LAS CONSECUENCIAS

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Se apartaron jadeando para poder recuperar el aliento y se miraron a los ojos sonriendo. Como si ambos supieran lo mucho que habían esperado ese momento. Los dos sabían era una locura pero se sentía tan bien que no querían que acabara. Charly le acarició la cara, observándola, como si estuviera comprobando que aquello no era un sueño y luego la abrazó. La estrechó contra su cuerpo, sintiendo cada parte de ella. Respirando su aroma. Su pelo.

-Necesito sentirte así... Pegadita a mi, solos, quiero tenerte en la cama, arrunchaditos...-le dijo Charly susurrando en su oido-.

Eso descolocó a Yeimy, sabía que no estaba bien, sentía vértigo cada vez que Charly hablaba de estar juntos. Pero sentir sus brazos agarrandola así, abrazandola, rodeando su cuerpo, aquella sensación de paz que le daba, de tranquilidad, se sentía pequeña entre sus brazos y eso la aterraba. Le daba miedo que si se quedaba así, entre sus brazos no iba a poder escapar nunca más. Quedarse era lo más fácil. Dudó si abrazarlo, dudo mucho rato, pero finalmente dejó de pensar y actuó como lo sentía. Inclinó su cabeza hacia atrás para ver los ojos azules de Charly que la miraban con ternura, vió en ellos todo lo que necesitaba saber. Llevó sus brazos a su cuello para atraerlo más a su cuerpo y Charly la apretó, tanto que apenas podían respirar, pero eso no importaba. Ella metió sus dedos entre su pelo negro y estiró con fuerza antes de volverlo a besar. Lo necesitaba todo de él. Era incontrolable. Cuando estaban piel con piel nunca era suficiente.

-Yeimy... -susurró Charly en su oído- Perdóname-le dió un suave beso en el cachete y eso la hizo desmoronarse-.

-Charly no digas nada, shhh. Callate 5 minutos, enfócate simplemente en abrazarme, por favor-dijo en un tono casi de súplica y Charly la volvió a mirar a los ojos sin soltarla-.

-Pues que pena que me va tener que escuchar. Este que ve acá, se muere sin vos, este charly -se señaló a si mismo- No podría vivir en un mundo sin vos, antes me hago matar.

-Ay, ya. No hablemos de eso, Charly. Eso no es lo que quiero ahorita-cogió la cara de Charly entre sus manos para que la mirara-.

-¿Y qué querés? -Dijo Charly sonriendo y se inclinó para besarla- ¿Sabes que estaría bien chimba? Tenerte desnuda acá, pa ayer es tarde, princesa -Charly fue a devorar el vestido rojo pero Yeimy lo frenó-.

-¡¿Pero charly?! ¿¡Aquí?! ¡Estás loco! ¡No! ¡Pará! -dijo Yeimy poniendo sus manos en el pecho de Charly para frenarlo-.

-Yeimy... No me chimbies-le levantó el dedo- ¿Me vas a dejar con las ganas? ¿Con esta arrechera? ¡No me jodás, Yeimy! ¡¿Qué es este pecao, ome?! -levantó los brazos y los dejó caer en modo de protesta-.

-¡Échele hielico, Charly! -Yeimy aprovechó que le había soltado para alejarse y poder pensar- Charly, es que no me dejás pensar, me confundís todo el tiempo-lo miró de reojo y vió su pecho desnudo- ¡Ponete algo, Charly!-dijo ella nerviosa poniendo su mano en sus ojos para no verlo y Charly se rió-.

-A vos-dijo con la voz ronca- Voy a ponerte a vos encima-dijo Charly y la agarró por sorpresa y Yeimy pegó un gritó del susto-.

-Si querés gritar sé unas cuantas poses pa que lo hagás, princesa...

Yeimy quitó la mano de sus ojos y vió los ojos de Charly encima de ella, clavados en sus labios. Sentía sus manos por todo su cuerpo apretandola contra él. Podía ver el deseo en sus ojos, sentirlo a través de sus manos. Nadie le había hecho sentirse como lo hacía Charly, su voz ya encendía cada célula de ella.

-Cerrá la puerta-dijo Yeimy con la voz entre cortada por el deseo y Charly voló-.

Le costó un par de intentos cerrarla porque toda su atención estaba puesta en arrancar ese vestido y comerse lo que había dentro.

𝗦𝗜𝗘𝗠𝗣𝗥𝗘 𝗩𝗨𝗘𝗟𝗩𝗢 𝗔 𝗧𝗜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora