The Stripper | ᴘᴊᴍ + ᴊᴊᴋ

Capítulo 29: Momentos

Abrí los ojos solo para tener la certeza de que no había sido un sueño. Estábamos exactamente donde nos habíamos acostado anoche, en el suelo de la sala cerca de la chimenea que en ese momento ya no tenía fuego. Mire la cómoda y vi las dos copas con el restante del líquido que ni nos importó terminarlo. Mire nuestras ropas esparcidas por el suelo y me enfoque en la sudadera de Jungkook, tuve ganas de agarrarla para sentir su dulce perfume.

Me di cuenta que no la necesitaba, pues tenía al dueño del perfume acostado a mi lado, boca abajo con su espalda desnuda y el restante de su cuerpo cubierto con la sabana que estaba allí. Su cabello estaba perfecto, las ganas de pasar mis manos por ellos fue enorme y no me contuve, solo me deje llevar por el momento. Pase mis manos sobre su espalda desnuda subiendo mi mano hasta su cabello, pude ver las marcas que denunciaban exactamente lo que habíamos hecho la noche anterior, las marcas de amor.

Amor...

Jungkook me amaba y yo lo amaba a él, perdida y locamente, aquel hombre era mi inicio y mi fin. Mi vicio, mi dueño, mi paraíso en el infierno. Empecé a distribuir besos en las marcas que tenía en su cuello, fue entonces cuando Jungkook dio señales de que se había despertado.

—. Si cada vez que hacemos el amor me despiertas así, tendremos que hacer el amor siempre.— Dijo con aquella voz ronca, arrastrando las palabras.

—. Si se trata de una orden, tendrá que ser más claro.— Le susurre al oído lleno de segundas intenciones. Dando un pequeño mordisco en el lóbulo de su oreja al final. Aquellas segundas intenciones que no pasaron desapercibidas por Jungkook, que se giró totalmente desnudo, yo me podría quedar admirandolo por años. Me llevo a su regazo, sentándose junto a mí y pegando su boca a mi oído.

—. Yo no acostumbro a pedir, joven Park. Eso claramente fue una orden.— Dijo con su manera prepotente y arrogante, y solo de esa manera me estremecí de pies a cabeza.

Jungkook comenzó a pasar sus manos por mi espalda desnuda mientras distribuía besos en mi cuello, solo con eso ya me estaba volviendo loco. Cogí su cabello que ya estaba en mal estado por la noche anterior, y solté una pequeña risa al acordarme nuevamente de lo que habíamos hecho ayer, no solo ayer, si no todo el fin de semana. Fue entonces cuando Jungkook dejo lo que estaba haciendo y me miro de una manera confundida.

—. ¿Le estoy haciendo cosquillas, joven Park?.— Él dijo de una manera tan linda, que solo me hizo reír de nuevo. Jungkook me miro con cara de pocos amigos, porque había cortado su momento de seducción. Fue entonces que decidí provocarlo un poquito.

—. ¿Qué paso, señor Jeon?, ¿Perdió su momento sexy?.— Dije de la manera más sarcástica que pude.

—. Está jugando con fuego, joven Park.—

—. No tengo miedo a quemarme. Vamos, muéstrame lo que sabes.— Lo provoque arrastrando cada palabra de la manera más atractiva que pude.

Pude ver el fuego en los ojos de Jungkook y yo sabía que iba a salir quemado, a ciencia cierta, pero estaba esperando por eso, necesitaba su toque, casi como un adicto necesita de su droga. Y él era mi droga. Había deseo en sus ojos, que ahora tenían un tono oscuro, tan oscuro que daba un aire intenso al momento. Nos quedamos mirándonos en una batalla ya perdida por mí, que inmediatamente desvié la vista a su boca, atractiva y carnosa.

Casi no tuve tiempo en cerrar mis ojos, cuando Jungkook pego su cuerpo al mío y tomo mis labios en un beso abrumador. Él me beso con furia, con excitación, con fuerza, yo me perdía a cada segundo, una de sus manos fue a mi cuello. Metió la mano entre mi cabello y tiro hacia atrás, para tener acceso completo a mi cuello. Gemí cuando él empezó a chuparlo, acción que claramente estaba dejándome en el límite, y él lo sabía. Jungkook estaba jugando, y yo le mostraría que también sabia como jugar, y muy bien. Antes de que pudiéramos continuar su teléfono comenzó a sonar.