The Stripper | ᴘᴊᴍ + ᴊᴊᴋ

Capítulo 10: Le Café

Oí el ruido estridente del despertador al lado de mi cama, ¿Tenía que trabajar un Domingo? La respuesta era sí. En una hora, Jimin estaría esperándome en el lugar que habíamos acordado.

Me estiré recordando la noche pasada, una amplia sonrisa salió de mi rostro teniendo las imágenes de Jihyun en mis pensamientos. ¿Cómo podía hacerme sentir tanto? Recuerdo exactamente la sensación placentera al tocarlo, joder. Me sentía excitado al imaginar lo que sería al ser poseído por mí. Su aire superior se confronto al mío, y eso me hizo desearlo aún más.

"Deja de pensar en él, Jungkook", me dije mientras me levantaba de la cama al baño.

Minutos más tarde, estaba totalmente preparado, llevaba una sencilla camisa blanca juntos con unos pantalones y zapatos de vestir negros. No tarde mucho para aparcar a cuatro cuadras de mi apartamento, en "Le Café", posiblemente uno de los cafés que más había frecuentado durante mis años en Seúl. Parecía ser de París. El edificio tenía una arquitectura antigua pero muy bien conservada, en frente había numerosas mesas para los clientes que les gustaba el aire libre.

Entré en el establecimiento acogedor, ya que no estaba lleno, gracias a Dios. El lugar tenía un buen ambiente, los muebles de madera con accesorios grandes y un enorme balcón. En las paredes había varias mesas con imágenes de París, mapas, armarios con libros. Era un real pedazo de Paris en Seúl.

—. Jungkook, querido.— El hombre con canas me dijo acercándose.

—. Gerald, buenos días.— Le dije sonriendo.

—. Tan temprano aquí, ¿A qué debo el honor?.—

—. Necesitaba un lugar tranquilo para trabajar, y esta fue mi primera opción.—

—. Perfecto, ¿Estás esperando a alguien? Tengo una mesa en la parte de atrás, allí es demasiado tranquilo y le garantizo que nadie lo molestará.— dijo el hombre con su inconfundible acento Francés.

—. Sí, eso sería maravilloso. Estoy esperando a mi secretario.—

—. Creo que él ya llegó. Vi a un chico muy guapo caminando por aquí, y estoy seguro de que nunca lo he visto antes.—

—. ¿Dónde está él?.—

—. En el balcón, sabes tenemos una gran vista del parque de frente.— hablo con orgullo.

—. Absolutamente, Gerald. Envía a alguien para atendernos, ¿De acuerdo?.— El hombre me sonrío y me llevó a la mesa donde Jimin podría estar, y no estaba equivocado, era él. El chico estaba concentrado leyendo un libro en sus manos, tan pronto como me vio, se levantó rápidamente de su silla con una sonrisa.

—. Buenos días, señor Jeon.— él estaba vestido diferente a otros días. Tenía puestos unos jeans claros, que marcaba las líneas de sus piernas, además de un suéter color pastel. Su cabello no estaba tan peinado como de costumbre, incluso podía decir que estaba ligeramente ondulado, moldeando su cara fina, cubiertos por unas gafas sencillas. Se veía hermoso como siempre.

—. Buenos días, joven Park.—

—. Permítanme llevarlos a una mesa más reservada.— dijo Gerald, mientras nos llevaba hasta el final del café, donde había una mesa solitaria cerca de la enorme ventana vidriada.

—. ¿Qué les sirvo?.—

—. Lo de siempre Gerald.— dije sentándome en la mesa.

—. Creo que voy a necesitar el menú.— dijo Jimin sonriendo.

—. Permettez moi de vous aider allé (Permítame ayudarlo).— Gerald le dijo educadamente mientras le entregaba el menú a Jimin.

—. Deberías probar el croissant de aquí, son los mejores de Seúl y el chocolate caliente es aún mejor.—