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Al dar cada paso y seguir el ritmo de la música entro a otro mundo en el que ni yo puedo salir, es un mundo mágico, me olvido de los problemas y solo me centro en seguir bailando y  bailando. Ahora entiendo a mamá cuando decía que bailar era algo fenomenal. Lástima que ahora ella no pueda bailar tanto como me cuenta que lo hacía tanto. Según se cayó y se fracturo el pie. No le creo. Cuando me cuenta veo mentira en sus ojos y sus labios siempre tiemblan.

Al acabar de bailar escucho los aplausos de público. No mire directamente hacia las butacas sino dirigí mi mirada a los palcos donde se encontraba un hombre al que no había visto más de cinco meses. David sonrió y me guiño el ojo con aprobación, como siempre lo hacía cada vez que tenía este tipo de presentaciones. Mi madre se dio cuenta pero no hizo nada al respecto y solo empezó a aplaudir. Mis padres siguen traumados y con la idea de que hay algo entre David y yo. En serio no hay nada, solo somos amigos... 

Las bambalinas bajaron. No me dio tiempo ni de voltear cuando sentí que Marcos se acercaba a abrazarme, tiene una obsesión conmigo, atrás de él venían mis padres y hermanos. Todos me abrazaron y decían que lo había echo fantástico. No me dio tiempo de decirle tan siquiera un hola a David ya que Marcos me jalo para llevarme a cenar. David se saco de onda pero comprendió. Es mi primo, no lo sabíamos y cometimos un error. Es obvio que mis padres no quieren que se me acerque porque temen a que sucede que pase algo mas con él pero yo estoy segura que él me ve como prima y yo como primo, nada más.

Ya no he hablado con Majo ni con Nicolás, la verdad no sé si va bien su relación, espero que sí.

Al terminar de quitarme el vestuario pasamos a un restaurant bastante rustico. La pasamos bien en familia. 

                                                                         * * *

Creo que me equivoque al decir que perdí contacto con Majo. Me mando un mensaje en la madrugada diciendo que era urgente verme.

                                                                      * * *

Nicolás está sentado al lado mío. Majo se mantiene alejada con la cabeza agachada. Nicolás tiene la misma cara que yo, no sabemos que nos va a decir. 

—Yo fui quien los separo—soltó de golpe. La mire pero su mirada estaba clavada al suelo. Luego mire a Nicolás y él estaba completamente igual—. Nicolás no tiene la culpa de nada, Marion.

—Cállate—contesto él.

No comprendía nada. 

—No aguanto esto. Soy infeliz. Creía que si estaba con Nicolás iba estar feliz como tú lo estabas con él.

—Majo, calla—volvió a decir Nicolás.

—Amenace a Nicolás, le dije que si no estaba conmigo te iba a ser la vida imposible. Como a la primera no entendió y termino conmigo hice el show de tomarme las pastillas y tomarte de la fuerza por el cuello ¿recuerdas?

Me quede congelada al escuchar eso. Majo seguía mirando al suelo avergonzada. Nicolás apretaba los puños del coraje.

—Si lo recuerdo.

—Hice todo eso para demostrarle a Nicolás que no mentía, por eso regreso conmigo, porque no quería que te pasara nada... —hizo una pausa, alzo la mirada y me miro a los ojos—. Te tenía envidia Marion, tenía envidia de que tú eras feliz y yo no. Pensé que iba a ser feliz teniendo a Nicolás pero él solo te quiere a ti, es una piedra conmigo, no me ama y por fin lo entendí. Me gane el odio de los dos, perdóname. Era mi mejor amiga y te perdí por capricho.

Me temblaba todo el cuerpo. Sentía que todo el mundo se me venía abajo. Majo no dijo nada mas, se paro y se fue dejándome a solas con él.

—¿En serio hiciste esto para que no hiciera nada contra mí?—pregunte. Él asintió con la cabeza— ¿Por qué nunca me lo dijiste?

—No era fácil, Marion—volver a escuchar su linda voz me erizo la piel. Es cierto que ya no siento nada por él pero me paso eso cuando escuche por primera vez, después de casi un año, pronunciar mi nombre—. Majo necesita ayuda, no podía abandonarla, tú tienes familia ella no.

—¿Su mamá?

—No le hace caso...

—Bueno...creo que me voy a ir.

No quiero caer de nuevo. Ya no quiero saber nada de ellos. Aunque me vea mala onda. Si estoy con ellos solo salgo perjudicada, odio esto de los triángulos amorosos, odio que unos se hagan los sufridos. Majo esta perdonada al igual que Nicolás pero yo ya no quiero estar con ellos.

—Está bien— sonrió forzosamente y estrecho su mano con la mía.

—Adiós.

—Adiós.

Por fin he cerrado otra puerta con doble llave, no quiero abrirla, no quiero volver al pasado. Bastante tengo con Marcos, que resulta que ahora no se quiere despegar de mí, y con David, mi amor imposible.

—Oye—dice antes de que me vaya.

—Oigo.

—Hoy te ves hermosa, cuídate de los chavos como yo. Aunque ellos son los que van a terminar enamorados.

—Gracias. 

La verdad no sé que me quiso decir con eso. Di media vuelta y me marche. 

En lo que cabe Nicolás fue una bonita experiencia, obvio no voy a olvidar lo que me hizo pero afortunadamente ya lo supere. Gracias al golpe que le dio a mi pobre corazón pude madurar un poquito más. Me di cuenta que ilusionarse luego, luego sale mal. Confiar tan rápido en alguien también esta ma. No creo volver entregar mi corazón como lo hice con él que lo hizo cachitos. A parte tengo dieciséis años, ¿quién carajos se enamora a esta edad? Estamos inmaduros. Espero algún día encontrar a ese amor verdadero, aunque suene cursi, toda mujer por más que lo niegue desea eso. Todos estamos sedientos de amor. Unos más que otros, claro. 

La teoría de MarionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora