Joaquín POV
Todas las preguntas fueron resueltas antes de que saliéramos de la sala de juntas, la familia esperaba que les diera instrucciones para responder a los ataques en nuestra contra, sin embargo, prefería mantener el tema privado por un tiempo, sabía exactamente a donde quería llegar, pero necesitaba todas las pruebas para llevarlos a perder la cabeza.
No quería matarlos y continuar con nuestras vidas, para personas como ellos que se metieron en un asunto tan conflictivo, la muerte era el castigo que anhelaban si llegaban a ser descubiertos, la mafia era conocida por sus métodos poco convencionales cuando se trataba de la tortura y cualquier enemigo prefería una bala en la frente a pasar por un verdadero martirio.
Después de todo lo que habían hecho no pensaba darles una salida fácil, quería hacerlos pagar uno por uno, para que la cabeza supiera que iba por él, por ahora iniciaríamos con Nikolas, Emilio lo tenía en un cuarto de tortura desde hacía días y seguramente sería divertido verlo cuando me consideraba muerto.
― ¿Han logrado sacarle algo? ―musité bajando las escaleras seguido de mi alfa y de uno los encargados de torturarlo, no todo el mundo se atrevía a formar parte de esa parte de la mafia, debías tener una personalidad bastante especifica para cumplir con las especificaciones del trabajo.
―No, se niega a cooperar porque sabe que lo mataremos una vez tengamos su testimonio. ―masculló el hombre con la voz suave y calmada, tan relajado como si estuviera hablando del clima.
―Al menos sabe lo que pasara al final. ―murmuré con una media sonrisa dirigida al hombre, éste asintió abriéndonos la puerta y el brazo de Emilio me rodeo por la cintura colocándose en medio de ambos, podía haber madurado en estos meses, pero Marcos siempre sería Marcos. Celoso y problemático.
Nikolas tenía una venda sobre los ojos, cuerdas sosteniendo manos y piernas a una silla y moretones que resaltaban en los lugares donde no llevaba ropa, así como manchas de sangre las prendas, era más resistente de lo que creía.
― ¿Quién está ahí? ―gruñó con la voz ronca y levantando el rostro como si pudiera vernos a través de la tela. ―Si no es Emilio, ya les dije que no diré nada. ―continuó con una inusual fuerza en su petición, era curioso como podía estar obsesionado con Emilio, cuando conocía a su destinado.
―No creo que estés en condiciones de hacer peticiones. ―murmuré esperando a que mi voz le calara hasta los huesos, la mueca en sus labios desapareció lentamente y sus hombros se tensaron, el regreso de la muerte siempre era interesante.
―Joaquín... ―susurró incrédulo jalando sus brazos casi asustado de estar atado, la última vez que estuve en estos cuartos fue para darle su merecido a su destinado y si tenían el mínimo de conexión, quizás supiera lo que sucedería ahora. ―No, él está muerto, ustedes quieren volverme loco. ―masculló con los dedos blancos por la fuerza con que se aferraba a la silla y jalaba las cuerdas.
―Quítenle la venda. ―exclamé sentándome en una mesa alta con las piernas cruzadas, Emilio me miró curioso, pero me encogí de hombros, la tortura psicológica servía mejor que la física en personas como Nikolas, aunque el destino siempre fuera el mismo.
La venda se deslizo lentamente por su rostro y cerró los ojos con fuerza acoplándose a la luz de la habitación, Emilio avanzó unos cuantos pasos hasta colocarse a mi lado, el hombre que lo torturo durante días se apartó dejando el camino libre para que pudiera verme y después de un par de parpadeos, Nikolas centró su mirada en mí. Tragó en seco perdiendo el poco color que le quedaba en el rostro y sus ojos se llenaron de algo parecido al pánico.
― ¿Cómo? ―la garganta rasposa y mirada consternada en su rostro me sacó una media sonrisa, sabía perfectamente que se había metido donde no debía. ―Es imposible, él te vio muerto, vio tu cuerpo. ―masculló negando rápidamente, con ansiedad en su voz.
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Sr. Bondoni
FanfictionPodemos pretender que somos buenas personas, fingir que somos capaces de amar y que esto no es más que un juego de poder, pero ambos sabíamos en que nos estábamos metiendo cuando te deje entrar en mi cama. Es mi lugar lo que deseas, lo vi en tus ojo...