🔮Capítulo 10🔮

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Ella:

— ¿Qué demonios pasa contigo?

Mi hermano demanda, su mandíbula está tensa, sus ojos denotan rabia después de terminar de hablar. Se ha comportado así, los últimos dos días.

Yo sé que ya estoy bien, pero ni él, ni mi papá entienden.

Sus manos me sujetan de los brazos con fuerza, -con la suficiente para hacerme daño-, la mirada criticona que me da, espera una respuesta de mi parte.

— Que ocurre de, ¿qué? — cuestiono con la misma rabia hacia él.

— Tienes más que claro tu condición clínica —sus ojos me perforan—. Y, ¿se te ocurre levantarte sabiendo que estás más que delicada?

— Jodete — gruño intentando soltarme.

— No te muevas.

— ¿Crees que me importan tus malditas ordenes? —forcejeó con él para que me suelte, pero no cede—. Te lo estoy diciendo enserio, suéltame ahora, John.

Escucho como la puerta corrediza de la habitación se abre y lo que sucede después, mi cabeza no alcanza a procesarlo; hasta que me encuentro prácticamente en los brazos de otra persona.

— ¿Qué mierda crees que haces? — reclama Drakon hacia mi hermano.

Alice entra segundos después para empujar bruscamente a John. Ella me repasa con una mirada preocupada, esas que me daba cada vez que se aseguraba de que mi hermano no me había hecho algo.

— ¿Alguien puede entender de que esta maldita loca esta delicada y que tiene que seguir mis malditas órdenes? — pregunta mi hermano harto de todo esto, avanzando un paso hacia adelante. Directo hacia a mí y Drakon.

— Ridículo —sisea Alice—. Eres un maldito ridículo.

John la observa con odio, al ver la ropa ajustada que mi amiga lleva encima.

《Hermano, supera que ya no eres el eje de su vida. Mejor dicho, nunca lo fuiste》pienso internamente sintiendo como la burla recorre mi torrente sanguíneo.

— Si vas a reclamar porque ella se quiso levantar, la ayudas, porque supongo que cuando Mor necesito alguien que la sostuviera para caminar, tu no estabas aquí —Alice le gruñe—. Deja de ser tan impulsivo por una vez en tu vida —la boca de John se abre para protestar pero las frías palabras de mi amiga lo dejan en un silencio tenso—: Acabas de decir que Mor esta delicada, pero tú no piensas, que el que le está haciendo daño al tocarla de esa forma, eres tú, pedazo de gilipollas.

— Furia española a la vista — murmuro con diversión, pero lo suficientemente bajo para que ninguno de ellos dos me escuche.

Mi hermano intenta agarrarme de un brazo, pero Drakon me pone detrás de su espalda en un movimiento rápido, y queda cara a cara con John.

La tensión entre él y mi hermano, es palpable, y sinceramente ya me imagino cuando se agarren a los golpes.

— He aguantado bastante tus malos tratos hacia Mor y me he quedado callado por respeto hacia ella, pero ya basta. Mor no es tu juguete personal, y tampoco tu monigote para seguir todas las ordenes de mierda que le intentas imponer —Drakon se comienza a tensar—. Tengo una paciencia de oro, pero tú no estás colaborando con que eso siga así —John pasa saliva al ver los ojos asesinos que lo observan—. Y oh, créeme, no te conviene hacerme enojar.

Huesos de un Muerto©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora