30. Neverland

60 11 2
                                    

Jimin y Jungkook son testigos de la armonía en el barco, sentados frente al timón. Jimin conduce, mientras Jungkook está perdido en sus cavilaciones.

Jimin piensa en la manera en la que ha hecho las paces con los gemelos, tácita, pero real; no quiere volver a preocuparse por ellos, pues finalmente han encontrado sus caminos.

—Oye, Jiminnie... —lo llama Jungkook con voz infantil.

Jimin, como ya es costumbre, le sonríe—. ¿Sí?

—¿Creceré?

Jimin piensa en la respuesta. Suspirando, toma asiento al lado de su Kookie mientras su polvo de hada se hace cargo de guiar el barco.

—Realmente no lo sé, ¿quieres crecer?

Jungkook se muerde el labio—. Te quiero conmigo.

Jimin le besa la frente, especialmente afectado por la ternura del niño—. Yo soy tú y tú eres yo, Kookie. Supongo que eso lo demostró tu actitud cuando me creíste en peligro. —dice, refiriéndose a su ataque violento contra Jin y sus hermanos.

Jungkook se ríe y agarra la mano de Jimin—. Entonces... algún día seré incluso más alto que tú, y entonces, tal vez tú y yo... —de fondo, el cuadro de Namjoon y Jin mirándose a los ojos con amor tuvo toda su atención—, digo, si no te molesta.

Jimin, quien no entiende mucho la propuesta, frunce el ceño—. Pero, ¿qué dices, niño? Te dije que estamos hechos del mismo polvo de luna, estaré a tu lado por siempre, hasta que no lo quieras así... y, entonces, entenderé que no me necesitas.

Jungkook infla las mejillas—. ¡Te necesitaré por siempre!

Y Jimin reconoce que Jungkook sigue siendo inocente, no comprende el poder en sus manos. El Elegido puede elegir lo que le apetezca, que Jungkook escoja tenerle a su lado, significa que es especial. Y, aunque desde hace mucho confía completamente en esos ojos de ciervo (raro para un híbrido de conejo), tiene una epifanía: Estarán juntos y todo se encontrará en orden.

—Yo también, Kookie.

La sonrisa de conejo de Jungkook es lo más hermoso que Jimin ha visto.

Sin embargo, Jungkook siente que lo etéreo en la belleza de Jimin opaca cualquier otra preciosidad.

Pero ambos comparten el pensamiento de que se aman.

Sí, son almas gemelas.

🍃💚🍃💚🍃

—No estoy listo para crecer —susurra Jin, sintiendo el pecho desnudo de Namjoon en su espalda—, pero... no puedo llevarte conmigo, ¿cierto?

—No —el aliento de Namjoon da con su oído, cálido y con aroma a hojas—, porque te estoy ayudando a levantarte y enfrentar tu realidad.

—¿Algún día te volveré a ver?

Namjoon, quien está feliz del desenlace de ese viaje, niega con cierta melancolía. No quiere arruinar su estado de ánimo, pero tampoco busca mentirle a su querido Jin. Nadie ha hablado sobre el final definitivo del que mucho tiempo fue creído el Elegido; aun así, Namjoon sabe que le espera la muerte, pues la sensación de haber culminado sus propósitos pesa sobre su espalda.

—Pero siempre viviré en tu corazón... —murmura con ensoñación, deseando que sea verdad. A los lejos se ve la ventana de los Kim, por lo que el suave beso que le da Jin tiene sabor agridulce.

A despedida.

🍃💚🍃💚🍃

El día siguiente, cuando Jin se levanta, tiene miedo.

Sus hermanos yacen en sus camas; Hoseok con una pluma perteneciente al Capitán Suga, Tae con la cadena de tres dólares que Agust había dicho que robó en América.

Por suerte, debajo de su almohada se encuentra el libro de tapa verde que se trajo como recuerdo.

No había sido un sueño.

FIN

NeverlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora