La teoría de Marion

30

—Te amo.

—Yo también te amo, quiero que sepas que jamás dejare irte —contestó.

Todos nos miraban sorprendidos.

—Toma mi mano... y larguémonos de aquí, Marion.

Las lágrimas resbalaban por mis mejillas. Soy la persona más idiota del mundo, tantos años me la pase creyendo que él no era lo mejor para mí, tantos años tuve miedo por demostrar el amor hacia él, tantos años me mantuvieron separada de él.

Sentí un jalón que me llevo hasta el otro lado del cuarto, fue Cesar que me había empujado para golpear a David, caí encima de unas cajas llenas de botellas de vidrio, partes de mi cuerpo comenzaron a sangrar y yo no podía hacer nada por impedir que Cesar lo golpeara, David intento defenderse pero todo fue en vano ya que muchos estaban en contra de él. Cuando por fin las autoridades se llevaron a David, Cesar me cargo y me llevo dentro de la camioneta para irnos directo, la maestra y los demás no hicieron nada por salvarme, sólo observaron sin mencionar nada, los miré pidiendo ayuda pero ningún bailarín hizo nada, ahí me di cuenta que Cesar era el que mandaba ahí.

—Tú eres mía, lo fuiste desde el momento en que decidiste estar conmigo, nadie me deja y mucho menos por alguien más. ¿Sabes que nadie me ha dejado? Yo soy quien las dejo marcharse, eres mi propiedad ¿Lo entiendes?

—Estas demente.

—Tanto que te entregaste a mí—me empezó a desnudar mientras me besaba, no le importaba que yo estuviera sangrando por muchas partes el cuerpo y continúo.

—Necesitas llevarme al doctor, estoy sangrando, los vidrios se enterraron a mi piel... entiende.

Él no me hizo caso, me acostó sobre la cama y como loco desesperado empezó a poseerme, me sentía violada, indefensa y con un coraje increíble.

—Si te vuelvo a ver con él... te mato—dijo entre lágrimas—. Si no vas a ser mía, no serás de nadie más.

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