VIII. Isabel Leone

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Antonio se llevaba bien con su madre, era una señora amable que siempre había cuidado de él de niño y que ahora de adulto respetaba su espacio, pero eso tenía un límite y era de un mes.

—Hace mucho que no nos vemos —le dijo en la llamada que tuvieron la tarde del martes; casi siempre hablaban, pero la última vez que habían estado juntos había sido en la fiesta de la empresa el mes pasado—Tu abuela y yo vamos a hacer una comida.

—¿Por qué? ¿Qué se celebra?

—Estamos vivos, eso es mucho para festejar. Van a venir tus tíos, algunas amigas, espero que tus primos y tú también.

—¿Cuándo?

—No te hagas el interesante, el sábado —hubo un silencio en la línea —¿No estarás pensando no ir? Marco Antonio, tu abuelo y tu padre estarán ahí...

—Ya, ya, ya, entiendo, pero ¿crees que pueda llevar a-?

—Sabes que Cristina es bienvenida.

—No Cristina (bueno, ella también), sino una amiga —otro silencio, la verdad era que Isabel no terminaba de entender qué era lo que su hijo le había dicho, tardó mucho rato en silencio antes de hablar.

—¡¿Estás saliendo con otra?!

Antonio le tuvo que contar todo (o bueno, casi todo), omitió la edad de Renata solamente. Pero cuando terminó la llama sintió que no había sido la parte más difícil, ahora tenía que invitar a Reni, y eso (de hecho) le daba más miedo. ¿Se sentiría incómoda sólo con la pregunta? Porque, claro, una cosa es invitar a alguien a comer y otra muy diferente es invitar a alguien a comer con toda tu familia.

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Al día siguiente en el trabajo no le costó nada a Fátima darse cuenta que algo le pasaba, le preguntó durante todo el día qué tenía pero él le respondía que nada. Fue hasta el jueves en la mañana que Antonio le contó sobre la reunión, y antes de que pudiera terminar ella ya sabía a qué se refería.

—¿Piensas invitar a Renata? —Antonio sólo se quedó mirándola como respuesta —Oye, está bien, es tu amiga y es muy divertida y todo lo que tu quieras...

—Pero la estoy metiendo mucho en mi vida ¿no es así? —Fátima asintió.

—No es como que yo te pueda decir de quien hacerte amigo y de quien no, pero me parece raro, me refiero a que desde que trabajas aquí no te has hecho amigo de nadie y luego de la nada te encuentras con esta chica de una forma super random, y ahora salen seguido como si fueran amigos de toda la vida.

—Tampoco es como que yo lo entienda.

—Bueno, supongo que no es algo que se tenga que entender. Como sea ¿ya le dijiste?

—No.

—¿Por qué?

—Está en semana de exámenes, no la quiero molestar.

—Pero bueeeeno, que un mensaje no le va hacer reprobar.

Antonio le hizo caso, le mandó un mensaje preguntándole si quería ir a comer a casa de sus abuelos el fin de semana, no obtuvo respuesta en la primer hora, tampoco a la segunda, lo cual le hizo dudar si había hecho bien en mandarle el mensaje tan temprano, pero entonces llegó la hora de la comida y la respuesta aun no llegaba, entonces se preguntó si había sido muy confiado a invitarla a algo tan personal; llegó la noche y con Cristina al lado mientras le platicaba de quien sabe que cosas, estuvo a punto de mandarle un mensaje diciéndole que olvidara lo que había dicho y le contara como le había ido en lo que iba de la semana, pero antes de que pudiera escribir el mensaje vio cómo de repente debajo de su nombre aparecía "en línea", haciendo que Antonio saliera de la aplicación y bloqueará la pantalla.

XIV años lejos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora