━━ 𝟢𝟤𝟤: 𝚃𝚁𝙴𝚂 𝙳𝙴 𝙰𝙶𝙾𝚂𝚃𝙾

3.5K 373 434
                                    

𝓛os ojos azules y traviesos de Meowy siguen atentos la pluma que Mai había comprado para que fuera su juguete

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

𝓛os ojos azules y traviesos de Meowy siguen atentos la pluma que Mai había comprado para que fuera su juguete. Como si fuera una fiera pantera a punto de atacar a su presa, el felino se prepara para saltar y en el momento menos esperado para la rubia, lo hace; asustándola de paso porque no había acabado yendo a por la pluma, sino que había empezado a trepar con rapidez la camisa de su dueña para acabar restregando su cabeza contra el cuello de la joven.

—Oh, ¡qué alguien me ayude!— dramatizó la rubia quitándose a Meowy del cuello para ahora abrazarlo mejor. —¡Este gatito me va a matar a base de cariñitos!

Keisuke mira a su novia con una sonrisa cruzando su rostro, admirando su cara de felicidad y su cariño al besar al gato, mascota de ambos, en la cabeza mientras que él ronroneaba con gratitud por la muestra de su dueña. Si Baji pudiera congelar un momento, sería sin duda la sonrisa de Mai. Por lo bonita que era y por como lograba hacerle sentir.

El felino decide saltar de los brazos de Mai para ahora abalanzarse sobre Keisuke, queriendo que él le diera el mismo cariño que la chica anteriormente; cosa que él cumple sin rechistar porque aquel felino resultaba ser también una de sus tantas debilidades. Si no fuera demasiado raro, le haría un altar a Meowy porque gracias a él y a su mala manera de estudiar, había terminado conociendo a Mai y estrechando tanto los lazos con ella como para ahora ser pareja.

La señora Baji entra a la casa con bolsas de la compra acompañándola. Sonríe sin poderlo evitar también por la escena que estaba presenciando; y porque su mentalidad de madre le había jugado una mala pasada haciéndole ver que Mai y Keisuke no estaban con un gato, sino que estaban jugando con su propio hijo; su nieto. Un cálido sentimiento abrazó el corazón de la mujer, diciéndose a sí misma que no debía de ser impaciente porque sabía de sobra que aquella relación sería duradera y que, en un futuro, su fantasía sería real.

—Ay, deja que te ayude con las bolsas.

—Gracias, Mai, cielo.— sonrió la mujer cediéndole las bolsas a la muchacha que se había acercado con rapidez hasta ella. —Puedes dejarlas encima de la encimera de la cocina. Te he comprado leche de fresa, por si te quedas más días aquí a desayunar.

—¡Muchas gracias!— sonrió la rubia. —Pero, mis padres van a volver pronto de su viaje de vacaciones y ya no me quedaré tanto aquí por las noches como siempre.— admitió. —Más por mi padre, porque aún le cuesta un poquito aceptar que tengo novio; aunque se lo ha tomado mejor de lo que me esperaba.

—Ya tengo ganas de volver a quedar con Seina.— admitió la señora Baji fingiendo limpiarse una lágrima. —Tu madre y tú os parecéis mucho, ¿lo sabías?— Mai asintió mientras reía. —Y, es muy divertida además. Me lo paso muy bien con ella mientras hablamos de vosotros dos.

—¿Y qué habláis exactamente?— Inquirió Keisuke con los ojos entrecerrados, asomándose por la puerta de la cocina donde ambas mujeres se encontraban y cargando a Meowy de paso también.

𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌 ━━ 𝖡𝖺𝗃𝗂 𝖪𝖾𝗂𝗌𝗎𝗄𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora