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—Es original. Seguro que le gusta.

Lucas se recostó sobre el sofá, y dando un sorbo a su botellín de cerveza, miró atentamente a Vale. Estos dos se traían algo y ninguno de los dos me quería decir. Vale estaba sentada en el suelo, delante de la mesa, contemplando, con una sonrisa, la cara de mi hermano. Por primera vez los vi sonreírse.

—¿Crees que se alegrará?—preguntó Valentina introduciendo un par de cajitas a su morral. 

—No lo sé, supongo que sí. Seguro que se sorprende—Lucas volvió a dar un sorbo a su cerveza y continuo—. Deberías escoger mejor a tus noviecitos, parece que no aciertas con ninguno… conmigo te equivocaste, y mucho – dijo sonriendo maliciosamente —y con este… debería de hacer más ejercicio el chico... — le dijo—. A ver si con él si te decides quitarte ese maldito anillo. Como odio ese maldito anillo.

A la hora de escuchar aquellas palabras se me salió un grito ahogador, pero en cuanto  Lucas volteo yo ya estaba saliendo de la casa, corriendo a toda prisa. ¿Por qué Lucas le dijo eso a su hermana? Par de pecadores. Ya estaba oscureciendo y no sabía a dónde ir. Mi mamá seguía en su trabajo al igual que papá.

Si se me ocurre ir a casa Lucas es capaz de atarme a una silla y torturarme con cosquillas hasta que le diga todo lo que escuche así que no me conviene.

Estaba aterrada por el frío húmedo. Revise mi móvil y había tres llamas perdidas de Luca y cinco de Valentina. Le mande a David un mensaje pero no contesto la hora que estuve sentada en aquel parque, lo más seguro es que estuviera ocupado.

A lo mejor estoy mal interpretando eso de Lucas y Vale, a lo mejor y por eso me quieren llamar por teléfono para aclarar todo…

Decidí que no era bueno estar a estas horas de la noche fuera de la casa y menos si no había nadie que me acompañara así que con mucho miedo regrese a casa. Llegue a la casa por la parte trasera para entrar por la cocina, la entrada principal era un hervidero. Intente subir los escalones lo más despacio posible pero eso valió para nada, Valentina me estaba esperando totalmente asustada en mi cuarto. Al verme se soltó a llorar. 

—¿Qué pasa, por qué lloras?

—Le dije que no era bueno que estuviéramos juntos, lo rechace muchas veces pero me era imposible resistirme a tu hermano, me gusta mucho y si tus padres se enteran me van a correr.

Todavía les dice "tus padres" y "tu hermano". Es obvio que Valentina jamás se sentirá parte de nuestra familia y menos si Lucas esta en esta casa.

—¿Qué paso entre ustedes?

—Nada, nada, lo juro, es como mi hermano y eso se ve mal.

Sabía que mentía. Me acerque y levante su cabeza para mirarla a los ojos, de la única forma que podría saber si me esta mintiendo es con la mirada, ella no puede decir una mentira viéndote a los ojos.

—¿Él qué te hizo?—Pregunte desesperada. No contesto y solo empezó a llorar más mientras ponía sus manos en la cara y movía su cabeza de manera negativa—. Ojala que no te haya tomado por la fuerza. Bueno no, perdón, soy una idiota por pensar eso, mi hermano jamás...

—Me he enamorado de él—interrumpió—. Y él no, él solo me habla cuando necesita un poco de afecto, cuando necesita que alguien lo acaricie y cuando se siente satisfecho me desecha como una basura, no le importo y yo lo sé.

Lucas es famoso por eso. Por lo que yo sé las únicas personas que terminan enamoradas son las chavas con las que ha salido Lucas. A él parece que les vale y solo las ve como un objeto sexual.

Valentina no paró de llorar, mientras le ayudaba a ducharse. Supuse que el estrés y el miedo a que la delatara con mis padres salía de ese modo, pero su silencio me preocupaba. Siempre me pareció una chica fuerte y entera y la fragilidad que mostraba me tenía sorprendida. 

Le sequé el pelo con dulzura y la llevé a su habitación. 

La teoría de MarionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora