XIV años lejos de ti

XXIV. Favorito

Es impresionante como la vida cambia en tan sólo cinco días.

Renata se había ido a pasar las fiestas con su familia, dejando a Marco en la ciudad. Parecía que no, pero todos los Sivina estaban atentos a cualquier cosa que tuviera que ver con Renata, por eso casi en el momento en el que su avión despegó, Cesar ya le estaba llamando a Marco para invitarlo a la casa.

Antonio se llevó una sorpresa al llegar y sólo encontrar a Ángel, la servidumbre y a Cesar.

—¿No vendrán los demás? —le preguntó genuinamente, Cesar sólo se rio.

—¿Quieres whisky o vodka? —Antonio le quería decir que cerveza, pero siempre supo que a su abuelo no le gustaba, Dante y Fátima siempre se la han tenido que tomar casi a escondidas. El vodka le traía buenos recuerdos (un poco borrosos algunos), no quería mezclarlos con otros que pensaba que no serían del todo gratos.

—Whisky. —Dieron el primer trago, y entonces Cesar habló.

—¿Cómo van las cosas con Renata? —a Marco no le apetecía hablar de ella con él, siempre se había llevado bien con su abuelo, era sólo que las cosas habían cambiado e igual sabía que estaban apunto de dar un giro de casi trescientos sesenta grados.

—De maravilla.

—¿Cuánto llevan juntos? ¿Tres años?

—En febrero cumplimos un año de novios.

—¿Ya ha pasado un año? ¿Y no has pensado en pedirle matrimonio? —esa pregunta tenía una respuesta de doble filo, no sabía hacia qué dirección llevaría Cesar la conversación, pero a Antonio no le dio mucho tiempo de pensar, ya que la emoción pudo con él.

—Sí, —y se quiso morder la lengua —pero no hay prisa.

—Está bien, hijo. Créeme, cuando sea el momento indicado lo sabrán. —Le dieron otro trago a su bebida cobriza.

»Yo ya estoy viejo —soltó una carcajada —, no creo que haga falta que te lo diga, lo tengo escrito en mis canas, en mi piel y en mis ojos, pero bueno, es lo que pasa cuando has vivido una buena vida: me casé joven, tuve cuatro maravillosos hijos y ellos me dieron nietos... ¿Sabes por qué te pusieron Marco Antonio?

—A Isabel le gusta la historia de Marco Antonio y Cleopatra.

—No te pusieron Marco Antonio por Cleopatra, sino por Cesar. Cada quien interpreta la historia como le apetece, a mi me gusta pensar que fue Marco Antonio quien, una vez muerto Cesar, heredó todo lo de él. Pero nosotros no vamos a transcribir la historia, vamos a escribir una propia —Marco no pudo hacer más que asentir ya que no entendía para donde iban todos los disparates de su abuelo.

»Siempre fuiste mi favorito, siempre te vi como hijo mío: mí orgullo. Marco Antonio, siempre he querido que te quedes al frente de la empresa.

.

Antonio no se iba a convertir en el director de la empresa de un día a otro, sino que a partir de esa conversación, Antonio aprendería a como eran de verdad los negocios cuando llegas tan alto.

Pero (hay que decirlo) la verdad era que Cesar estaba feliz y tranquilo con su decisión porque sabía que Antonio estaba enamorado, que había pensando en casarse y que eso en sí mismo significaba hijos, lo que eso se resume en que la sangre Sivina seguiría por por lo menos una generación más, y eso a él le bastaba.

Lo malo, era que Cesar no se quedaba con suposiciones o con palabras dichas al viento, él era un hombre de acción, y no le importo que se tratara de su favorito.

Le hizo firmar un contrato

y Antonio no lo leyó.