19. Calma

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Hicieron el amor sin más, no porque tuviera miedo a su rechazo, al temor, al daño que podría ocasionarla después de su sufrimiento, no era eso siquiera. Sencillamente era lo que necesitaba de ella, quererla sin más. De una forma sencilla, como el resto del mundo, de la misma forma que la hubiera querido cualquier persona que no fuera ella . Así le sentía a veces, que estaba mejor lejos de ella, con una persona que le diera el cariño y el afecto de una forma limpia y sin dobles caros pero luego la observaba, analizaba sus formas y como en sus palabras añoraba cada uno de los que la rodearon todo este tiempo con ella y dudaba si sería feliz en una vida sencilla.

Calliope permanecía tumbada de lado con el brazo flexionado sobre la cabeza, la observaba con gesto ceñudo intentando traducir la expresión de su cara. Ella permanecía en silencio mirando al techo, la mirada perdida, su pelo desparramado por la almohada, sus eternos bucles que Callie tanto amaba enredados en ella. Dedujo la lucha interna que podría estar viviendo, aun así, le había dicho que si, que se casaría con ella, que la quería desde el día que la conoció y la obligó a amarla a su manera. Ella, Arizona, el amor de su vida, la única mujer que había querido. Movió levemente la cabeza y le sonrió. Callie solo vio tristeza en sus ojos.

—¿Por qué me miras así? —se giró hacia ella en una postura idéntica y apoyó la mano en la cabeza—. Me analizas constantemente, lo sé, ya te conozco bien.

—Analizo tu tristeza. Los ojos de la gente dicen mucho de su alma.

—¿Mi tristeza? —sonrió con una mueva vaga y sus mechones galoparon por su pecho.

—Sí, princesa, tu tristeza, ahora dudo si es porque te has dado cuenta de que no eres feliz o... —pestañeó mientras cerraba levemente los ojos.

—Siempre he creído que me lees la mente de alguna forma.

—Tienes terror a lo que crees que te has convertido, lo que has sido capaz desde que me conoces de hacer —susurró—. Az...

Meneó la cabeza negativamente y le apartó un mechón de la cara.

—¿Qué te hace pensar eso?

—Falté a mi palabra de no tocar tu familia ni tu vida personal —continuó —No lo hice por mí, los acontecimientos me hicieron decidir fallarte en ese punto por tu hermano, me siento culpable cada día que pasa.

—No... No quiero hablar de eso ahora —le interrumpió.

—No has tenido, no hemos tenido una conversación « humana» desde que nos conocemos, no huyas de eso, no puedes, ya no. Tengo que decirte cómo me siento, es el momento ¿No te das cuenta? No soy un personaje de una historia, no soy irreal, soy una mujer como cualquiera de las que te cruzas cada día, con las misma debilidades, los mismos fallos y las mismas carencias y tormentos... Tienes que entenderme, saber la razón por la que hago las cosas y tomo decisiones...

—Me resulta extraño escucharte hablar así —le dirigió una mirada tímida y se tapó con la sábana—. Supongo que los he perdonado a ambos.

—No, no nos has perdonado a ninguno —rió melancólicamente y la besó—. Lo has aceptado sin más. No soy una tirana, Az, no soy una dictadora, solo soy una persona que ama de una forma... dolorosa. Es todo lo que puedo darte... Eso y todo lo que tengo...

—¿Quieres sinceridad? —preguntó angustiada.

—Por supuesto —contestó.

—No concibo una vida sin ustedes, sin ti, sin tu entorno, eso me aterra, me
aterra pensar de lo que he sido capaz desde que te conocí, esa falta de amor propio cuando me pides algo y te obedezco sin pensarlo, pasar el día intentando averiguar qué te gustaría que hiciera, como debería comportarme, ser mejor que el resto, tu eres la mejor de todos debería estar a la altura de lo que esperaste siempre, es horrible... —se quedó en silencio y apoyó la cabeza en la almohada de nuevo— horrible irme un mes y darme cuenta que soy capaz de destrozar hasta mi familia si tú me lo pidieras. ¿Sabes lo horrible que me siento? —hizo una pausa y continuó—. No te puedes hacer a la idea... Creí que si me iba vería las cosas de otra manera, sería capaz de llamar a mi padre, disculparme con él, calmar a mi madre y volver a casa a abrazarlos pero no quiero, no soy capaz de ver mi vida con el orden que antes tenía por su culpa. ¡Me acosté con mi hermano! No ha sido fácil aceptarlo pero lo peor de todo es que después de saberlo aún le quiero del mismo modo y volvería hacerlo una y otra vez... ¡Eso es horrible moralmente! Me expuse a gente que ni siquiera conocía y ¿sabes? Me sentí orgullosa de ello porque te demostraba que era mejor que las demás, eso también es una locura ¿Quién que esté en su sano juicio entiende eso, Callie? Tú, yo... Quimera... nadie más...

~La iniciación~ (Calzona +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora