𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌 ━━ 𝖡𝖺𝗃𝗂 𝖪𝖾𝗂𝗌𝗎𝗄𝖾

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—𝓜ai, ¡a mí no me puedes mentir!— exclamó Hina zarandeando a una adormilada Mai mientras la agarraba de los hombros. —¿Estás saliendo con ese delincuente? ¡Yo te he contado lo de Hanagaki!

—Hina, ¿te estás escuchando?— largó un profundo bostezo para después frotarse un ojo con la esperanza de que su visión se aclarara un poco y así no terminara cayéndose a las vías del tren por la falta de sueño. —Yo no tengo pareja, además, tú serías la primera en enterarse de mi vida amorosa. No tengo a Keisuke como novio, solo estamos criando a un gato juntos...

—Sí, ¡como si fuera vuestro hijo!— Mai se preguntó de donde se sacaba su mejor amiga aquella energía mañanera cuando ella parecía un zombi. —Además, ya le llamas por su nombre de pila en vez de por su apellido. ¡Yo ni siquiera llamo a mi novio por su nombre todavía!

—Lo propuso él, que conste.— se defendió Mai con las mejillas levemente sonrojadas. —Supongo que en este punto somos amigos, pero nada más allá. Además, ¿cómo le iba a gustar yo a alguien tan guapo como él?

Una sugerente sonrisa empezó a crecer en el rostro de Hinata, mientras que Mai se daba cuenta de lo que había soltado y empezaba a negar con la cabeza sabiendo que había alimentado la paranoia de su mejor amiga entorno a ella y sus posibles relaciones amorosas.

—El día en el que te des cuenta de lo guapa que eres, seguramente te conviertas en la chica más rompecorazones de todo Japón.

—Eso solo pasará en tus sueños.

Tanto Hina como Mai se separaron cuando llegaron sus respectivos trenes para llegar a sus diferentes escuelas, y de nuevo, no se verían al salir de clase porque ciertos días a la semana, Hina tenía que acudir a clases extraescolares. Así que, Mai había quedado una vez más en irse junto con Keisuke para estudiar juntos y para pasar tiempo con el gato; además, también se habían dicho que era hora de pensar un nombre para su "hijo".

Aquel día, Mai no fue bien descansada a clase; y toda la culpa, era de Tachibana Hinata. Las dos amigas se habían quedado hasta altas horas de la madrugada primero, hablando sobre la confesión de la pelirroja hacia el chico que Mai llamaba Hanaguke de forme errónea, y después, decidieron que era un buen momento para ver juntas los capítulos finales de una serie que habían comenzado hacía unas semanas. Eso conllevó a que tanto Hina como Mai lloraran en silencio por llamada para no despertar a sus respectivas familias mientras que se lamentaban por aquel final tan triste.

Todo eso, a las tres de la madrugada; cuando tenían que despertarse a las seis para alistarse, tomar el tren y marchar hacia sus respectivas escuelas. Eso dio como resultado que Mai se sintiera más dormida que despierta, y que no atinara bien a meter la caña en el brik de leche de fresa que se acababa de comprar para tratar de espabilarse antes de entrar en clase aquel día.

—Buenos días, alumnos. En el día de hoy...

Pero Mai no escuchó más porque se quedó tan dormida que babeó el libro de matemáticas; aunque tuvo un poco de buena suerte por fin y el profesor ni siquiera se enteró de que su alumna se había quedado dormida porque estaba demasiado enfrascado en el teorema de Pitágoras y en lo importante que éste era. De tanto escuchar sobre él, al final, Mai terminó teniendo un sueño algo extraño donde ella y Pitágoras compartían un brik de leche como había hecho con Baji el otro día.