𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌 ━━ 𝖡𝖺𝗃𝗂 𝖪𝖾𝗂𝗌𝗎𝗄𝖾

「 𝗘𝗦𝗣𝗘𝗖𝗜𝗔𝗟 𝟮 」𝙻𝙰 𝙷𝙸𝚂𝚃𝙾𝚁𝙸𝙰 𝙳𝙴 𝙷𝙸𝚁𝙾 𝚈 𝚂𝙴𝙸𝙽𝙰

PERSONAJE INTRODUCIDO:

RYO

𝓢akai Seina, cuando se mudó a Tokio, no tenía más que quince años de edad. Era una joven risueña, aunque con mal humor, que procedía de un pueblecito perdido de la isla tropical Kyūshū en el sur del país. Era una de las islas más grandes, pero Seina consideraba que vivía en un pueblo repleto de cabras, personas mayores y puro y duro aburrimiento.

El haberse mudado había sido porque su padre había encontrado un trabajo milagrosamente, aunque la situación del país no era la mejor del mundo. Había bastante delincuencia, sobre todo en el mismo Tokio, además de mucha falta de trabajo; pero Seina había considerado que, aquella oportunidad, no era más que un regalo del destino del que ella se debería de aprovechar para sacar su vida hacia delante.

Aunque, no todo parecía ser tan bonito como pintaban las cosas. La casa donde vivirían resultaba ser sumamente pequeña, además de que su madre extrañaría su rutina del día a día del campo. Su padre, aunque estaba alegre de haber encontrado una fuente de dinero, tendría que trabajar muy duro para mantener a su familia y poder subsistir en la gran capital. Pero, si los Sakai estaban unidos, nada ni nadie podría contra ellos y sus propósitos.

Seina tenía claras las cosas en su vida: lo primero, sacaría a sus padres de la miseria de trabajar día sí y día también, durante incontables horas sufriendo cansancio y dolencias. Y, lo segundo, era que ella se dedicaría al mundo culinario; pues consideraba que aquel sería su futuro. Así que, había atado cabos y había obtenido un sueño: ser una gran chef para poder devolver todo lo que sus padres habían hecho por ella y así ser feliz trabajando de lo que a ella de verdad le gustaba.

—Seina, hija, mucha suerte en tu primer día de clase —deseó su madre con una sonrisa, entregándole a la adolescente un bento repleto de comida que a ella le encantaba—. Te he puesto un poco de todo, para que tengas energías —comentó refiriéndose al almuerzo—. Siento no haber podido comprarte zapatos nuevos...

—Mamá, ¡a mí estos zapatos me encantan! —replicó la joven aceptando el bento y esbozando una radiante sonrisa— Así que, no te preocupes por eso. Mientras sigan de una pieza, yo seguiré llevándolos. Me voy ya, que sino llegaré tarde —abrió la puerta de su minúsculo nuevo hogar—. Dile a papá que le quiero cuando llegue a casa, ¡nos vemos!