"MAIDS"

206 35 15
                                    

A plena luz temprana que se colaba entre un pequeño espacio de las cortinas en la habitación de Bakugo, dos cuerpos se encontraban abrazados tiernamente en aquella cama, disfrutando del roce de sus manos y del aroma que los embriagaba de deseo... o al menos eso hubiera sonado romántico si fuera real, sin embargo lo que sí estaba pasando es que Tsuyu tenía una de sus manos sobre la cara de Bakugo, su pierna izquierda lo estaba pateando y se encontraba postrada cual estrella de mar.

-Bostezando. -¿Dónde estoy? -Preguntaba Tsuyu una vez que se levantó, sentía una resaca terrible. -¿Qué e...? Ay no...

Tsuyu se dió cuenta que no estaba sola en esa cama, al contrario, se encontraba con un atractivo y dormido rubio.

-No, no, no, no... ¡¿Qué hago aquí?! .-Miró sus ropas. -E-estas son de K-katsuki chan... ¿Q-qué hice...? ¡D-dios! ¡Ya eché a perder a este chico!

-Aggh, ¿De qué mierdas hablas? Mmm, es muy temprano para que empieces a gritar. -Decía Bakugo a penas despertándose.

-K-katsuki chan, ¿Q-qué hicimos anoche? ¡No! ¡No me digas! No quiero escuchar cómo me a-aproveché de ti. -Decía cubriéndose la cabeza como si le doliese.

-¿Qué? Qué estupideces dices, Asui. Y deja de jalar la manta, hace frío.

-¿N-no hicimos n-nada? L-lo único que recuerdo es estar tomando con Mina y... Después ya e-estoy aquí.

-Ja, ¿Lo ves? Sabía que lo olvidarías todo, tranquila no pasó nada, desgraciadamente. -Dijo en voz baja.

-¿Cómo?

-N-nada.

-¡Katsuki ya llegamos! ¿Cóm...? Ah, Hola Asui. -Decía el padre de Bakugo.

Masaru y Mitsuki tuvieron que salir urgentemente por una situación con la familia de Mitsuki por lo que dejaron a cargo a Bakugo, como conocen a Tsuyu desde hace años de los cuales en muchas ocasiones iba de visita a la casa, no le parecía extraño verla ahí.

-¿Cómo estás? -Preguntó amablemente Masaru.

-B-bien señor, g-gracias. -Dijo tapándose instintivamente con la manta.

-Qué bien, me alegra. Hijo, bajen a desayunar, tu mamá ya está preparando el almuerzo.

-Sí sí, ya vamos. -respondió Bakugo.

-C-cielos, qué vergüenza... -Decía Tsuyu cubriéndose hasta la cabeza con la frasada.

-¿Por qué? Sólo estábamos durmiendo.

-Aún sí, tus padres lo van a mal pensar.

-Pff, no creo.

-E-espero que no, ker... -Tsuyu se tapó de inmediato la boca.

-¿Kero? -Dijo Bakugo con una sonrisa mientras se levantaba de la cama.

-Ay no, ¿Hice esos sonidos anoche? L-lo siento.

-Mmm, ya lo habíamos hablado pero como sé que no lo recuerdas. -Volteó sarcástico. -Te recuerdo que no me molesta oírte, sólo hazlos si salen de tu boca, qué estupidez que tengas que ocultarlos.

Tsuyu comprendió que Bakugo no la juzgaría por ello, fue hasta tonto pensar que así como un día la tacharon de asquerosa por eso, Katsuki terminaría haciendo lo mismo, sonriendo para si misma mientras Bakugo se ponía una sudadera encima y de igual manera le arrojaba una a ella, los dos terminaron por bajar juntos al comedor.

Mitsuki ya les esperaba con la comida en la mesa además de una gran sonrisa, amaba tener a Tsuyu en casa pues era como la hija que nunca tuvo.

Después de un ameno almuerzo Tsuyu tenía que despedirse para reportarse en su casa y abrir el local, por lo que Bakugo le acompañó hasta la florería.

"Entonces déjame estar contigo" Bakugo y TsuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora