Jimin y Jungkook observan al rubio fumar con parsimonia.
—Eres extraño, Jimin, pensé que no tenías ganas de salvar a J-Hope.
El hada se posa en el hombro del niño, observando atento la manera en la que Agust D bebe su alcohol.
El rubio ya se había dado cuenta de la presencia de ellos, aunque Jimin y Jungkook se mantienen ignorantes.
—¡Y lo estoy! Solo que... pensar en volver a convertirme en humano, me hizo recordar a ciertos muchachos.
Jungkook suspira—. ¿Los gemelos?
Jimin no tiene que afirmarlo, pues es obvio.
Agust abre los ojos desmesuradamente. Se atraganta con el agua, pero logra mantener la compostura. Está de espaldas, aun así, sus oídos pueden captar la información: al final, ha sido la razón por la que los descubrió. Parece que Jimin lo está haciendo adrede, él más que nadie sabe que Agust tiene un amplio radio de escucha, lo que los ayuda en los enfrentamientos con Namjoon.
—Yo... tal vez me equivoqué en dejarlos marchar, pude hablar con ellos y de pronto..., pero no podía permitir que envejecieran y murieran, a la isla no le gustan los adultos. Hice lo que pude por mantenerlos con vida.
Agust siente sus ojos cristalizados. Un enojo corroe sus venas, pues ha rememorado en un solo instante todo el dolor que tuvo que pasar con su hermano. Habían sido desterrados, y la única figura que tenía sus respetos, les dio la espalda sin miramiento. ¿Y todo para qué? ¿Para conservar sus infancias? Agust y Yoongi están creciendo (tardíamente, pero lo hacen), lo que convierte a esas palabras en viles mentiras.
Se aleja con pasos pesados. Cuando entra del todo al barco, ve a Cara Cortada afilar su espada y le sonríe levemente.
—Afuera están Jimin y Jungkook, el Capitán los quiere vivos, en su habitación.
Cara Cortada tiene diecinueve. Su piel es incluso más morena que la de Namjoon, con dientes chuecos y ojos de demonio. Hacía unos meses, cuando había llegado al barco, no era más que un niño de ocho años, pero de eso ya no quedaba nada: los Niños Perdidos que Namjoon expulsa, eventualmente crecen de manera acelerada, y su muerte también llega temprano.
No tiene inocencia, y odia con locura a Jimin, el hada que permitió su destierro.
—Lo traeré, rubiecito.
En otra ocasión, Agust hubiera sido violento al decir su encargo, pero la información había salido pacífica, como si se refiriera al clima. Así que solo asiente y ve marchar a Cara Cortada con una gran sonrisa caníbal que, al igual que la cicatriz que le propinó Yoongi en su última borrachera, le cruza el rostro.
—Tomarte no será muy difícil, Jimin, al parecer quieres ser encontrado.
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Neverland
Fiksi Penggemar1951, Seúl Seokjin, Hoseok y Taehyung son los tres hijos de la familia Kim. Residen en Seúl, una ciudad golpeada por la Guerra de Corea. Hay problemas políticos más allá de la bonita casa hogareña de nuestros chiquillos, conflictos de adultos que no...