※Capitulo 28※

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Y ahí estaba, pasando por novena vez por ese angosto pasillo de la universidad, completamente solo. Sus pasos se volvían cada vez más pesados y sin fuerza, se sentía lamentable, pero no lo demostraba. Y sí, se había cruzado muchas veces con Jungkook pero en todas lo ignoró.

Luego de lo ocurrido entre ambos, Jungkook lo buscaba por todos lados, intentaba hablar con él de todas las formas posibles, hasta reventaba su celular de tantos mensajes y llamadas, algo que lo hizo sentir peor, pues ahora su mente recapacitaba en que tal vez no debió reaccionar de esa manera, sin embargo, tenía miedo a salir lastimado.

Jimin era el agregado entre los tres, ellos eran destinados, y él solo la persona de la que Jeon se enamoró. Entre los tres, él era el propenso a salir más lastimado y aquello era lo que le aterraba.

Al parecer el peliazul se había hastiado de buscarlo, o también pudo haber tomado en consideración el consejo que le dió él mismo la tarde que se pelearon, pues, cada vez que lo observaba de reojo, este estaba junto a su destinado, y dolía, pero estaba mejor así.

Las lágrimas que soltó todas esas casi dos semanas lo tenían en un estado neutral y había perdido más fé en sí mismo, se decía en su cabeza que sí venció el cáncer puede vencer el desamor y más, por lo que trataba de mantener la mente positiva.

Jungkook por su lado no la estaba pasando bien, realmente sus ánimos bajaron y sus actitudes se volvieron más frías. Otra vez pasó de ser un chico tierno y amoroso a un alma sin vida y eso les preocupaba a sus amigos más cercanos, sin embargo en la vida de Jeon nunca han podido interferir.

Yeonjun no se despegaba de su lado y no es que Jungkook le prestara mucha atención, pero para el menor de los peliazulados, el solo saber que Jimin y Jeon seguían molestos lo hacía feliz.

Jimin y Jungkook eran dos esferas brillantes en su propio mundo, tal como la luna y el sol, y cuando estaban juntos se convertían en el más hermoso eclipse. Pero en ese momento, su mundo estaba apagado, no se encontraba brillo, y eso reflejaba sus sentimientos y sus ganas de ser uno solo otra vez.

El de gorros entró al estudio de prácticas y se sentó en el suelo dejando a su lado el bolso con sus cosas. Se tomó la cabeza con sus manos calmando el estrés y luego de respirar diez segundos se levantó decidido. Su baile para el recital era uno alegre y delicado, ¿Pero como podía expresar alegría con su baile si eso no es lo que siente?

Si no puede hacerlo, entonces no lo hará.

Y sí, era precipitado cambiar toda su rutina a solo una semana del recital, pero no le importaba, el baile es para expresar sentimientos a través de movimientos, y eso es lo que hará.

Ahora predomina el negro, y su baile sería igual.

Yoongi se miró al espejo por sexta vez en el día, es que todavía no podía creer que solo le quedaba un mechón de color menta en el cabello, casi se terminaba su espera  y su lazo se rompería

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Yoongi se miró al espejo por sexta vez en el día, es que todavía no podía creer que solo le quedaba un mechón de color menta en el cabello, casi se terminaba su espera  y su lazo se rompería.

Blue Hair ◎ Kookmin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora