━━ 𝟢𝟤𝟦: 𝙼𝙴𝙽𝚃𝙸𝚁𝙰𝚂

2.4K 329 329
                                    

𝓜itsuya sonríe en cuanto sus dos hermanas pequeñas, Mana y Luna, se van de su lado corriendo para lanzarse a los brazos abiertos de la chica que acababa de llegar a su casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝓜itsuya sonríe en cuanto sus dos hermanas pequeñas, Mana y Luna, se van de su lado corriendo para lanzarse a los brazos abiertos de la chica que acababa de llegar a su casa. Mai también sonríe cuando las dos niñas abrazan su cintura y se niegan a dejarla marchar mientras la dicen que la habían extrañado y que querían peinarla, porque aquello era algo que Mai les dejaba hacer porque tanto a Mana como a Luna les divertía hacerle peinados raros en su largo pelo rubio. Además, aquello a Mai le recordaba a cuando ella era pequeña y junto a Hina se peinaban mutuamente y terminaban con decenas de nudos en el cabello que Seina se encargaba de desenredar con mucha paciencia.

—Gracias por venir, Mai.— dijo el chico, todavía sonriente. —Y, lo siento por que haya sido tan de repente. Es que Mikey quiere hablar conmigo y con los demás capitanes de la Toman, y como no había nadie que pudiera cuidar de Mana y Luna, pues...

—... has pensado en mí.— terminó Mai por él, haciendo que Mitsuya soltara una risita mientras asentía. —Eso me halaga, créeme. Además, desde que los gemelos a los que daba clases particulares se fueron, he echado de menos estar con niños.— el chico asintió, recordando como Baji le había contado lo triste que estaba Mai aquel día. —Así que, no me importa estar con estas dos angelitos de aquí.— Sonrió la chica, acariciando con cariño las cabezas de las niñas.

Mitsuya sintió un escalofrío al recordar lo sucedido con Moebius, y lo único que podía hacer era admirar a Mai por lo fuerte que había sido en aquel momento. No cualquier persona se habría sacrificado de aquella forma ante el peligro para salvar a alguien más, y ella lo había hecho poniéndose a sí misma de escudo humano para Mana y Luna, recibiendo todos los golpes y así haciendo que ninguno repercutiera a las pequeñas.

Desde ese justo momento, Mitsuya admiró a Mai. Y no lo iba a dejar de hacer porque con el paso del tiempo, el chico se estaba dando cuenta de que su corazón era de oro y de lo afortunado que era Baji, su amigo, de tenerla a ella de pareja. Aunque, Mai también era afortunada porque Mitsuya sabía todo lo que era capaz Baji de hacer por ella, así que, se complementaban y hacían una pareja que más de uno envidiaría.

—No tardaré mucho en venir, creo.— habló de nuevo el chico de pelo plateado. —Luego, si quieres, te puedes quedar a cenar. Lo prepararé yo.

—¡Eso suena genial!— contestó Mai. —Pero, solo si las niñas quieren, claro.

—¡¡Claro que queremos que te quedes!!— Afirmaron a la vez, haciendo que la sonrisa que Mai aún mantenía en su rostro se ensanchara un poquito más.

—Pues, decidido. Me quedo a cenar con vosotros.— confirmó la chica. —¿Por qué no vais a buscar a vuestro cuarto algo para dibujar? ¿Os apetece?— las dos niñas asintieron rápidamente y desaparecieron por el pasillo que llevaba hasta sus habitaciones como una bala. —Oye, Mitsuya...— comenzó ella, borrando su sonrisa y poniéndose seria por una vez. —El tema del que quiere hablar Mikey... No será por causalidad relacionado con Kazutora, ¿verdad?

𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌 ━━ 𝖡𝖺𝗃𝗂 𝖪𝖾𝗂𝗌𝗎𝗄𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora