The Stripper | ᴘᴊᴍ + ᴊᴊᴋ

Capítulo 2: Bienvenido a Seúl

Seúl, Corea del Sur, 8:34 P.M.

Me había olvidado de lo caliente que era Seúl en estas temporadas, acostumbrado al clima frío de Europa, este clima era extraño para mí. Mientras me quitaba el abrigo, camine entre la gente que estaban dirigiéndose de un lado para el otro, pegados a sus celulares con conversaciones entretenidas, acomodé mi cabello con la mano mientras me ponía los lentes de sol en el rostro, me dirigí a la salida del aeropuerto de Seúl logrando divisar a un mercedes negro.

—. Buenos días, señor Jeon.— El conductor habló cortésmente.

—. Buenos días, Eunwoo.— hable entrando en el carro. Dentro del coche había una temperatura regular gracias al aire acondicionado.— ¡Oh por Dios! ¿Desde cuándo Seúl es tan caliente?.— murmure dejando caer mis pertenencias en el asiento.

—. Siempre señor, el clima aquí siempre fue caliente.— escuche a Eunwoo decir en medio de una risa baja.— Perdón por preguntar, pero ¿Cómo está su padre?.—

—. ¡Tienes razón! me he olvidado de cómo son las cosas aquí.— dije en voz baja mientras me acomodaba en el asiento del coche.— Él está bien, está en Busan con mi familia.—

—. ¡Eso es genial! Me agrada el señor Jeon! ¿A dónde lo debo llevar?.— Preguntó mirando por el espejo retrovisor.

—. A mi nuevo apartamento Eunwoo, sigue el camino derecho yo te iré dando la dirección.— Él asintió dejando aquel lugar.

Mirando por la ventana del coche viendo las calles de Seúl, podía recordar mis tiempos cuando viví aquí, y que buenos tiempos diría yo. Conocía la cuidad como la palma de mi mano. No siempre fui una persona que solo pensaba en el trabajo, había disfrutado de la vida un poco, no mucho. Mis pensamientos vagaron por los recuerdos de todas las cosas que hice en mi adolescencia, pero ahora eso estaba en el pasado, el Jungkook inmaduro e irresponsable ya no existía.

—. Gire a la izquierda en la siguiente cuadra.— Obedeció a mis coordenadas perfectamente. Finalmente llegamos al edificio donde viviría a partir de ahora. Eunwoo rápidamente salió del carro dando pasos grandes hacia la puerta para abrirla.

—. Gracias.— dije con una sonrisa. Eunwoo era mi conductor desde que estaba joven y vivía con mis padres, es un anciano muy útil por cierto.

Entré en el vestíbulo del edificio donde los empleados se colocaban en su debido lugar. Era cómico como se comportaban ante mi presencia, las personas a menudo se sentían nerviosas, quizás era por la forma grosera y arrogante que yo les daba a demostrar, y no me importaba dar esa imagen. Para ser respetado ellos tenían que temer ante mi presencia.

—. Buen día señor Jeon, nuestro personal pondrá sus maletas en su apartamento, es el 308, el único y gran apartamento.— Yo no dije nada, solo asentí con la cabeza y me dirigí al ascensor. Al llegar a mi apartamento, un chico de pelo rojo iba detrás de mí poniendo todas mis cosas perfectamente en mi habitación.

—. ¿Algo más, Señor?.— Preguntó.

—. Nada más, se puede retirar.— Dije. 

El apartamento era grande, un área enorme con un estilo contemporáneo y sofisticado, los muebles de color blanco y marrón, paredes en colores claros y otros oscuros, algunos cuadros de pintura, todo era de mi agrado. Me acerque hasta la sala para descansar en el sofá, quitándome los zapatos de vestir que tanto maltrataban mis pies. Deje que mi cuerpo se hundiera en el cómodo sofá, el viaje había sido largo y la vida había sido muy dura para mi.

Me levante para dar al balcón de mi apartamento. Podía tener una hermosa vista de los rascacielos de Seúl y el río Han, esa era la ventaja de vivir en lo más alto. Desde arriba podía ver todo el movimiento de las personas que paseaban de un lado a otro, viajando en sus autos, se escuchaban las bocinas, gente hablando en voz alta. Solo que no era tan malo como en Nueva York. Oí el ruido proveniente de mi celular, entre de nuevo a la habitación y agarre el celular de la mesita de noche, el número era desconocido, pero sin duda era de Seúl.