"Entonces déjame estar contigo" Bakugo y Tsuyu

"MANZANAS"

En tan sólo un par de horas Yaoyorozu confeccionó a la perfección y en medidas exactas los trajes de 5 chicos, ¿Por qué solamente 5? Sencillo, imaginemos que pones a la venta unas manzanas, como buen comerciante pondrías en el frente aquellas con más brillo, de mejor tamaño, y que visiblemente serían las más fáciles de vender, ¿No es así? Las chicas necesitaban de esa estrategia para que su café tuviese frutos numerosos, y qué mejor que con 5 manzanas atractivas y de buen aspecto, 5 chicos guapos y llamativos.

Kirishima, Denki, Sero, Deku, y por último Bakugo, y no es que fuera que los demás no llamaran la atención, lo hacían, pero les necesitaban en otras labores, así que parecía justa aquella distribución de trabajos.

Mientras el resto de los chicos se dirigía a los almacenes de UA en busca de materiales para los pósters, carteles y pancartas del café, los chicos que servirían de maids daban paso hacia los vestidores con los uniformes de ostentosos encajes y satinados listones entre manos.

"Pruebenlos, necesito asegurarme de que tomé bien las medidas" Indicaba Yaoyorozu una vez que les dejó ir.

A todo esto Bakugo parecía bastante seguro, sin embargo por su cabeza no dejaba de pasar que era una idea estúpida, ¿En qué momento se dejó llevar por las incitaciones de ese bobo? Tal cual como Asui decía, aún era un niño que se dejaba llevar tan fácil por el enojo. A pesar de esto, tenía que ser firme ante lo que ya había hablado, podría ser un tonto por ceder ante las provocaciones, sin embargo no sería un cobarde que se retractaría por algo menor.

-"Mierda" -Pensaba Bakugo mientras le daba mil y una vuelta a las ropas sin la minina idea de qué iba primero y qué iba después. -¿Cómo mierdas se pone esto?

Trató de echar un vistazo a los demás pero en cuanto volteó la mayoría ya lo traía puesto, no pasaría por la vergüenza de preguntarle a esos idiotas cómo mierdas se ponía un vestido.

-¡Tsk, como sea! -Guardó de manera brusca y sin cuidado el vestido dentro de una bolsa de papel que tenía dentro de su casillero y se disponía a salir cuando Deku le interrumpió.

-¿No te lo vas a probar, Kacchan? -Decía el amigable chico en un vestido negro con vivos oliva y medias largas.

-¡¿Qué putas te importa?! Qué te valga si me lo pongo o no, la de la cola de caballo dijo que los hizo a la medida, tsk. -Decía molesto.

-P-pero y si no te queda, o le falta ajustes.

-Tsk, no me voy a quedar a darte explicaciones pedazo de mierda, quítate.

Todos ahí dentro observaron como aquel rubio salía a paso firme y con un aura de penumbra de los vestidos, ¿Tan difícil era pedirles ayuda? Sí, para él lo era.

Bakugo pensaba en buscar algún vídeo en internet para saber cómo vestir esa cosa o en el peor de los casos tendría que pedirle ayuda a su madre, podía parecer sencillo pero esa chica si que sabía confeccionar cosas de alta calidad, a demás de que parecían ser clásicos de una sirvienta, con elaboradas costuras y un montón de correas y agujetas que sólo Dios sabía cómo iban armadas.

Mientras camina a por ahí no una vez que las clases terminaron y se dirigía a su casa, sintió el agarraré de alguien en su mochila. Lo que le hizo voltear de manera brusca con toda la intención de lanzar un golpe.

-Tsk, ¿Por qué mierdas me toc...? ¿A-asui?

-Kero. -Tsuyu sonreía. -Lo siento, ¿Te asusté?

-N-no, sólo me tomaste por sorpresa.

-Ya veo. -Tsuyu parecía curiosa ante su actuar, y más por la bolsa de papel que Bakugo rápidamente tapó detrás de él. -¿Qué es eso? -señaló la bolsa.

-¿Eh? N-nada, no es nada.

-Mmm, ¿No me vas a decir?

-E-es que no es nada, jaja en serio. -Decía nervioso.

-Tú nunca quieres decirme lo que ocurre pero si quieres que yo sea más sincera contigo, kero. -Dijo un tanto decaída.

-Tsk, no lo malinterpretes, es sólo que... m-me da vergüenza.

-¿Vergüenza? ¿Por qué?

-Si te muestro, p-prometes no reírte?

-¡Lo prometo, kero!

Con manos temblorosas Bakugo abrió frente a ella la bolsa mientras jalaba de ambas asas, dejándole ver a Tsuyu por encima las telas de un vestido.

-¿Eso... Es ropa de mujer? Katsuki chan.

-S-sí.

-¿La robaste? Kero.

-¡Claro que no! No soy un puto ladrón, me las dieron en la escuela para hacer una j-jodida actividad.

-¿Una actividad escolar con vestidos? En mis tiempos no nos travestiamos para eso. -Decía en un tono gracioso.

-N-no lo digas en ese sentido, es para un estúpido café con uniformes de sirvientas, por culpa de un par de idiotas es que tengo que vestirme así, aggh.

-¿Un café de maids?

Bakugo asintió.

-¡Qué divertido! Kero, hace años que no veo uno, bueno, al menos uno con chicos en vestidos jajaja.

-Oi, dijiste que no te ibas a reír.

-Lo siento, lo siento jeje. Y bien, ¿Cómo te queda? ¿Luces lindo?

-Tsk, no lo sé.

-¿Cómo que no sabes? ¿No te lo has probado?

-Ni siquiera sé cómo mierdas se pone.

Bakugo cometió un error, uno que le provocaría la mayor vergüenza de su vida hasta ahora.

-¡Yo te ayudaré! .-Dijo Tsuyu tomándolo del brazo acelerando el paso para llegar rápidamente a la florería.

-¡¿Q-qué?! O-oye no, espera.

-Ah, vamos, quiero verte usarlo, además no sabes ponértelo, yo ayudaré.

-N-no creo que sea b-buena idea. -Tropezó con el escalón de la entrada.

-Claro que sí, ¡Hola mamá, ya llegué!

-Hola linda, ¿Cómo te fue con Ashido?¿Irán juntas a la reunión de su generación?

-"¿Reunión de su generación?" -Se preguntaba Bakugo.

-Mmm... Aún no lo sé. Cómo sea, puedes cuidar la tienda por un rato más, necesito ayudar en algo a este chico.

-Oh, Katsuki chan, no te había visto, claro hija, yo me encargo.

-¡Bien!

Tsuyu le arrastró hasta su habitación y una vez dentro le dijo.

-Ahora quítate la ropa, kero.

-¡¿C-cómo, A-asui?!

-Tsuyu cayó en cuenta de lo que dijo y con nerviosismo salió de la habitación. -S-si tienes alguna duda estaré detrás de la p-puerta. "Qué estúpida Tsuyu". -Pensaba.

-¿Q-qu...? Tsk, como sea, s-sólo me lo pondré, una vez que me expliqué cómo usarlo me iré de aquí.