ENFRENTAR LA VERDAD

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-Mirá, ya está el triángulo completo-Juan le enseñó a Charly su teléfono, Yeimy llamaba-.

-¡Me tenés mamado! ¡Hablá claro de una vez! -Charly empezó a ponerse bravo-.

-¿Qué pasó, Charly? ¿Será que sos el último en enterarte? Seguro que Yeimy está retorciendose por dentro, odiando que ese hijo sea tuyo. Qué esté creciendo dentro de ella. Lo de papá siempre te quedó grande.

-¡No nombrés a mis hijos o no respondo! ¿Me oís? -se acercó más a Juan amanazandolo con el dedo-.

-¿Qué puede salir de ustedes dos? Una rata.

Charly no pudo controlarse más y se lanzó hacia él pegándole un puñetazo en el ojo. Juan no se quedó quieto y también empezó a golpearlo. Los coches que pasaban miraban la escena, algunos los grababan con el celular.

-¿Estás ardido o qué, carechimba? Vos siempre has vivido entre nosotros, nunca has podido retener a Yeimy, ¿sí o qué? Debe ser una hueva ser siempre el otro.

Juancho se quedó mirándolo con asco. ¿Qué podía decirle si tenía razón? Seguían respirando agitados, sin apartarse la mirada.

Yeimy pensó que se iba a volver loca en la casa encerrada. Eso de descansar no era para ella. Había intentado hablar con Juan toda la mañana pero no respondía el celular. Tenía como un presentimiento de qué algo malo iba a ocurrir, notaba una fuerte presión en el pecho. Yeimy buscó el número de Charly pero le saltaba el buzón de voz. Volvió a intentarlo varias veces y nada, los nervios iban cada vez a peor y empezó a sentir unas punzadas en el zona baja del vientre. Se sentó e intentó calmarse. Empezó a tocarse la panza en movimientos circulares como un autoreflejo para calmar al bebé.

-¿Qué va pasar con nosotros, pequeño? -le dijo con ternura a la panza sin dejar de acariciarla. Aún no era muy evidente el embarazo pero ya se podía apreciar un poco- Espero que no seas igual de culicagado que tu papá, con uno ya tenemos suficiente-sonrió ya más relajada y cerró los ojos hasta quedarse dormida-.

-¡YEIMY ABRIME! ¡SE ACABÓ ESTA VAINA!

Yeimy se despertó sobresaltada por los gritos del exterior. Se incorporó rápidamente y bajó las escaleras para ver que era aquel escándalo.

-¡YA ESTOY MAMADO! ¡YEIMY ABRIME!

Yeimy se quedó congelada al darse cuenta de que los gritos eran de Charly. Continuó caminando y lo vió tras el cristal todo golpeado y lleno de sangre.

-¡¿Charly, qué pasó? ¿Tuviste un accidente con el carro? ¿Qué?

Salió de la casa e intentó acercarse para ayudarlo pero el levantó las manos para que se detuviera.

-No necesito que me ayudés, sólo necesito que me digas por qué no me dijiste nada.

-¿Decir el qué, Charly? ¿Me podés decir qué pasó? Mirá como estás-Yeimy lo miró más detenidamente y nunca había visto así a Charly. Derrotado. Tenía los ojos rojos e hinchados como si hubiera llorado. Tenía una herida en la nariz y tenía sangre por todas partes, incluso en la camisa.

-Yeimy, ¡decime! ¡Por qué no me dijiste que estabas embarazada! ¡Qué yo soy el papá!-Yeimy lo miraba con expresión de terror, de querer salir huyendo de allá y no mirar atrás- ¿Sabes quién me lo dijo? ¿Quién me dió la enhorabuena? -Charly hizo una pausa para ver como reaccionaba ella pero no dijo nada. Solo seguía de pie con cara de pánico- ¡Una chimba! ¿No? Pero esto no acaba aquí, eh. No, princesa porque Juanchito aparte de romperme la jeta ya me pasó la nota de lo mucho que me desprecias, de lo mucho que me odias. Ah, también me informó de que preferirías ir al mismo infierno antes que tener otro hijo mío-Yeimy intentó que le saliera la voz pero Charly no la dejó seguir- ¡Pues te guste o no ese peladito también es mío! Y yo soy su papá y voy a estar con él-Yeimy dijo algo que Charly no llegó a escuchar- ¿Cómo?

𝗦𝗜𝗘𝗠𝗣𝗥𝗘 𝗩𝗨𝗘𝗟𝗩𝗢 𝗔 𝗧𝗜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora