-¡Sigue así, Sara! -escucho la voz de Johnny por detrás -¡Tú puedes!
Esos ánimos me logran formar una sonrisa de orgullo hacia mí misma. Yo puedo vencer a Lecat.
-¿¡Es todo lo que tienes, Cervantes!? -continúa Lecat, recuperándose -¡Eso no fue nada! Realmente esperaba más de ti, la Elemental del fuego, la más poderosa. Pareces todo lo contrario. ¡Qué decepción! Para no perder el tiempo contigo, ¿no quisieras incendiar otro edificio con niños inocentes? -la sonrisa de orgullo desapareció lentamente. ¿Cómo es que él sabe de esa situación? -¡Fue divertido! ¡Te luciste, Sara! ¡Juas! ¡Juis! ¿Quieres hacerlo de nuevo para mí?
De inmediato, el recuerdo que estaba quedando en los superados, regresa velozmente. Aún puedo sentir lo ardiente del fuego que salía de mí sin control alguno. De nuevo, puedo escuchar los gritos, las suplicas, los llantos desgarradores y miedosos de mis compañeros suplicando por ayuda. Seguro fue el peor día de sus vidas. Seguro tienen traumas hasta el sol de hoy.
Es inevitable que la culpa no regrese.
-No lo escuches, Sara -nuevamente, escucho la voz de Johnny, ahora cerca de mi oído -. Lo hace para regresarte el golpe. Quiere desconcertarte -miro a Johnny -. No lo escuches. -repite, con firmeza.
-¡Estoy esperando el show, Sara! ¿Me dejarás con las ansias de disfrutar de tu naturaleza? Porque, sino te lo dijo Agnes, prácticamente, naciste para la destrucción.
Destrucción... ¡Ya no quiero más!
-¡Ya cállate! -expreso en un grito, disparando fuego desde mis manos hacia su dirección. Pero Lecat logra esquivarlo, causando que el fuego impacte en una pequeña tienda, obviamente, ésta comenzó a incendiarse -No... -de inmediato, la sirena del camión de los bomberos resuena por toda la calle -¡No!
-¿¡Ves como no me equivocaba!? ¡Eres pura destrucción! ¡Juas!
-Fue un accidente, bonita. No fue tu culpa, fue de él.
-Johnny...
-Mantén la calma, por favor. No dejes que te vea endeble. Promételo.
-Lo prometo...
-Vamos, esto aún no acaba. Arnold, de pie.
El mencionado se acerca a nosotros. Su rostro está completamente lleno de rubor y su respiración es más rápida. Todo por el enojo que corre por su ser. Sin duda, Emma sabría qué hacer.
-En serio, chicos, admiro su valentía. -continúa Lecat -. Pero la valentía no es suficiente para que me puedan vencer a mí. Lástima por ustedes, por esta ciudad tan linda, lástima por todo. Pero bueno... ¿Qué se le hace?
De repente, el cielo comenzó a nublarse, el viento a presenciarse pegando con nuestros cuerpos, causándonos escalofríos por la oscuridad que se hizo presente y una pizca de frío por el fuerte viento que llegó. Siento como el mismo viento alborota mi corto cabello rojizo y como mi fleco golpea con mi frente. Estas brisas se sienten completamente diferentes, se sienten como si tuvieran vida...
Y de un segundo a otro, escuchamos un aterrizaje por detrás nuestro, calmando el viento en seguida y regresando la luz del día.
Los tres volteamos lentamente al mismo tiempo y, al ver de qué se trata, nos quedamos pasmados e inertes, pero por dentro -esa parte que ya reaccionó- estamos felices.
-¿¡Qué es todo esto!? -exclama Lecat.
-Emma... -susurra Arnold, ésta lo observa con media sonrisa -. Estás viva... Por favor, Johnny, pellízcame...
-Bueno -Johnny hace lo ordenado.
-¡Auch!
-¿Qué?
-Era broma, tonto.
-Tú me dijiste que te pellizcara...
Si esto es verdad, es lo mejor que nos pudo haber pasado.
Emma regresa a su altura normal y comienza a caminar hacia nosotros. Se ve diferente; su cabello está más corto y toda la parte de abajo de su cabello es gris, como el color de sus poderes, como una Emma mejorada. Su ropa es como un traje, donde en el centro, predomina su símbolo del viento.
-Hola, chicos, ¿me extrañaron?
-Emma, ¿en serio eres tú?
-Soy yo, cielo -escuchar eso causó una enorme sonrisa de oreja a oreja en Arnold, esa sonrisa que había perdido -. Me alegra verlos aquí. Prometo que les daré una explicación. Por ahora, tenemos algo que acabar -sin más, Ferrer pasa en medio de nosotros, quedando frente a frente con Lecat, quien mira la escena con desorden -. ¿Feliz por verme otra vez, Lecat?
-¡Tú estabas muerta!
-Te falló tu plan, querido -Lecat no deja de formar muecas, mientras que observamos el trabajo de Emma -. Nosotros somos más fuertes que tú, Lecat, solo nos hace falta experiencia, horas de entrenamiento, de estudiar nuestros poderes, de conocernos, pero somos más fuertes, la ley de la naturaleza así lo dice, y eso no se puede cambiar. Llegará el momento en el que seamos los más fuertes que, al momento de luchar, será como quitarle un pelo a un gato; así de sencillo -Emma comienza a alzar sus brazos, llamando al viento en un remolino -. Mejor ten miedo de nosotros, porque nosotros somos Los Elementales -al instante, los baja con fuerza, enviando el fuerte y gran remolino hacia Lecat, logrando su objetivo: tumbar a Lecat de su nave, debilitándolo al golpear con el suelo.
-Esa es mi chica -dice Arnold, orgulloso de quien tiene a su lado.
-Y esa es mi mejor amiga -hablamos Johnny y yo al unísono, igual de orgullosos de la Elemental del viento.
Sí que ella es única. Una chica digna de admirar, fuerte y valiente. Emma Ferrer es mi ejemplo a seguir.
-¡Chicos, vengan! -inmediatamente acudimos al llamado de Emma -Me encargué de sacarle toda la fuerza que tenía. Es nuestro momento de luchar como equipo. ¿Están listos?
-A sus órdenes, bella dama -responde Arnold, Emma le agradece con la mirada.
-Estamos listos -añade Johnny.
-¿Sara? ¿Confías en mí? ¿En agua y tierra? ¿Confías en ti? ¿En tus grandes habilidades y la fuerza que ellos te dan? ¿Lo haces?
Formo una sonrisa.
-Lo hago.
-Hora de divertirnos.
Nuevamente, de un segundo a otro, una épica pelea inicia, cada uno con su virtud. Johnny y yo trabajando juntos, Arnold y Emma haciendo ese maravilloso equipo.
Y al fin puedo decir que soy feliz así.
Arnold
No puedo creer que la chica que amo haya regresado a mí. Verla aterrizar tan épicamente me erizó la piel y me devolvió una alegría que, sinceramente, creía perdida.
Con ella a mi lado, puedo ser una mejor persona ahora, aunque me tocará pedir muchos perdón... Pero ahora, como dijo Emma, hay que luchar para ganar esto.
-¡Cuéntales, Agnes! -exclama Lecat, alzando sus manos, como si se estuviera rindiendo. Los cuatro nos detenemos. El anteriormente mencionado se acerca y mira fijamente a Lecat. Ese expresión seria da miedo. -¡Cuéntales como me arruinaste la vida! ¡Cuéntales como dejaste que mis padres murieran! ¡Todo lo hiciste sin piedad! ¡Cuéntales como no eres esa persona que tanto finges ser!
¿Qué está pasando?
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Los Elementales
FantasyCuatro jóvenes, quienes fueron los elegidos por la naturaleza para controlar los cuatro elementos; fueron los elegidos para vencer el mal; para lidiar con la responsabilidad que conllevan estos poderes, los cuales desde la destrucción de su verdader...