La teoría de Marion

24

Antes que nada corrí al cuarto a dejar a Santiago en mi cama todavía dormido, cerré la puerta y volví a la sala donde estaba ella y Lucas.

—¿Qué quieres? — Pregunte al mismo tiempo que la miraba a los ojos—. Tú no vienes a conocer a tu nieto, tú lo que quieres es pedirme algo.

Lucas se sorprendió al escuchar mi respuesta. Mi mamá tomo aire y cruzo las piernas con elegancia.

—¿Lucas puedes esperarme en el auto?—ordeno con su voz fría y segura.

—¿Por qué no se puede quedar? ¿Tienes miedo a que vea lo que realmente eres?

—Tengo miedo a que se decepciones de ti, Marion. Ahora retírate Lucas, por favor.

Él miro desconcertado a nuestra madre, abrió la puerta y salió de ahí dejándonos solas en una sala prácticamente vacía y llena de polvo dejando entrar un pequeño rayo de luz por la ventana. Mamá se paró de su silla y dio unos cuantos pasos hacia mí, me miro de abajo hacia arriba con reproche y extendió su mano tomando la mía dejando algo sobre mi mano, tocarla hizo estremecerme y entristecer ya que me hacia recordar su sola presencia momento que jamás olvidaría.

Al bajar la mirada vi que había puesto un bonche de dólares sobre mi mano.

—¿Qué quieres que haga con esto?

—Quiero que vuelvas a nuestras vidas, bueno a la de tu padre y hermano, tu padre no está en un estado de salud muy bueno que digamos y lo único que haces es preocuparlo al no contestarle sus cartas. No has dejado que conozcamos a nuestro nieto. Si quieres alejarte de nosotros te pido que lo hagas sólo de mí menos de estos dos hombres que te aman más que su vida. Pídeme todo el dinero que quieras pero vuelve a ellos.

Rei de tristesa ¿qué no me conoce?

—Jamás dejaría de amar a mi padre o hermano si eso es lo que piensas. Estás loca si crees que con tu dinero voy hacer lo que me digas.

—Marion madura y ve lo hay a tu alrededor, si no quieres aceptar volver a ellos por lo menos acepta mi dinero—su mirada se volvió inquieta y la vez triste. Suspiro y empezó a buscar algo dentro de su bolsa mientras temblaba.

—Quiero que tomes tu dinero y te vayas, por favor, no tarda en llegar y al verte aquí se enojara porque…

Mamá dejo de buscar en su bolsa y confundida volvió sus ojos a los míos.

—¿Quién vendrá?

Nos quedamos un par de segundo viéndonos a los ojos, a ambas se nos induraron los ojos de lagrimas y pude notar que con tal solo la mirada podíamos decir cuánto nos extrañábamos y amábamos.

—Vete— conteste bajando la mirada.

Ella apretó su bolsa con ambas manos y mordió su labio inferior como si quiera reprimir todo lo que estaba a punto de decir.

—¿Por qué me odias tanto Marion? ¡Soy tu madre! ¡Tú estuviste en mi panza por nueve meses! ¡Te crie con tanto amor! ¿Por qué me haces esto? — se soltó a sollozar. Aventó su bolsa fina y me tomo de la barbilla con fuera— ¿Qué te he hecho?

Mis ojos de inmediato se llenaron de lágrimas, quite su mano de mi barbilla y seque las lágrimas.

—Me quitaste a lo que más había amado. Por tu culpa murió.

—¡Marion yo no hice que chocara!

—¡Sí no le hubieras dicho eso jamás se habría ido por carretera ese día lluvioso! ¡Fue tu culpa! ¡Largo de aquí! — grite furiosa.

—¡Yo le dije eso para que se alejara de ti, Marion eran primos!

—¡Eres una maldita mentirosa! ¡Nosotros no éramos primos!