CAPÍTULO 35

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CAPÍTULO 35 (FINAL):

"FELICES POR SIEMPRE"


-Gun, ¿ya estás listo?-. Habló Rhun.
-Sí, ya estoy casi listo, P'-.
-Apresúrate, que los invitados ya llegaron y Mix con Mark ya nos están esperando-.
-Nos esperaron 2 años, pueden esperar cinco minutos más, ¿no crees?-.
Así es, habían pasado dos años desde que cada pareja se reencontró e iniciaron una hermosa relación. Ahora estaban a las puertas de ser oficialmente esposos.
Gun aún seguía mirándose al espejo arreglando su corbata de moño negro siendo apresurado por Rhun que ya estaba listo.
El hermano mayor se acercó hacia el menor y le ayudó a acomodar su corbata. Cuando lo hacía, Gun lo quedó mirando fijamente y Rhun se dio cuenta de ello.
-¿Por qué me miras así?-. Preguntó.
-Nada, es sólo que me alegro que seas feliz con P'Mix-.
Rhun dejó todo lo que estaba haciendo para concentrarse en su hermano. Entonces, respondió:
-Todo te lo debo a ti. Si no fuera por tu ayuda, yo jamás me habría atrevido a volver a Tailandia-.
-¿Estabas dispuesto a quedarte allá?-.
-En realidad, sí. Estaba dispuesto a olvidarme de Mix. No podía aceptarlo en ese entonces porque sentía que no era justo para ti-.
-¿Por qué?-.
Rhun se alejó de su hermano, cortando el contacto visual y se sentó en la cama.
-Gun, ¿realmente estamos hablando de esto después de dos años?-.
-Ehh, lo siento. Sólo he querido entender la razón por la que no querías volver sabiendo que yo ya estaba con Mark-. Respondió Gun sentándose al lado de su hermano.
-Sentía que no me lo merecía. No merecía ser feliz por lo mal hermano que fui contigo-.
-Hermano, creo que ya has pagado lo suficiente-.
Gun le dio unas palmaditas en la espalda a Rhun intentando reconfortarlo.
-Lo sé, pero no creo que sea el momento de recordar malos momentos. Es el día de nuestra boda y debemos estar felices-. Dijo Rhun con una cálida sonrisa.
-Tienes razón. Mejor será que bajemos-.
-Sí-.
Ambos chicos salieron de la habitación, bajaron las escaleras reuniéndose con sus padres que los esperaban al final de esta.
El padre los saludó con gran abrazo fraternal.
-Felicidades, hijos-. Dijo.
Ambos chicos agradecieron con una sonrisa hacia su padre.
La madre de los Na Ranong se acercó a sus hijos y también les dio un gran abrazo.
-Realmente estoy muy contenta de que hayan encontrado el camino a la felicidad. En realidad, queríamos que así sucedieran las cosas-.
Las palabras de la madre no le hicieron mucho sentido a Gun, así que preguntó para entender mejor.
-¿Cómo eso?-.
La madre lo miró fijamente a los ojos y habló.
-Yo te di a luz, y sabía que algo pasaba contigo y Nong Mark. Además, la Sra Jumlongkul también se percató de aquello y ambas quisimos que ustedes se unieran-.
-Entiendo-. Dijo Gun sonrojado.
La Sra Na Ranong soltó la mano de su hijo menor para dirigirse al mayor. Lo tomó de las manos y lo miró de forma cariñosa.
-Me alegro que te hayas decidido al fin a estar con él. Y que hayan vuelto a Tailandia también-.
Rhun sólo le dio una pequeña sonrisa a su madre. Y es que, desde que aceptó estar con Mix, ambos prefirieron vivir en Francia, y allí se quedaron por un año.
-Gracias mamá-. Respondió Mix.
La madre estaba tan emocionada que casi no podía evitar sus lágrimas. Tuvo que detenerse de inmediato para dejar que sus hijos siguieran su camino.
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En el patio, que estaba perfectamente decorado y donde se encontraban todos los invitados, estaban los dos hermanos Jumlongkul esperando junto a sus padres a que salieran sus respectivos prometidos.
Mark se frotaba fuertemente las manos y Mix no podía dejar quietos sus pies moviéndolos de un lado para otro.
El padre de los Jumlongkul los miró graciosamente y no pudo evitar lanzar algunas bromas.
-Mark, vas a gastar tus manos, y tú Mix, vas a terminar haciendo un agujero en el suelo-.
-Cariño, no seas así. Los chicos están nerviosos-.
-Lo siento, sólo quería relajarlos-.
Ambos chicos no podían calmar sus nervios y apenas pudieron mostrar alguna pequeña sonrisa en respuesta al pequeño chiste de su padre.
-Papá, mamá...-.
De pronto el menor de los hermanos alzó la voz capturando la atención de todo el grupo familiar.
-Quiero agradecerles el apoyo que nos han dado, sobre todo que hayan aceptado nuestra boda. No todos los padres son iguales, pero ustedes son simplemente excepcionales-.
La madre, emocionada por las palabras de su hijo, tomó ambas manos de sus hijos y habló.
-No me importa quiénes sean las personas que aman, lo importante es que esa persona sea honesta-.
-Y nosotros vamos a apoyar cualquier cosa que a ustedes los haga feliz-. Respondió el padre.
Mix a su vez, también quiso agregar algunas palabras.
-Nosotros estamos orgullosos de tener unos padres como ustedes-.
La Sra Jumlongkul abrazó a sus hijos con lágrimas en los ojos hasta que fueron interrumpidos por el padre que anunciaba lo esperado.
-Basta de abrazos. Ahí vienen los novios-.
A paso lento, caminaban los Na Ranong hacia los Jumlongkul. La sonrisa de ambos chicos apareció de inmediato después de haber visto aparecer extremadamente guapos a sus novios.
Mark estrechó su mano y Gun la aceptó inmediatamente. Por otro lado, Mix ofreció su gancho pero Rhun no la aceptó, y a cambio, entrelazó sus dedos junto al de su amado.
Sin decir ningún tipo de palabras y solamente oyendo los aplausos de los presentes, las parejas se encaminaron hacia donde estaba el juez que los esperaba al frente.
Parados, frente a frente, oyeron algunas palabras del hombre testigo de la unión de ambas parejas. Al finalizar, agregó.
-Pueden decir algunas palabras. Comiencen ustedes-.
Mix miró a los ojos a Rhun y habló.
-Rhun, cuando te conocí, simplemente no pude evitar enamorarme de tus ojos. Aunque no era un buen momento, mi corazón se inclinó hacia ti sin que yo pudiera evitarlo, haciéndome hacer cosas que hasta ahora me arrepiento. Ahora te tengo frente a mí, haciéndote mi esposo. Te prometo serte fiel, y amarte por el resto de mi vida-.
En su interior, Rhun estaba muy emocionado por las palabras de Mix, pero se esforzó por no soltar una lágrima para no estropear el momento.
-Ahora usted, Nong Rhun-. Dijo el hombre.
Rhun soltó un suspiro, cerró los ojos para concentrarse un momento y luego los abrió.
-Cuando nos separamos, me hiciste mucha falta y fue ese entonces que comprendí el gran amor que siento por ti. Aunque me negaba a mí mismo a estar contigo, algo en mi interior se rehusaba a olvidarte. Gracias por haber ido por mí en ese momento. Juro amarte por el resto de mi vida-.
Uno de los padrinos, amigo de Mix, se acercó a la pareja y entregó los anillos. Ambos chicos colocaron su anillo en el dedo del otro y en medio de aplausos, sellaron su amor con un tierno beso.
El hombre testigo de la unión civil, dio la palabra a la siguiente pareja.
-Nong Mark, puede comenzar usted-.
El chico, tomó la mano de Gun y lo miró fijamente a los ojos.
-Antes de conocerte, era una persona que no creía en el amor. No era algo que fuera de mi necesidad en absoluto, hasta que apareciste en mi vida y te impregnaste en mi corazón. Alborotaste el mundo normal y corriente al que estaba acostumbrado y me encantó. Jamás pensé que el amor fuera algo hermoso por lo que valiera la pena arriesgarlo todo, y por ti estoy dispuesto a hacer cualquier cosa. Te amo, mi P'Gun-.
Al finalizar, Mark toma el anillo que fue entregado por Third, y lo colocó en el dedo Gun.
-Ahora usted, Nong Gun-.
-Al principio, cuando te conocí, me inspiraste un poco de miedo, pero a medida que fuimos compartiendo, comencé a aprender de ti, hasta llegar al punto de enamorarme como un loco, aunque no quería aceptarlo. Y para serte sincero, el odio y la rabia me estaban encegueciendo, pero cuando estuve a punto de perderte, me di cuenta de que nada valía la pena salvo tenerte a mi lado. Te amo, Mark-.
Sin darse cuenta, Gun estaba botando lágrimas en sus ojos que fueron secadas rápidamente por el puño de Mark.
Luego de aquella acción, Gun tomó el anillo y la colocó en el dedo de Mark, sellando así su amor con un beso.
-Ahora los declaro oficialmente esposos-.
Ambas parejas se volvieron a besar y se abrazaron en medio de aplausos y halagos de todos los presentes.
-Al fin...-. Dijo Mix en medio de todo el bullicio.
-Sí, al fin estamos juntos-. Respondió Rhun.
Por otro lado, Mark le susurraba al oído de Gun.
-Desde hoy, eres mi esposo-.
-No, desde hoy, soy tu pequeña esposa-. Le respondió Gun.
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Por la noche, en una lujosa suite de un famoso hotel cinco estrellas, una pareja de recién casados consumaban su unión civil conectando sus cuerpos dándose placer y lujuria mutuamente.
Uno de los chicos estaba atado de manos sobre la cabeza y boca abajo. Mordía la almohada tratando de contener los gemidos nacientes desde su garganta.
Gun, quien estaba encima de Mark entrando y saliendo a su antojo, con movimientos lentos pero deliciosos para quien lo recibía.
-Amor, estás caliente ahí adentro-. Dijo Gun con un poco de dificultad.
-Ahhgg...-.
Mark no podía decir nada, estaba completamente absorto en aquel pasaje del deseo guiado por su ahora esposo.
Gun bajó hacia la espalda, lamió su oreja y mordisqueó el lóbulo mientras se movía.
-Ahh.. P'Gun-.
-Ya te dije que no me llames así-. Dijo con voz de mando.
Mark intentó zafarse del amarre de sus manos, pero le fue imposible. Su plan era tomar su miembro hinchado para seguir estimulándose.
Donde no tenía atención por parte de su hombre, se sentía incómodo y con un deseo inexplicable.
-¡Mierda! Gun, quiero tocarme... lo necesito-. Anunció Mark dificultoso.
-Oh, lo siento. Déjame ayudarte.
Gun se levantó y alzó las caderas de Mark levantando su trasero, luego se inclinó para alcanzar el miembro de Mark y así darle lo que quería; placer.
-¿Así está bien?-.
-Sí... así... continúa, por favor... Ahh.. ahh...-.
Gun seguía dando sus embestidas que ahora iban un poco más rápidas, al mismo tiempo que acariciaba el grande y grueso pedazo de carne.
-Ya quiero... -. Protestó Gun.
-Hagámoslo juntos-.
Gun aceleró su ritmo hasta terminar adentro de su esposo, mientras que Mark desechó todo su fluido en la mano de Gun.
El mayor cayó sobre Mark con una respiración agitada y comenzó a darle besos en su cuello mientras esperaba a regularizarse.
-Estuviste genial, pero recuerda que sólo te dejé hacerlo como mi regalo de bodas-. Habló Mark después de sentirse más relajado.
-Ya lo sé. Es tu culpa, no debiste contarme tu sueño erótico-.
-Me arrepiento de ello-.
Mark rio mientras era liberado de manos. Y cuando apenas fue soltado, Se giró hacia Gun forzando a perder la conexión de ambos y lo trajo a su regazo.
-Bueno, en realidad no creo volver a pedírtelo. A decir verdad, amo ser tu esposa. Amo sentirte dentro de mí-.
-¿Es así?-. Preguntó Mark con una enorme sonrisa en sus labios.
-Sí, tu grosor y gran tamaño me vuelven loco-.
-¿Quieres hacerlo ahora?-.
-Espera déjame reponerme un momento-.
Gun rodeó sus manos en la cintura de Mark y posó su cabeza en su pecho. Se quedaron en calma unos momentos, en una oscura habitación que sólo era iluminada por la luz de la luna.
-Ahora siento lástima por mi hermano. Debe esperar a llegar a Francia para su noche de bodas-. Comentó Mark.
-No sé por qué se les ocurrió viajar después del banquete-.
-Al menos nosotros lo estamos disfrutando-.
Mark se acercó a los labios de Gun y los besó con ternura.
-Ai Nhu...-. Habló el mayor seriamente.
-¿Sí?-.
-Te amo-.
-Yo también te amo, mi Gun-.
Gun se levantó soltando el abrazo de Mark y se colocó sobre él.
-Nunca me arrepentiré de haberte manchado la chaqueta. Tampoco me arrepiento de lo que nos ocurrió-.
Mark alzó su mano derecha para alcanzar la de su esposo y la entrelazó fuertemente.
-Tampoco me arrepiento. Era la única manera que tuvo el destino para unir nuestras vidas-.
-Fuimos objeto de ese juego del destino y le estoy agradecido, porque ahora puedo estar en tus brazos-.
-Ven aquí-.
Mark abrazó fuertemente a Gun y lo volteó para quedar encima de él. Inició con besos en su cuello, siguiendo un camino hacia su boca donde ingresó su lengua por aquella cavidad para explorar todo su interior.
Al soltar aquel beso...
-Hazme tuyo, Ai Nhu-.
-Como digas, amor-.
El destino había elegido a ambos hermanos como si fueran fichas que necesitaba para iniciar un juego donde cada uno tuvo que afrontar diferentes obstáculos para alcanzar el amor y la felicidad.
En la oscuridad, Mark y Gun comenzaron una vida de casados donde les esperaba muchos obstáculos que debían pasar, pero si estaban juntos de la mano, podía venir cualquier tipo de juego del destino. Ellos simplemente estaban dispuestos a ser parte de cualquier juego, teniendo a su favor el gran amor que nació y que estaban dispuestos a luchar por hacerlo durar hasta siempre.
En el medio de la oscuridad, sólo se pudieron oír dos pequeñas frases en medio del silencio.
-Te amo, mi Ai Nhu-.
-Te amo, mi Gun-.


FIN


Juego del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora