La mitad del viaje de regreso se podría resumir a la hermosa voz de Jin. Namjoon lo observaba embelesado, Tae hacía los coros, Agust y Lisa aplaudían sumamente emocionada, mientras que Yoongi lo miraba desde su lugar.
Ahora que una conversación grupal dio inicio, Hoseok se obliga a ignorar los penetrantes ojos de Yoongi. Pero no puede, le acechan de una manera tan positiva que le molesta.
Entonces decide evadirlo de una forma efectiva: avergonzándolo.
—Yoongi toca el piano, podríamos sacarlo de su habitación y él acompañará a mi hermano en una canción. —su voz resuena, ahogada. Se rasca la nuca y se sonroja cuando todos los observan fijamente.
—¿Tocas el piano? —dice Namjoon sin una pisca de rencor en su rostro. Hoseok piensa que admira su capacidad de perdonar y dejar ir, porque él no puede sacarse de su cabeza a Yoongi condenándolo a muerte – supone que tiene que ver con el nuevo ambiente de la isla.
—Yo... sí, un poco. Jimin me enseñó, ¿no te acuerdas? Que me hayas dejado sin mano no limitó mis capacidades. —el pelinegro se remueve en su lugar, incomodo, pero no quita sus ojos de Hoseok.
—Sí que lo recuerdo, pero no quería incomodarte con el pasado. —explica Namjoon, apenado.
Yoongi mira al moreno con un leve rubor en sus pálidas mejillas y carraspea—. De vez en cuando rememoro lo malo que eras tú y me divierto. —dice en voz baja, seguramente con miedo a que Namjoon lo tomara con una ofensa. Hoseok siente cariño hacia su figura; ¡incluso se ve pequeñito! Oh, por Dios, es un idiota sin dignidad. ¡El tipo lo iba a matar!
Pero él...
—¡No hay duda de que eras el talentoso entre los dos, Yoongo Bongo!
La risa que suelta Yoongi se escucha mucho más calmada.
...es tan tierno.
—Hace tiempo que no lo llamabas así, vaya. —suspira Agust.
—¡Agust D! Definitivamente, al regresar tendremos que jugar como en los viejos tiempos.
Hoseok se alegra ante la tregua implícita en esa frase, y está seguro de que los demás presentes también.
🍃💚🍃💚🍃
Casi pueden ver el humo pertenece a su hogar, dulce hogar, cuando Hoseok siente que alguien le respira en el oído. Se encuentra de pie en una esquina del barco, viendo más allá, en dirección a su casa. Imagina a sus padres, sus sueños... se siente bien, porque, también, ha perdonado. Su lazo con Yoongi es limpio, ha quitado sus sentimientos de inferioridad.
Las manos en su estómago, el cuerpo de Yoongi abrazándolo por la espalda y su aliento en su oreja. Cierra los ojos y suspira.
—¿Volverás?
Hoseok quiere responder enseguida, pero no puede. Las palabras se le atoran en la garganta, su cerebro en blanco. Yoongi no lo presiona, y cuando intenta retirarse, Hoseok lo agarra de los antebrazos.
—Un rato más... —pide con ojos cerrados. La calidez de Yoongi es lo que más extrañará—. Yo..., todavía no obtengo apuntes sobre los aborígenes. Y tú no has intentado ser pianista en mi mundo.
Casi escucha la sonrisa de Yoongi.
—Quiero que tengas mi... —carraspea, tímido, haciendo que Hoseok se sonroje— mi pluma, para que tomes esas notas.
Yoongi saca la dichosa pluma blanca de su sombrero y se la extiende. Hoseok le da un beso en la mejilla rápidamente, volteándose una vez más.
—Abrázame. —ordena luego de un rato en el que Yoongi, inmóvil, solo se dedicaba a permanecer de pie con labios entre abiertos.
—Sí, sí, yo...
Hoseok se siente en casa cuando Yoongi le vuelve a rodear con los brazos. Es hermoso, porque sabe que, sin duda, volverá.
ESTÁS LEYENDO
Neverland
Fanfiction1951, Seúl Seokjin, Hoseok y Taehyung son los tres hijos de la familia Kim. Residen en Seúl, una ciudad golpeada por la Guerra de Corea. Hay problemas políticos más allá de la bonita casa hogareña de nuestros chiquillos, conflictos de adultos que no...