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Durante los últimos meses las cartas siguieron llegando y lo único que hacía era leerla, creyendo aun, que era alguna broma pesada.

Hoy, un día importante para mí, no podía dejar que esas cartas lo arruinarán, hoy, por fin iba a dar mi presentación de ballet, después del debut que hice la semana pasada, pero ahora, el problema es que esas cartas metidas en mi cabeza no me dejaban concentrarme en los pasos que tenía que ejecutar.

Mi hijo entró al camerino antes de maquillarme, me abrazó como siempre y me dijo unas palabras que casi no recuerdo, con eso de que empieza a hablar le entiendo muy poco, Cesar, como siempre me dio un beso y me abrazo "no necesitas suerte, amor, lo vamos hacer genial". Ya se me había olvidado que desde que bailo aquí en Nueva York, mi única pareja ha sido Cesar y creo que por eso causamos sensación, la gente ama vernos juntos...

Cuando la melodía empezó mis piernas, ágiles y fuertes, se movieron automáticamente, todo lo hacíamos a la perfección. Todo estaba a punto de terminar marchando a la perfección pero algo extraño ocurrió, mi mente voló aún más, por alguna razón me imagine que veía a David, que él observaba cada uno de mis pasos y admiraba con orgullo mi hermoso baile mientras yo le sonreía y le hacía el gesto de que yo siempre sería de él. La melodía acababa y no quería que mis sueños se terminaran, cada vuelta que daba me sentía en las nubes.

De pronto todo acabó, mi sentido volvió y me hallaba en el suelo mientras Cesar gritaba mi nombre. Abrí los ojos y una luces lastimaron mis ojos, gire mi cabeza y me di cuenta que me encontraba tirada en el escenario, mire hacia el público que se encontraban intrigado.

— ¿Qué me paso?

—Te has quedado mirando al vacío y de pronto de desmayaste —dijo Cesar mientras me cargaba.

Me levante con la ayuda de Cesar que se encontraba con la cara roja y sudorosa. "Seguro está embarazada" "¿cómo la dejan bailar así a la pobre?" escuche que una señora del público comentaba con euforia, al levantarme trate de pedir perdón pero la cortina ya se había cerrado y escuchaba como el director se disculpaba con el público "en unos momentos estaremos de vuelta, mis más sinceras disculpas, esto no lo teníamos previsto".

De la nada volví a soltar un grito y esta vez no fue por "mirar al vacío" sino por ver a un rostro conocido, ya se imaginaran a quién, a David, el hombre que yo creía que estaba muerto, el hombre que creía que jamás volvería a ver y que me dejó con un hijo completamente sola. Por alguna extraña razón él se veía más atractivo, me talle los ojos con la esperanza de haber visto una ilusión pero al ver que no me baje de los brazos de Cesar. David se encontraba posado enfrente de mí a unos metros de distancia, entre sus manos tenía una ramo de rosas, y una sonrisa reluciente, a pesar de que sonriera le veía la tristeza en los ojos. Al parecer no pude quedarme parada un minuto completo porque Cesar volvió a cargarme. Lo quite de encima y camine hacia David.

—Marion, llevo tanto tiempo buscándote...

— ¡Tú estás muerto!

— ¿Quién te ha dicho semejante mentira?

—Yo, yo, yo, yo vi tu ataúd, mi mamá te vio morir...

—¿Mi tía? ¿Alex? Ella me mando a este país Marion, me ha apoyado durante años sólo para darte un mejor futuro. ¿No te dijo?

—¡No me dijiste nada! ¡David, tú estás muerto!

—¿Marion, me estás haciendo una broma?

—¿Cómo supiste de mí? ¿Cómo carajos te enteraste que estaba en New York?

—Te vi en un periódico, que ibas a dar tu debut...

—No, no,no, vete. Me estás haciendo una broma, tú no eres David.

—Si no lo soy como explicas que yo sé que tu mamá se llama Alexa, mi mamá Abigail y que ellas no eran herma...

—¿Quién es, amor? —interrumpió alguien atrás de mí.

La expresión del famoso David cambio, Cesar me tomo por el brazo y me jalo hacia él.

—¿Podrías dejarm...?—me dirigí a Cesar pero no pude concluir gracias a que mi hijo llegó corriendo llorando, preocupado por mí.

Lo cargue y justo en ese momento, cuando Cesar miró a mi hijo y después a David le cambio la mirada, soltó mi brazo, me quito a Santiago y se alejó.

—Necesitamos hablar... a mí todo este tiempo me han dicho cosas opuestas a las que me acabas de decir, no entiendo de donde sacaste que estaba muerto, pensé que me estabas haciendo una broma pero creo que va enserio.

Afirme con la cabeza, me extendió el ramo de rosas y mis ojos se llenaron de lágrimas, volví a sentir mariposas en el estómago.

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La teoría de MarionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora