"Entonces déjame estar contigo" Bakugo y Tsuyu

"AMIGOS"

Algunas personas consideran que la edad no es un detonante importante para una relación amorosa, que lo importante está en los sentimientos de ambas partes; pero las personas que piensan eso son las más hipócritas cuando se les menciona una diferencia de bastantes años. Si a esto le agregamos la hipocresía de aceptar mayoritariamente las relaciones en las que el hombre es quien saca ventaja en años a la chica, el hecho de que en esta situación fuera lo contrario era aún más controversial.

Asui Tsuyu es una mujer de 26 años, delgada y de estatura baja, con unos enormes ojos al igual que sus manos y su larga lengua, de tes clara y con un bello rostro angelical, por lo regular viste cualquier tipo de ropa que evite mostrar de más aunque generalmente sus ropas las acompaña con ese oberol de trabajo que usa toda la semana; a la edad de 18 años cuando terminó la preparatoria ya tenía bien claro que quería ayudar en el negocio de su familia, una florería; no quería ni tenía interés en estudiar una carrera profesional y mucho menos seguir el camino que muchos de sus amigos tomaron, el de convertirse en héroes, ¿Por qué? Simplemente quería llevar una vida tranquila y estable. Por ello la idea de casarse no le cruzaba por la mente, además de que siempre fue una desdichada en el amor; un matrimonio conlleva complicaciones, siempre pensaba esto y las complicaciones no entraban en el estilo de vida que ella deseaba.

Ella y toda su familia son tan amistosos que se llevan bastante bien con las demás familias vecinas, pero sobre todo con una en especial, la familia Bakugo; la madre de Tsuyu y la señora Bakugo se conocieron en la universidad por lo que se hicieron muy buenas amigas y era de esperarse que cuando el hijo único de Mitsuki necesitó tutorías para entrar a la secundaria le terminaran pidiendo ayuda a Tsuyu.

"Al principio fue un tanto tedioso tener que recibir a ese molesto niño de 12 años en la florería 4 veces por semana sólo para ayudarlo con sus estudios, pero no podía negarme si mamá me lo había pedido además de que quería hacerle ese favor a la señora Mitsuki. Ese niño era un desastre, grosero y maleducado; parecía que no le importara estudiar ni aprender y mucho menos ingresar a esa escuela, ahora que lo pienso ha cambiado mucho desde entonces, no entiendo porqué, bueno como sea, antes era insoportable aunque con el tiempo me encariñé bastante con él, es un buen chico Katsuki chan"

Bakugo Katsuki, un chico de 17 años, de complexión delgada pero robusta, rubio, de ojos color carmesí y con la actitud más nefasta en la faz de la tierra; por lo regular viste cualquier cosa común entre los adolescentes de su edad, no es nada quisquilloso en cuanto a la ropa; a la edad de 15 años entró a un curso de héroes para convertirse en uno profesional, ¿Por qué? Cierto asunto con una amiga lo impulsó a ello. "Quiero protegerte" era el pensamiento que lo levantaba todos los días de su cama.

Cuando tenía 10 años su familia se estableció en la que ahora es su residencia, conociendo así a la amiga de su madre y a toda su familia, "La familia de sapos" así era como los identificaba, intentó llevarse bien con el hijo varón de esa familia pero aún así era mayor que él y no congeniaron del todo, con la hija pequeña ni lo intentó, él no se juntaría con una niña, y con la hija mayor, bueno, con ella tuvo que relacionarse ya que su madre lo obligó a tomar tutorías con ella unos años después para ingresar a la secundaria.

"En un principio esa tipa era muy rara, sus ojos saltones me desconcentraban y esa asquerosa lengua que se salía sola a cada rato de su boca era estresante, aunque debo admitirlo, es excelente explicando las cosas, tanto así que gracias a ella logré entrar a esa escuela, con el pasar de los días ya no era tan rara como lo pensaba, hasta era divertido verla después de clases.

Un día la florería de sus padres no abrió, ni el día siguiente, ni el que seguía; yo no sabía porqué hasta que mi madre nos llevó al hospital en donde tenían internada a Asui. Aparentemente ella y otras personas más fueron reénes de un grupo delictivo, los héroes tardaron bastante en llegar y eso le costó a Asui una costilla rota, una pierna lacerada y parte de su rostro estaba raspado, parecía que la habían arrastrado contra el pavimento, por ello llevaba todos esos días sin despertar aunque no era de gravedad, sólo tenía que descansar.