SI VOS QUERÉS, YO QUIERO

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Charly se apoyó en la puerta de la habitación donde Yeimy estaba buscando algo de ropa.

-¿Qué mirás?-dijo ella mirándolo parado en la puerta-.

-Algo divino-Charly esbozó media sonrisa y se pasó la mano por la barba sin apartar la mirada de ella-.

-¿De quién es esta casa?-Yeimy miró tras ella buscando alguna fotografía pero no había nada personal a la vista- Tampoco encontré nada de ropa.

-Entonces después no me venga a bufonear si aparezco beringo por la casa-dijo Charly advirtiéndole-.

-Ni se te ocurra, Charly-lo amenazó ella con el dedo-.

Él echó la cabeza hacia atrás para reírse y Yeimy se quedó mirando a Charly con cara de perro-.

-Tan querido vos-le dijo agarrando una de las almohadas blancas de la cama y se la lanzó-.

-Antes de que me saqués un ojo iré y cocinaré para vos, mi reina.

Yeimy lo miró sorprendida.

-¿Y vos desde cuando cocinás o qué?

-Bueno la cana lo cambia a uno, allí aprendí muchas cosas y cambié muchas otras aunque no me creás.

-No importa si te creo o no, Charly.  Si de verdad cambiaste lo mejor es que se lo demostrés a la gente a la que amás, a la que le importe, ¿entendés?

-Entonces lo que querés decir es que querés que te lo demuestre, que sea como más real, ¿no? ¿Necesitas que sea más claro, Yeimy? -le dijo Charly mientras se acercaba a ella despacio como un animal intentando cazar a su presa-.

-¡Charly, no des ni un paso más! ¡Quédate justo ahí!-Yeimy se subió a la cama y le amenazó con el dedo para que no se acercara pero no funcionó, normalmente con lo del dedo acusador era suficiente pero Charly era incansable-.

Charly rodeó la cama mientras reía mirándola parada encima de la cama apuntandole con el dedo. Le encantaba jugar pero más aún si era con Yeimy.

-¡Charly, dejame bajar de acá! ¡Solo te lo diré una vez!-le gritó Yeimy-.

-Yo no te agarro, princesa-y subió las dos manos para mostrárselas- Aunque si querés nos agarramos los dos contra esa pared-señaló la pared que había tras ella- ¡Es un chiste, Yeimy!-le dijo para que quitara la cara de susto- Si no querés, es una broma... Epa, pero si vos querés, yo quiero-le dijo esta vez apuntandole él con el dedo-.

Yeimy puso los ojos en blanco harta de él.

-Dale, bajate de ahí-le dijo Charly ofreciendo su mano para que bajara de la cama- En esta relación el inmaduro soy yo, ¿recuerdas?

-Prométeme que no va pasar nada con ninguna pared-le dijo Yeimy mirando la mano tendida de Charly-.

-Si vos no querés, no-le volvió a ofrecer la mano- ¿Entonces qué? ¿Pensas quedarte ahí subida para siempre?-Yeimy lo miró y agarró su mano de mala gana y bajó sin apartarle la mirada asesina-.

-No me fio de vos, Charly.

-Yo tampoco me fiaría, princesa-la miró juguetón y sonrió antes de desaparecer por la puerta y dejarla sola-.

Yeimy bajó por las escaleras de madera hasta el salón. Charly tenía lista la mesa con la cena. Estaba la habitación casi en penumbra.

-¿Las velas eran necesarias? ¿Tu amigo es pobre y no puede pagar la luz o cómo?-le dijo Yeimy señalando las velas que habían en el centro de la mesa-.

-¡Ya estás regañandome y aún ni has terminado de bajar las escaleras, no jodas!-le dijo Charly perdiendo la paciencia- ¡Sentate primero, cantaleta después!-señaló la silla para que se sentara y Yeimy se sentó refunfuñando-.

𝗦𝗜𝗘𝗠𝗣𝗥𝗘 𝗩𝗨𝗘𝗟𝗩𝗢 𝗔 𝗧𝗜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora