15. Ultimo dia

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(Este cap es bien exótico y me gustaría mucho que me fueran diciendo que piensan mientras van leyendo, disfruteeen)

Cormac la miró con cortesía y le profirió una sonrisa enternecedora. Le tomó la mano y la besó, sus ojos denotaban calma y serenidad.

—A tus pies Arizona —le susurró frente a la puerta de entrada—. Ha sido un placer conocerte.

Estaba lista para irse, portaba en la mano su pequeña maleta de viaje. Atticus la estrechó con fuerza entre sus brazos.

—Suerte muñequita. Espero que todo te salga bien. Ha sido un honor poder participar en esta prueba que tú misma te has impuesto.

—Gracias.

Que irónico pero que gran lección que siempre habían repetido en Quimera, eran hombres normales, podían tener familia, hijos, una vida plena y sencilla, incluso un carácter tierno y apacible y sin embargo modificar esa parte de ellos, cuando ejercían su papel. Esa era una de las cosas que había visto con sus propios ojos esos dos días. Los verdugos que la habían aterrorizado aquella noche estaban frente a ella, como dos seres maravillosos y la despedían deseándole lo mejor.

—Yo también de conocerlos y espero volver a verlos de verdad...

Estaba agotada pero ansiosa, Atticus había llamado a la casa y sabía por él que Callie no sería quien la recogiera, vendrían su hermano y Alex. Por una parte lo agradeció, estaba tan agotada que necesitaba unos minutos de respiro antes de verle de nuevo. Cuando el coche pitó más allá de la puerta de forja corroída se apresuró a atravesar los amplios jardines a paso ligero, Alex estaba de pie junto al coche, llevaba unas gafas de sol, unos pantalones de traje impolutos y una camisa blanca. No se pudo contener, tiró la maleta en el suelo, saltó a sus brazos como una niña que acaba de ver a su madre por primera vez en meses y rodeó su cintura con las piernas. Empezó a besuquearlo insistentemente.

—¡Cómo me alegro de verte, Alex! —gimoteaba.

Alex estupefacto casi perdió el equilibrio mientras Mark permanecía en el coche con los ojos abiertos como platos.

—¡Cómo te quiero! ¡Cómo te quiero! —decía ansiosa.

—Ay... Dios... que nos la han cambiado —la apartó descolocado y la miró —. ¿Estás loca? ¿Pero qué demonios...?

—Alex... Estás aquí... Estás aquí...

La bajó del cuello intentando mantener la compostura. Frunció el ceño y Arizona se enroscó a su cuello otra vez.

—¿Quieres subir al coche pesadita? Se ha vuelto loca...

Otra vez la descolgó de su cuello y la empujó delicadamente hacia la parte de atrás, Arizona entró y se aferró con la misma intensidad a su hermano que saltó por entre los sillones delanteros para sentarse con ella.

—Ari... Mi amor... ¿Cómo estás? —la abrazó con fuerza.

—Bien... Tranquilo todo está bien... ¿Y Calliope?

—En casa cariño —dijo—. Estuve a punto de venir por ti ayer de
madrugada... No... no estás mal, ¿no?

—Estoy bien, Mark. De verdad. No te preocupes.

—Nos ha jodido —Alex se dio la vuelta y se quitó las gafas—. ¿Qué? ¿Yo de
chofer? Pasa para adelante, Mark.

Durante parte del trayecto Arizona rodeó el asiento del copiloto para abrazar a su hermano, Alex la miraba de reojo algo descolocado y de vez en cuando ella le besaba la mejilla antes de darle tiempo a quitarla de encima. Era increíble. Hasta ese momento no tenía ni la menor idea de lo mucho que les quería a todos. Su hermano de vez en cuando la miraba extrañado como intentando comunicarse telepáticamente con ella. Estaba eufórica, feliz por verlos de nuevo, ansiosa por llegar a casa y ver a Callie sin embargo, sentía temor por el momento, todavía quedaban dos días y no tenía ni idea de lo que la esperaba. Posiblemente se derrumbaría, habían sido dos días terribles, pero en ese momento estaba acelerada y emocionada. ¡Les había echado tanto de menos a todos!

~La iniciación~ (Calzona +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora