Neverland está ubicado detrás de la hermosa luna llena. Hay naturaleza, aguas puras y corazones dedicados..., pero también existen lugares oscuros y temibles, en todos ellos yace alguna parte del temible villano de esta historia.
Yoongi. Pero como le gusta ser llamado por los demás: Suga.
—¡Mi peor pesadilla eres tú, Namjoon! Si yo pudiera encontrar tu escondite podría echarte el guante —despotrica Suga delante de su mapa—. Pero... ¿dónde estás? —se pregunta a sí mismo, dando una profunda calada a su porro. Retiene el humo en sus pulmones, degustándolo—. ¿La Laguna de las Sirenas, tal vez? —se pregunta a sí mismo, rascándose la prominente cicatriz que atraviesa su ojo derecho—. No, ya busqué allí. Mmmm, también en la bahía de los libros parlanchines; aunque parezcas idiota, te gusta leer mierda de criaturas. Quizá debería..., claro, secuestrar a uno de tu sequito.
De pronto, los pasos de una persona se escucharon, pretenciosos. Suga se irgue, colocando el arma que tenía a un lado del mapa, entre sus pesadas ropas inferiores. La sonrisa de Agust D, su hermano gemelo, le deforma el rostro redondo. Suga rueda los ojos, hastiado.
—La tripulación, o lo que queda de ella, está descontenta. Te la pasas aquí lamentándote por un chico perdido, creo que debes ordenar tus prioridades, hermano. —se cruza de brazos, recostando su cadera en la mesa donde yacía el mapa de la isla. Suga se ríe sin gracia, encarando el mar y disfrutando el viento golpear su cara. El porro ha sido olvidado, pero, como siempre que se le recuerda su némesis, no tiene ganas de nada más que no sea quejarse.
Cuando Suga se digna a voltear hacia su hermano, el rubio continúa con su mueca de superioridad que siempre le dan ganas de golpear.
—Él me quitó una mano, tiene una sentencia de muerte irrevocable, hermanito.
—Siempre has sido muy rencoroso. A mamá no le hubiera gustado, hyung... De hecho, me pregunto si, el que seas mayor diez minutos, te da el rango de hyung.
Suga se congela, pero apaga sus ganas de moler a golpes al estúpido de su hermano cuando un hombre moreno y calvo con un binocular en su único ojo, grita desde su lugar de vigilancia.
—¡Capitán Suga, es Namjoon!
Suga coloca las manos en sus cejas, intentando mirar, aunque sea difícil. Le sorprende darse cuenta de que, en efecto, se trata de su insufrible rival.
—¡Sí es Namjoon..., y viene con otras criaturas! ¡Agust, llama a la tripulación!
Y, aunque el rubio luce aburrido, rápidamente se dirige a cumplir su mandato.
—¡Todos a cubierta, el Capitán tiene ganas de jugar! —sonríe cual caníbal.
El número de hombres que tiene en su barco le da totalmente igual, mientras que sirvan con su cometido de intentar acabar con Namjoon, su némesis. Suga realmente no recuerda cómo comenzó la enemistad, pero sabe que, cuando el chico osó a dejarlo sin mano izquierda, obligándole a utilizar un garfio en su lugar, estuvo condenado a morir en sus manos. Y a Suga le gusta ver sangre, sueña desde hace mucho con la del sonriente muchacho que también es su total opuesto.
—¡Abran los ojos, idiotas! —grita fuerte, estirando una sonrisa asesina en su cara—. Esta vez no te escaparás, maldito marica. ¡A los cañones, sin esperar! —vocifera fuera de sí, sintiéndose mareado por la anterior hierba que había fumado. Se coloca su sombrero vino tinto, y carga su arma envuelto en un sentimiento de euforia. Pensar en matar lo deleitaba, pero pensar en matar al sonriente Namjoon cuya vida seguramente es mejor que la suya, doblega la sensación.
Corre hasta donde su tripulación está cargando los pesados cañones, y roba un binocular a un pirata lleno de tatuajes. Mirando a Namjoon y sus tres extraños amigos sentados pacíficamente en una nube, se deleita en su oportunidad de ganar.
—¡Doblando la pólvora, recuerden! ¡Elevación sesenta y cinco, tres grados oeste! —ordena Agust, metido en su papel. Suga sonríe, pensando que ya lo tenía, descuidado y a su merced.
—¡Apunten! —brama Suga—. ¡Disparen!
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—Ah, Namjoon... es justo como lo imaginaba —dice Jin, encantado. Recuesta su cabeza en el hombro fuerte y desnudo de Namjoon—. ¡Miren, niños, es el Lago de las Sirenas! —señala Jin, haciendo que los interpelados jadearan emocionados—. ¡Y las tierras de los indios!
—¡Allá están los piratas! —informa Tae, sus orbes brillando apasionadamente.
Entonces, una bala se empieza a acercar con premura, dejándolos congelados. Es Namjoon quien actúa rápido, moviendo la nube hacia la derecha. Jin, preocupado, se asegura de que los niños estén bien y los abraza contra su pecho.
—¡Rápido, Jimin, llévalos a la isla!
—¿Y qué harás tú, idiota? Necesitas ayuda. —reclama Jimin.
—Yo me quedo acá para distraer a Suga.
Y aunque no le parezca, Jimin guía a los niños hacia la isla, mientras que Namjoon silba, atrapando la atención de Suga y su tripulación. No están muy cerca, pero los piratas naturalmente yacen al pendiente de él.
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Neverland
Fanfiction1951, Seúl Seokjin, Hoseok y Taehyung son los tres hijos de la familia Kim. Residen en Seúl, una ciudad golpeada por la Guerra de Corea. Hay problemas políticos más allá de la bonita casa hogareña de nuestros chiquillos, conflictos de adultos que no...