El camino de regreso sería largo, pero esta vez no me importaría. Nada iba a cambiar mi estado de ánimo ese día. Absolutamente nada. Miré a Jimin, que estaba sentado a mi lado, el chico parecía estar más cansado que nunca. No era para menos, por supuesto. Nuestras últimas horas habían estado más ocupadas de lo normal. Sonreí al recordar nuestro tiempo juntos en el interior de esa habitación, cada detalle fue grabado en mi mente, como una película. Escenas y más escenas se reproducían constantemente, haciéndome sonreír como un idiota.
—. Joder, Jungkook, no seas tonto.— Me susurré a mí mismo moviendo la cabeza.
Jimin se removió en el asiento del coche con el ruido que acababa de hacer. El chico dormía serenamente, con la cabeza apoyada contra la ventana al lado suyo. A veces se quejaba de manera inconsciente a causa del movimiento del automóvil. Empujé un pequeño mechón de su cabello, por lo que dejó escapar una respiración profunda. Tenía unos rasgos delicados, casi dibujado a mano. Sus labios fueron moldeados por los dioses, rosados y carnosos. Con un cuerpo y características que me atrajeron tanto. Tiré de su cuerpo con cuidado sobre el mío, impidiendo que se despertara e instintivamente, Jimin se acurrucó en mis brazos rápidamente.
El clima estaba frío, pero yo lo calentaría. Agarré mi abrigo y cubrí al chico que casi temblaba de frío. Le di un pequeño beso en la parte superior de su cabeza con afecto. Mis manos deambularon lentamente sobre su espalda. Fue bueno tenerlo de este modo, Jimin era el tipo de chico que necesitaba ser cuidado, amado y querido todos los días. Y podría ser yo la persona que le ofrecería todo eso. A través del espejo retrovisor pude ver a Eunwoo mirándonos con una sonrisa. Él sería el testigo de un montón de cosas, como siempre lo fue. Pero confiaba en Eunwoo, hace años que trabajaba para mí, y él nunca me había defraudado.
—. Si le dices a alguien te despido.— Le dije sonriendo al hombre que se rió con dulzura.
—. No le voy a decir a nadie, señor. Estoy feliz por usted.—
—. ¿Lo está?.— Pregunté confundido.
—. Sí, siempre supe que terminaría así.—
—. ¿Cómo?.— Le pregunté en voz baja para no despertar a Jimin.
—. Sólo lo sabía. Las miradas son suficientes para darnos cuenta de lo que pasa, señor. Y si se me permite decir, su mirada hacía el chico era diferente desde el principio.—
—. ¿Es tan obvio?.— Pregunté.
—. No, solamente que lo conozco muy bien.— Yo no hable. ¿Estaba siendo tan obvio? No quería caer en un amor que no debería.
"¿Por qué me tienes que hacer esto a mí?" Pensé mirando a Jimin quien ni siquiera imaginaba el lío que estaba pasando por mi cabeza.
Yo lo quería, me encantó su manera dulce de ser y la sonrisa que hacía que sus ojos desaparecieran, pero al mismo tiempo me gustaba su manera decidida y atractiva. Ese chico era admirable, su belleza era inconfundible, su inteligencia. Estaba seguro que algún día iba a ver a Jimin en frente de un gran proyecto. Tomando decisiones como un buen empresario que yo sabía que iba a ser. Pero ¿Qué pasa con Jihyun? Seguía siendo el dueño de mis deseos y mis necesidades. Él sólo estaba compartiendo la posición con el chico en mis brazos.
Por un momento pensé en tenerlos a ambos. Y una de dos: O me volvería loco, o les haría pasar un locura. Estaba seguro que no funcionaría bajo ninguna circunstancia. Además yo no era ese tipo de persona, nunca les haría algo así a los dos, no se lo merecían. La única opción sería la de dejar ir a uno de los dos. Pero ¿A quién dejaría ir? En ese preciso momento me encontré dividido entre el deseo y el amor. Negué con la cabeza al pensar en esa posibilidad, sería difícil elegir. Pero no debía pensar en eso ahora, todo iba a suceder a su tiempo. El destino ya estaba escrito.
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The Stripper | ᴘᴊᴍ + ᴊᴊᴋ
Fanfiction¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apuesto a que sí. Pero entre pensar y vivir hay una diferencia muy grande. Imaginemos... Jimin, un chico dulce y decidido. Jihyun, sexy e imponente. ¿Cuál elegirías tú? ¿Cuál es...