[12]

3.9K 222 25
                                    

El remordimiento de Alexa no resistió más de un mes. Le llamo a mi tío, Damián, y le dijo que tenía que regresar a casa. La verdad ahora era yo la que no me quería regresar, ahí me la pasaba poca madre, mis tíos son súper chidos al igual que sus hijos y la neta me olvide de todo estando allí. Me basto un mes para conocer todo su pueblo y para quedar encantada con todas sus costumbres y tradiciones. Ya hasta se me pego su acento norteño.

En cuanto baje del avión se me vinieron millones de recuerdos. Nicolás. No puede ser que todavía no lo he podido superar. A mi mamá solo se le ocurre correrme de la casa por un mes y llamarme para que vuelva justo cuando ya estaba feliz.

Espere casi una hora en el aeropuerto a que alguien llagase por mí, pero nada, nadie aparecía. Continuamente me paraba de la silla y miraba alrededor. Allí solo había muchedumbre de personas que aguardaban y las que acababan de llegar: niños que salían corriendo hacia sus padres, taxistas con carteles, parejas que se abrazaban efusivamente… Pero nadie parecía esperarme. Encendí mi móvil para averiguar qué pasaba. Me encontré con un mensaje de Lucas: Un familiar te está esperando, si no logras reconocerlo echa un vistazo a la foto de tu bolsillo y enseguida entenderás. Recuerda que si lo recibes de buena gana en un futuro te arrepentirás. Muchos saldrán lastimados pero pocos sabrán por qué y es hora de que lo sepas. 

Volví a leer el mensaje. No entiendo. Me subí a la silla y empecé a buscar alguna cara conocida. La respiración se me corto cuando vi una cara que conocía a la perfección. Él al verme se le iluminaron los ojos y vino corriendo hacia a mí. Lucía  igual de sorprendido que yo.

—¡Chaparra! —Tomo de mi cintura y me jalo hacia él mientras me daba cientos de vueltas. Ahora parecíamos aquellos jóvenes enamoradísimos que se reencontraban en el aeropuerto.

—¿Da-da-David?

—¡Que milagro, jamás pensé encontrarte aquí! —Me abrazo fuerte—. ¿Qué haces en un aeropuerto a estas horas de la noche?

El corazón me latía a mil por hora.

—Me fui de vacaciones por un tiempo con mis tíos...— intente sonreír.

Y después de haber acariciado mi cara y besar mis labios entreabiertos alargo su mano para tocar la mía. Sentía mis ojos húmedos y el fuerte golpeteo de mi corazón pegando contra mi pecho. Una corriente de simpatía me inundó por completo. Pero el tétrico mensaje de Lucas no me dejaba tranquila.

—¿Tú qué haces aquí? —Pregunte intrigada.

—Vine a recoger a un familiar.

Su respuesta no me convencía. ¿Por qué justo cuando yo regrese él tuvo que aparecer?

—Esto es extraño... 

David se rasco la nuca. Sonrió nervioso.

"Muchos saldrán lastimados pero pocos sabrán por qué." Rápido metí la mano en mi bolsillo y por sorpresa sentí un papel entre mis dedos, a la hora de sacarlo veo que tengo la foto de David. ¿Es mi familiar el de la foto?

Mi móvil sonó. Mensaje de Lucas: "¿Por fin lo lograste deducir o todavía necesitas ayuda? ... Conociéndote la necesitas. Pregúntale sobre su mamá biológica". Cuando ya lo estaba guardando me llego otro mensaje esta vez María José. Hice caso omiso a su mensaje y decido cuestionar a David.

—¿Cómo se llama tu mamá biológica?

—¿Perdón?

—Tu mamá, ¿cómo se llama?

David me miro con cara de "estás loca".

—¿Qué tiene que ver eso ahorita?

—No tiene nada que ver. Nada más quiero saber. 

La teoría de MarionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora