XXVIII. Ibiza

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Por primera vez sus amigos la vieron llorar, nada más piso el departamento comenzó a derramar lágrimas, Cristián se espanto al verla así, estaba en la cocina bebiendo de su Pepsi cuando escucho el berreo de Reni.

—¿Qué tienes? —pero ella seguía llorando, lo pasó de largo para dejarse caer en el puff —¿Qué tiene? —le preguntó a Adrián, él sólo le dijo sin decirle "larga historia".

En eso salió de su cuarto Camila, al encontrarse con la escena hizo una mueca que delataba que no sabía si reírse o preocuparse.

—¿Qué pasó?

—Cristina está trabajando con Antonio —explicó Adrián. Fue él quien dio el resumen general ya que Reni seguía sin querer hablar; cuando terminó de contar lo que había pasado y lo que Dante le había dicho, Cristián pidió una pizza y algo de helado para Renata.

—Se pasó de idiota —murmuraba Camila. Cuando la comida llegó, Enrique salió de su cueva.

—¡Huele delicioso! ¿Qué celebramos? —sólo le bastó entrar a la sala para saber qué había dicho algo malo —¿Qué pasó?

—¿Para qué llegas tarde? —le reclamó Adrián —No lo voy a repetir. Vamos Reni, tienes que comer algo.

Bastó que se sentara y le diera una mordida de pizza para que comenzara a hablar. Nadie la interrumpió.

—¡Sé que es tonto que me enoje! Yo lo sé, pero aun así no dejo de pensar que mientras él salía con ella comenzó a enamorarse de mí ¡Y sé lo hijo de puta que es el karma! Sólo la vi y pensé que tal vez era mi momento de estar en su lugar, de quedarme aquí viendo como su amor renace. Donde hubo fuego, cenizas quedan... —murmuró «pero yo soy un huracán» y ese pensamiento hizo que le doliera más.

»A parte, ¿por qué no me lo contó? Eso sólo me hace pensar que me lo quería ocultar, y eso -eso me pone mal —otra vez estuvo apunto de llorar, pero se tragó sus lágrimas al mismo tiempo en que le daba una mordida a su pizza.

—Nunca pensé que te vería así por Antonio —le dijo Camila.

—Supongo que yo tampoco —murmuró Renata.

—Supongo que lo cabrón no tiene fecha de caducidad —dijo Enrique.

Desde ese día, todos en esa habitación cambiaron (aunque fuera un poco) la manera de ver y pensar de Antonio.

.

Tuvo que pasar una semana para que Renata le llamará, y para no hacerte el cuento largo, ambos fueron por un helado ese día. ¿Cristina seguía trabajando en la empresa? Sí, pero Reni confiaba en Marco, y sabía que si algún día llegaba a pasar algo, cualquier cosa, ella se daría cuenta, lo sentiría.

Mientras tanto, en la empresa no se hablaba de otra cosa, había chismes de todo tipo, había algunos que decían que Cristina ahora era la amante, otros que el jefe definitivamente había terminado con 'la jovencita', y otros tantos decían que Antonio nunca se metería con Cristina de nuevo ya que se había casado en secreto con la joven. Había de todo un poco.

Pasaron algunos días, y algunas semanas para que el evento llegará. La fiesta de celebración por el lanzamiento del nuevo producto: la nueva línea de vino, y tendría lugar en Ibiza, el sábado diez de noviembre.

¡I took a pill in Ibiza! —Gritaba Reni cada que recordaba que iba a acompañar a Marco.

—No vas a tomar ninguna pastilla —le decía Marco cada que la escuchaba cantar.

—¿Ni siquiera para la cruda?

—Si te emborrachas será bajo tu responsabilidad y sin aspirinas.

XIV años lejos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora