━━ 𝟢𝟤𝟨: 𝚅𝙸𝙳𝙰 𝚂𝙸𝙽 𝙺𝙴𝙸𝚂𝚄𝙺𝙴

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𝓕río

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𝓕río. Mai sintió muchísimo frío a medida que caminaba hacia su casa con pasos lentos, abrazándose a sí misma y tratando de no seguir llorando; pero eso era demasiado difícil. Las palabras de Keisuke se repetían una y otra vez en su cabeza, su mueca también. El hecho de que habían terminado percutía en las paredes de su cráneo; además de la crueldad que había empleado el que fue su novio al decirla que no estaba enamorado de ella.

¿Acaso todo había sido una mentira? ¿De verdad no la había querido? ¿Todo lo que se habían dicho aquel día bajo una fiera lluvia había sido mentira? ¿Todos esos "te quiero" también? Las mentiras dolían demasiado, y Mai era la prueba viviente de ello. Pues, no tenía ni un rasguño de manera física, pero preferiría mil veces aquel tipo de dolor que el que estaba sintiendo en aquel momento.

Porque una herida se podía curar, pero un corazón roto no. Y el de Mai ahora lo estaba.

Mientras las lágrimas descendían por sus mejillas sonrojadas, en la mente de Mai se proyectaron todos los recuerdos que tenía con Keisuke. Cuando se conocieron por Meowy, aquel bonito festival, donde se dio cuenta de que por fin estaba enamorada de él; su primer beso bajo la lluvia, las noches que habían pasado juntos, las promesas que ahora estaban rotas... Y eso seguía haciéndola un inmensurable daño. Tanto como para perder la respiración, sentir su resquebrajado corazón doler y creer que era la persona más desgraciada sobre la faz de la Tierra.

Un estruendoso trueno resonó por las calles vacías de la ciudad de Tokio, y Mai sintió un escalofrío dándose cuenta de que estaba totalmente sola. No tenía a nadie al lado para protegerle de la lluvia con un paraguas, tampoco para distraerla porque los sonidos fuertes la daban miedo. Solo estaba ella. Transitando mientras temblaba, y tratando de recoger los pedazos rotos de su corazón del suelo.

Antes de entrar a su casa, apoyó la frente contra la puerta principal de la misma y respiró hondo, sabiendo que sus padres estarían dentro y que la verían. Pero Mai quería estar a solas, no quería responder preguntas ni mucho menos ser atosigada por la preocupación de sus padres. Quizás fuera egoísta, pero ahora deseaba silencio. Esconderse bajo sus sábanas, no salir más y tratar de despertarse de aquella pesadilla que estaba resultando ser real.

—Pero, ¡Mai!— exclamó su madre cuando la nombrada entró a casa y cerró la puerta detrás de ella, exhibiéndose delante de Hiro y Seina. —¿Dónde has estado? ¡Estás calada! ¡Vas a pillar un resfriado de los buenos!

—Ya... Ya.— contestó Mai tratando de que su voz no sonara resquebrajada por el llanto. —Es que volvía a casa cuando me ha pillado la lluvia, lo siento.

La joven rubia rezó para que no siguieran hablándola a ella porque sabía que se rompería en el momento en el que su padre o su madre hicieran la mera cuestión de "¿estás bien?".

Mai jamás había sido buena mintiendo, mucho menos escondiendo unos sentimientos que la hacían estar tan vulnerable. Menos se lo podía esconder a su madre, su confidente. O a su padre, el mejor hombre del mundo, y que con tan solo mirarte ya sabía incluso en lo que pensabas.

𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌 ━━ 𝖡𝖺𝗃𝗂 𝖪𝖾𝗂𝗌𝗎𝗄𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora