.

—Quizás algún día, no creo que estés preparada para lidiar con eso.

—Eso quiere decir que aún no la has cumplido.

—No, y suficiente de charla, ven. —me dice mientras toma mi mano y me lleva hacia él sofá. —La norma básica de una relación de este tipo, es la obediencia. Acuéstate. —me dice mientras yo hago lo que me pide.

Seducción©  ✔️(+18)#1 LentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora