Emilio POV
La revelación de que Nikolas estaba involucrado fue suficiente para Karol pudiera investigar su historial, llamadas, mensajes, correos, todo aquello que nos diera una pista que seguir en la operación, al principio pensé que era parte de su estúpida idea sobre nosotros juntos y quizás no tenía segundas intenciones que mantenerme vigilado para alimentar su fantasía, pero conforme la rubia empezó a conseguir información fue claro que no era así, había una cuenta de correo privada a la que le había hecho llegar diferentes datos de nosotros, sin embargo, no fue sino hasta el día que se presentó en mi apartamento que decidió ser más explícito sobre la situación.
― ¿Qué tanto decían esos correos? ―murmuré sin llegar a detenerme con ella siguiéndome apresuradamente por el club, hacía unas semanas habíamos unificado el bar de los Bondoni con el mío, pero seguía sin ser capaz de entrar a la sala privada donde hable por primera vez con Joaquín, sentía que su aroma seguía en todas partes y odiaba la idea de que mi alfa volviera a sentirse emocional, por una vez quería hacer las cosas justo como a él le hubiera gustado. Así que mantenía mi trabajo en mi territorio al menos cuando me era posible.
―Hablaba ampliamente sobre los detalles de la emboscada, desde las personas que estarían involucradas, hasta las armas que usarían. En realidad, lo más extraño es que unas horas después de los primeros mensajes, envió un par más dando información sobre ti, tus números privados, cuentas personales y una palabra clave que usaban para confirmar las operaciones. ―fruncí el ceño subiendo las escaleras hasta el segundo piso del club y la miré de reojo abriendo la puerta para que pasara primero. ―Parecía interesado en que estuvieras implicado en lo que sucedería esa noche.
―La persona que recibe esos correos es quien debió enviar los mensajes de texto a mi gente, si tenía el código de seguridad para confirmar que las ordenes venían desde arriba, solo era cuestión de usarlo una vez. ―murmuré sirviéndome una copa de whiskey, la miré con una silenciosa pregunta y ella asintió, le serví un trago también entregándoselo por encima de la mesa, manteniendo una distancia prudente entre nosotros. ― ¿Has conseguido algo de esa otra cuenta?
―Aun no, el correo está protegido con una clase de código que me tomara un tiempo descifrar. ―musitó recargándose en el largo sofá de cuero, necesitaba el nombre de esa persona y estaba dispuesto a sacárselo a Nikolas si ella no lo conseguía pronto. ―Oh acabo de recordar, también envió un arreglo de rosas a esa dirección que me diste hace un tiempo.
― ¿Le envió rosas a Joaquín? ―exclamé levantando una ceja sorprendido, ella asintió tomando un breve sorbo a su copa y me pregunte que clase de plan había tenido Nikolas con algo tan simple como un arreglo floral. ― ¿Has logrado entrar al sistema de las cámaras en la casa? ―movió la cabeza de un lado a otro indecisa y me senté en un sofá individual esperando una mejor respuesta que esa, suspiró dejando el vaso sobre la mesa y me miró fijamente.
―Hay tres sistemas diferentes en la casa, el del jardín es un programa sencillo, las cintas están en su totalidad en el servidor, tengo a mi gente revisando los días acordados en el vídeo, hasta ahora tenemos una vista borrosa del momento en que fueron entregadas las rosas y la llegada de dos autos en el transcurso de la tarde, el problema es que los otros dos sistemas son los que dan a la entrada y al interior de la casa, los rostros de ambos visitantes están ahí. El programa en ellos es completamente diferente, hay una contraseña única y si se detecta una entrada externa o fallamos en un solo número del código, los vídeos se borraran en su totalidad. Y no tienen respaldos en la nube, es un sistema costoso que utilizan como protección de doble filo. Tienes pruebas si las necesitas, pero si tus enemigos tratan de obtenerlas, estarán jodidos. ―bufé llevándome las puntas de los dedos a las sienes, el proceso estaba resultando más largo de lo que esperaba.
ESTÁS LEYENDO
Sr. Bondoni
FanfictionPodemos pretender que somos buenas personas, fingir que somos capaces de amar y que esto no es más que un juego de poder, pero ambos sabíamos en que nos estábamos metiendo cuando te deje entrar en mi cama. Es mi lugar lo que deseas, lo vi en tus ojo...