NUEVA VIDA

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Charly llegó a la casa de Yeimy tocando sin parar la bocina loco de contento.

-¡Apurate, princesa! -Charly volvió a tocar la bocina- ¡Hoy vamos a conocer al peladito! ¡Ay, ay! ¡El día va empezar bien bacano! -Charly tocó otra vez la bocina y Yeimy se asomó por la puerta gritando-.

-¡Querés parar con la bocina, Charly! ¡Ya vi que llegaste! ¡La puerta es de cristal, idiota!

-¡No jodas, Yeimy! ¡Alegrame un poco la jeta que vamos a conocer al peladito! -dijo Charly todo indignado torciendo la boca-¡Va ser una chimba! ¿Sí o qué?-le dijo poniéndose las lentes de sol-¡Su carruaje la espera, princesa!-Charly dió toquecitos con la mano al asiento del copiloto-.

Yeimy resopló y se subió al carro pero de mala gana.

-¿Por qué no puede ir cada uno en su carro? -preguntó Yeimy-.

-¿Por qué la gente toma si existe el guayabo? -dijo Charly y Yeimy lo miró mal- ¡Porque es divertido hasta que tienes guayabo!

-¿Y eso qué tiene que ver, Charly? -Yeimy lo miró cruzada de brazos-.

-Pues que con vos es igual, es divertido hasta que empiezas con la cantaleta-Charly se río y se protegió con la mano pero Yeimy le pegó igual-¡Estás embarazada! ¡Bajale a la violencia, omee! ¡No puedes ir agrediendo a la gente! -le dijo Charly serio pero se moría por reirse-.

-¿Podés prender el carro? Sería todo un detalle. Hágale pues.

-Vea, usted dice y yo hago.

Charly prendió el coche y fueron de camino a la consulta donde le harían la primera ecografía.

-¿Y qué pasa si es un niño? -dijo Charly sin quitar los ojos de la carretera-.

-Pues rezaré para que no se parezca a ti.

-¿Si o qué? En el fondo sé que te encantaría tener un pequeño Charly corriendo por todos lados. Llamándote mamá con estos ojitos azules. Te morís ahí mismo-la miró de reojo sonriendo-.

-Tan creído vos, bajate de la nube, Charly.

-¡Listo! ¡Te encantaría! -la miró a la cara pero Charly inmediatamente bajó su mirada al escote de Yeimy-.

-¡¿Qué hacés?! -Yeimy se puso una mano en el escote y con la otra señaló la carretera- ¡Mira al frente, baboso!

Charly volvió a echar un vistazo al escote.

-Están más grandes-dijo Charly de repente y Yeimy le lanzó una mirada asesina-.

-Son las hormonas, imbécil-Yeimy se cruzó de brazos intentado taparlo-.

-Es que eso está difícil, ni tapandolas así funciona-le señaló el pecho-.

-¿¡Querés cerrar la jeta, Charly!? -gritó Yeimy intentado cerrar el tema- ¡Mirá la carretera! ¡Hágale!

-Me gusta como te quedan esas hormonas-dijo Charly con media sonrisa pero Yeimy le dió con el bolso-.

-¡Oye que eso duele!

-¡Y a mi las tetas! -sentenció Yeimy-.

-Pero me dan ganas de bellaquear... -Charly la miró con deseo-.

-¡Charly o la cortás acá o me bajo del carro! ¡¿Podés comportarte como un adulto maduro por más de dos segundos?!

Charly prometió quedarse mudo sin decir una palabra y siguieron hasta la consulta en silencio. Allí les recibió la doctora que iba a llevar el control de su embarazo.

𝗦𝗜𝗘𝗠𝗣𝗥𝗘 𝗩𝗨𝗘𝗟𝗩𝗢 𝗔 𝗧𝗜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora