Capítulo 9

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—¡Que! —grito escandalizada. —Si nos conociéramos creo que lo recordaría.

No creo que olvidara una sonrisa como esa, o ese porte tan elegante que tiene, o su cuerpo y estatura imponente.

—Disculpa, en realidad no nos presentaron oficialmente. Fue en una fiesta de beneficencia. En ningún momento pude apartar la vista de la chica del vestido azul. —me dice mientras me mira con una sonrisa.

Sé a qué vestido se refiere, al menos ese lo pude recuperar. Y recuerdo a que fiesta de beneficencia lo llevé.

—Esa fiesta no me trae recuerdos agradables. —le digo muy bajito mientras cojo mis cubiertos.

Acababa de comenzar de asistente de Laura. Fue la primera fiesta a la que asistí no me sentí muy cómoda en ese nuevo ambiente para mí. Aún me siento incómoda cada vez que voy a alguna.

—Para mí tampoco fue muy agradable la noche. Lo único bueno que sucedió en esa fiesta, fue el haberte conocido a ti. —me dice mientras coge sus cubiertos y comienza a cenar.

Y mientras comienzo a comer los deliciosos macarrones con queso y albóndigas no dejo de darle vueltas en mi cabeza al hecho de que estaba interesado en mi desde hace mucho tiempo. ¿Por qué nunca dijo nada? ¿Por qué no me buscó?

—¿Por qué no te acercaste a mí en la fiesta?

—Lo hice, pero no creo que te haya causado una buena impresión en aquel momento.

—¿Por qué no?

—Porque era gordo y estaba en un sillón de ruedas.

Dejo de comer. Ya sabía que era gordo. Pero no sabía que estaba en un sillón de ruedas.

—¿Qué sucedió? —repentinamente quiero conocer más de él.

Apenas conozco nada. Y ahora quiero conocer hasta el más mínimo detalle de su vida.

—No quiero amargarte la cena con ese tema, en otra ocasión. Cuéntame desde cuando trabajas para Laura. —me pide cambiando el tema de conversación.

—Ya llevo casi un año trabajando como su asistente. En realidad, soy la que más tiempo le ha durado. —le digo con una sonrisa orgullosa mientras me quedo pensativa por un momento.

Cuando comencé a trabajar para ella me hicieron las historias de las antiguas asistentes. Ninguna llegaba a la semana. Y así comenzaron a pasar los días y las semanas y los meses. Laura ha llegado a cogerme cariño.

Me le quedo mirando a Alex deseosa de conocer más sobre él.

—Beth me dijo que trabajas en un club por la noche, pero nunca imaginé que fuera al que asistimos esa noche. —pero entonces me quedo pensativa. —Pero no entiendo algo. —le digo mientras el me mira fijamente. —Si eres el dueño de este restaurante, ¿por qué eres guardia de seguridad en el club?

—En realidad, no soy guardia de seguridad ahí. —me dice con una sonrisa.

—¿Entonces qué haces exactamente en el club? —le pregunto con curiosidad.

Él me sonríe.

—No creo que estés preparada para conocer lo que hago en el club. —me dice enigmáticamente mientras continúa cenando.

En cuanto terminamos la cena, se abre la puerta y la cortina. El camarero retira nuestros platos y deja el postre en el centro de la mesa antes de retirarse dejándonos en privacidad nuevamente.

El postre es una sola cuña de pastel de chocolate y llega acompañado de una botella de sirope, también de chocolate, que Alex pone aparte. Cojo mi cubierto y corto un trozo del pastel que llevo a mi boca.

Seducción©  ✔️(+18)#1 LentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora