EL PASADO SIEMPRE VUELVE

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Charly miró al cielo al cruzar la puerta de la prisión y respiro el aire limpio. Nunca volvería a ese infierno de nuevo. Ya había aprendido la lección. Era libre. Ahora solo quería recuperar a sus hijos y sobre todo el perdón de Yeimy. Necesitaba oírla decir que lo perdonaba. Que dejaba todo el pasado atrás. Todo el daño que nos habíamos hecho. No había un solo día en el que no recordara lo que pasó cuando lo visitó en la cárcel hace unos meses. Ni siquiera Charly sabía con claridad por qué pasó, ni cómo, pero pasó. Yeimy le gritaba que no iba a volver a verla en la vida, y tampoco a su hijo.

"Jamás volverás a vernos. Para nosotros no existes"-gritó Yeimy mientras le acusaba con el dedo- ¡Eres lo peor que me ha pasado en la vida! Lo único bueno que me diste fue nuestro hijo y a él también le hiciste la vida mierda. Jamás te perdonaré, eres una basura, Charly.

Charly sintió tanta rabia al oír aquello, rabia porque sabía que era verdad pero todo podía cambiar. Él había cambiado. Se lanzó sobre ella hasta arrinconarla en la esquina de la celda. Pensó que ella gritaría llamando a los guardias pero simplemente permaneció quieta, mirando sus labios. La respiración de Charly se hizo más pesada y agarró el pelo de Yeimy entre sus dedos, respiró su aroma, eso le daba paz, ella siempre le daba paz, incluso estando en guerra. Se acercó a su oído y susurró con voz ronca:

"Puedes decirme que no te volveré a ver jamás, incluso que me eches de tu vida... pero jamás, escucháme, jamás podrás echarme de ti, de tu piel. Estoy ahí tatuado. En cada parte. En estos labios deliciosos que extraño tanto... esos llevan mi nombre, princesa"-Charly esbozó una sonrisa traviesa al oír un pequeño jadeo de Yeimy contra su mejilla. Sentía que se le erizaba la barba solo con el roce de su aliento. Ella lo miraba con furia, le agarró la camiseta de tirantes por el pecho y él creyó que lo iba a empujar para alejarlo pero lo acercó y lo besó con fuerza y hambre. Charly no pudo evitar sorprenderse y retrocedió unos centímetros para mirarla a los ojos. La miró asegurándose de que aquello no era un sueño y que ella lo quería, lo deseaba. La levantó por las caderas y ella enrollo sus piernas en él, besándose sin aliento mientras la dejaba en el colchón sin soltarla, no había delicadeza, sólo ganas. Por un momento solo existían ellos en el mundo, daba igual que estuvieran en una celda mugrosa, en un colchón roto tirado, que estuvieran rodeados de policías y delincuentes, no importaba nada. Sólo importaba ese momento, ellos sumergidos en su caos perfecto, devorandose el uno al otro.

"Ella también lo sintió, sé que lo sintió. Lo deseaba tanto como yo" -dijo Charly en un susurro sin dejar de mirar al cielo más azul que podía recordar haber visto. Habían pasado 5 años desde que lo metieron preso y no tenía nada. Su fama estaba destruida, no tenía ni un peso, ni el amor de sus hijos, y Yeimy seguía diciendo que lo odiaba más que a su vida. Y ni hablar de su carrera como cantante, su música estaba en el peor momento. Pero eso iba a cambiar, tenía un plan. Charly estaba dispuesto a ser la mejor versión de si mismo para recuperar a todos los que amaba. Para regresar a las tarimas y recuperar su corona de rey. Y de paso recuperar a su reina. Costara lo que le costara lo iba a conseguir.

Yeimy sólo podía pensar en una cosa... ¿Qué le iba a decir a Juan? ¿Cómo le iba a decir que estaba embarazada de Charly otra vez? Ni siquiera se había atrevido a contarle lo que pasó aquel día en la cárcel.

"Acostarse con Charly quizás Juan podría llegar a perdonarlo, pero... ¿otro hijo suyo? ¡De Charly! ¡Del hombre que más odio en esta vida! ¡Es que parece un chiste! ¡Ni de broma, no jodás!"-Yeimy se hablaba al espejo intentado que pasara un milagro y todo fuera un mal sueño. "¿Que vas a hacer ahora, Yeimy? ¡Tenés que pensar algo!"

Yeimy escuchó la televisión de fondo y vio imágenes de Charly saliendo de la cárcel. Subió el volumen.

-¡No, no, no! ¡Ese hijueputa ya está libre! ¡Nada más me faltaba eso! ¡Una chimba todo!

Yeimy apagó la televisión y lanzó el mando contra el espejo.

"Podrás decir que esto es un error, y qué estamos enfermos, locos, lo qué querás, pero pasó porque seguimos sintiendo cosas el uno por el otro. Esta conexión, esta electricidad que siento cada vez que te veo no la sentí con nadie. Yo te quiero, Yeimy, y te quiero bien. Jamás volvería hacerte daño. Antes me muero. Déjame cuidarte, déjame estar contigo y demostrarte que todo puede ser diferente, que también puede ser bonito" -las palabras de Charly resonaban en su cabeza aumentando más su rabia y su odio. Esta vez no veía la salida.

-No sé qué voy hacer, esto no puede estar pasando. Otra vez no-dijo Yeimy sollozando entre sus manos. Se acurrucó en el suelo abrazando sus rodillas-No podés volver a mi vida. ¡No podés, Charly Cruz! ¡Basta! ¡No tenés derecho a hacerme esto! ¡No vas a volver a destrozarme la vida!-le pegó una patada con fuerza a la silla-

-¡Mamá! ¿Qué pasó?-Erik entró y la abrazó con fuerza intentado contenerla-¿Qué te pasa, ma?

-Charly salió de la cárcel. Ese cabrón ya salió de la cárcel. No voy a poder deshacerme de él. Él es mi castigo por todo el daño que hice. Siento que nunca voy a poder librarme de él. Qué siempre va estar acá. Ni siquiera estuvo 5 años preso-Yeimy sonrió con tristeza -Siempre gana, Erik, siempre. Estoy cansada de esto. Muy cansada. Esta historia nunca tendrá fin.

-Mamá, tenés que olvidarlo. Sólo te hace sufrir. Tenés que pasar la página, ma. Esto no te hace bien, olvídate de Charly, del pasado. Piensa en Juan, él te ama. Tenés una nueva vida, ahora sos la reina del flow. Céntrate en tu carrera, en tu éxito. Verás como el tiempo lo pone todo en su lugar. No te preocupés, mamá.

Yeimy lo abrazó con fuerza y por un momento pensó que Charly era el papá de Erik y no les había salido tan mal. Quizás otro bebé fuera una bendición, aunque el padre fuera Charly. Ahora podría disfrutar todo lo que le habían arrebatado con Erik, todo lo que se perdió, su infancia, su adolescencia. Todo. Ser mamá siempre había sido un sueño roto para ella. Incompleto. Ahora todo tendría que ser diferente. Se tocó la barriga instintivamente. Dentro de poco se empezaría a notar el embarazo así que tendría que tomar una decisión y rápido.

-¿Te sentís mal, mamá?-le preguntó Erik mientras miraba las manos en su barriga.

-No, no, estoy bien. Vamos a surround, ¿si? Necesito despejarme. Además tengo trabajo allá.

𝗦𝗜𝗘𝗠𝗣𝗥𝗘 𝗩𝗨𝗘𝗟𝗩𝗢 𝗔 𝗧𝗜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora