🔮Capítulo 44🔮

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🍂Último capítulo🍂

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Una semana más tarde.

Elaine:

Me remuevo con el dolor incrustado en mi tórax, y comienzo a abrir lentamente mis pesados y secos ojos. Siento la boca seca, y la garganta rasposa, y de verdad estoy tan aturdida que no sé quién es la figura que se cierne sobre mí, tirándome hacia atrás nuevamente cuando intento incorporarme.

— ¿Rafael...?

— Ya quisieras, estúpida — gruñe una voz ronca y furiosa.

Demonios.

Me despierto en dos segundos.

— Miguel — respondo con el corazón en la mano, y palidezco al ver el rostro hostil que me observa.

— Eres tan...

Trago con fuerza al ver como respira intentado no estrangularme.

— Iré por él —le habla a alguien a mi lado—. Cuídala y por ningún motivo dejes que se mueva de aquí.

— Si, señor.

Paso saliva dos veces más cuando se va, y giro mi cabeza casi a punto de llorar al imaginarme lo que me espera cuando Miguel vuelva aquí. Me sobresalto al ver a un chico pelirrojo de mi edad y con una sonrisa de oreja a oreja.

— Ayyyy, hola —pestañeo, asustada por su sonrisa—. Que milagro que no te hayas muerto. Yo te vi muerta. Pero no —se le encienden las mejillas de la emoción—. Igual, de puro chismoso, ¡¿qué fue lo que te pasó?! —da un aplausito—. Es que no sé cómo lo hiciste, porque yo te vi ultra mega muerta. Todos te vimos así.

— ¿Quién eres tú? — me cuesta formular esa pregunta, por lo rasposa que está mi garganta y por la conmoción que tengo desde que desperté.

— Ay, perdón —me da un beso en la mejilla—. Soy Haziel, uno de los curadores de Christine.

Doy otro salto en la cama.

— ¿Por qué me estás tocando? — le pregunto entre dientes.

— Es que no lo puedo evitar. Soy muy cariñoso.

— Ya —observo confundida, toda la sala blanca—. ¿Dónde estoy?

— En la enfermería.

— ¿Que me pasó?

— ¿No recuerdas que sucedió? —Haziel borra su sonrisa—. Por el amor de Dios, Elaine —toma con suavidad mi mano—. Es que, no sé cómo decírtelo.

— Creo que no me puedes decir mucho, si hace solo unos minutos me dijiste que me viste muerta. Ya se me el final —hace una enorme mueca de frustración—. Solo dime que fue lo que me pasó.

— Cuando Gabrielle te asesinó, antes de que tú murieras —me quedo sin aire—, le rezaste a la Madre Luna. Específicamente le rezaste a su amor de madre. Y yo no lo creía, y yo sé que quizás no me creas, pero fuiste bendecida por la Madre de la Noche, y...

— ¿Y qué pasó?

Traga con fuerza mientras que yo comienzo a recordar todo lo que pasó con Gabrielle. Se desliza una lagrima por mi mejilla antes de que Haziel me dé un espejo.

— Ella te hizo parte de su alma, a ti y a alguien más —ahogo un chillido al ver mi ojo izquierdo de un tono morado brillante—. Ahora tú eres la noche, y eres el día. Si mueres, el mundo muere contigo. Y si vuelves a fallecer, el Equilibrio no lo soportará —menea la cabeza—, y acabará con todo si es que a ti te llega a pasar algo más y no sobrevives.

Huesos de un Muerto©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora