━━ 𝟢𝟣𝟩: 𝙲𝙸𝚃𝙰

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𝓜ai respira todo lo hondo que puede antes de meter las llaves en la cerradura de su casa y abrirla

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𝓜ai respira todo lo hondo que puede antes de meter las llaves en la cerradura de su casa y abrirla. Había escuchado la voz de su padre hablando con Seina, y eso ya le ponía los pelos de punta porque la joven rubia bien sabía que le tocaría otro de los famosos interrogatorios de Ikari Hiro. Además, también sabía que su padre no era tonto en absoluto, por lo que ya se estaría haciendo a la idea de que iba el asunto porque su única hija había pasado la noche fuera con un chico. A Mai no le importaba decir que estaba en una relación amorosa con Baji Keisuke para nada, es más, incluso se sentía orgullosa de ello.

Pero, siempre era difícil decirlo frente a los padres porque Mai en muchos aspectos se seguía considerando infantil tal y como una niña. Aunque, esas cosas de su vida se marchaban cuando recordaba que ya contaba con dieciséis años, y que en dos más ya sería cumpliría la mayoría de edad. Además de que no se sentía una niña con Baji, sino como una idiota enamorada que no podía pensar en nada más en que quería seguir con aquel chico cuando fuera una adulta; también cuando fueran unos abuelos que incendiaban juntos coches porque se aburrían en la residencia.

Cuando la puerta de su hogar es abierta por ella, lo primero que Mai percibe es el delicioso aroma de un desayuno pero no siente hambre porque la señora Baji se había encargado de alimentarla bien antes de que Mai se marchara a su propio hogar. Había sido algo vergonzoso levantarse de la cama, con el pelo revuelto y con baba reseca en la mejilla, y salir a la cocina a beber agua encontrándose a aquella mujer leyendo una revista con una sonrisita divertida decorando su rostro porque su hijo previamente le había contado con pelos y señales que él y Mai ya estaban saliendo. Keisuke no se lo habría podido aguantar por demasiado tiempo, y menos con su madre; la cual se alegró más que nadie de la noticia de que Mai era parte ahora de esa misma familia que ellos dos componían solamente.

Bueeenos días.— saludó Mai a sus dos padres con una sonrisita nerviosa. —¿Qué tal habéis dormido, queridos padres?

—Fantásticamente bien.— rio su madre, dándose cuenta de la actitud de su propia hija. —Menos por los ronquidos de tu padre, claro. Porque eso es peor que una tortura china.

—Eh, tú eres la que ronca de nosotros dos, no me eches las culpas ahora.— replicó Hiro y, cuando Mai pensó que se iba a librar de las preguntas del hombre porque no la miraba directamente a ella y se podía escabullar hasta su cuarto, su padre volvió su mirada hacia ella y eso ocasionó que Mai tragara saliva. —¿Y tú qué tal has pasado la noche?

—Pues... Bien.— Contestó.

—Has dormido con un chico.

—Y con un gato, papá.

—El gato es lo de menos ahora mismo.— Hiro se bajó mínimamente sus gafas para mirar a su hija por encima de éstas y así lograr vislumbrar sus ojos azules. Eso volvió a ponerle los pelos de punta a la pobre Mai. —¿Qué has hecho con ese chico, Ikari Mai?

𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌 ━━ 𝖡𝖺𝗃𝗂 𝖪𝖾𝗂𝗌𝗎𝗄𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora