Caminaba sin parar, sus pasos se tornaban más pesados al avanzar, parecía una completa tortura lo que estaba viviendo en ese momento. No podía ver bien, su vista se encontraba nublada por el exceso de lágrimas que querían salir de sus ojos, pero él no las dejaba.
El pálido se alejaba cada vez más de aquel evento que causó, se sentía satisfecho con lo que logró, aunque eso no hubiera sido para él, pero el amar a alguien es así, a veces solo debes dejar que el encuentre su propia felicidad. Yoongi suspiró tratando de disipar sus pensamientos mientras caminaba por aquella extensa plaza, sin embargo una fuerte punzada en su cabeza lo hizo detenerse.
Como pudo se acercó a un banco y sentándose en este intentó calmar aquel horrible dolor, pero ya sabía porque era. Con rapidez sacó su teléfono del bolsillo y con la pantalla de éste divisó su reflejo y observó como la única mecha mentolada casi terminaba de tornarse en blanco. Su corazón comenzó a latir con fuerza y su quijada temblaba por el llanto resguardado dentro de sí, pero no pudo aguantarlo por tanto tiempo ya que una lágrima traviesa se escapó de sus ojos.
Nadie me conoce aquí, así que si puedo llorar — pensó el pálido.
Con eso en mente se dejó llevar por su tristeza y por fin soltó todo lo que sentía por dentro. Usó sus manos para cubrirse la cara y apoyó sus codos a sus muslos porque sentía que en cualquier momento podía caer.
Lloraba como un bebé, las gotas gruesas de las lágrimas que brotaban de sus ojos ya comenzaban a mojar su pantalón. El dolor había pasado a segundo plano, todavía estaba ahí, sin embargo solo estaba pendiente de llorar por su miserable vida, la que el destino decidió para él, y esperó, esperó el momento que todo acabara, que se rompiera su lazo y que su cabello se mostrara totalmente acromático.
Pero, el destino siempre sabe lo que hace...
Por estar tan concentrado en su llanto no se dió cuenta que una persona tomó asiento a su lado, apenas pudo percibir cuando ésta lo rodeó con sus brazos dándole confort, Yoongi estuvo a punto de separarse hasta que esa persona habló.
— No entiendo como un chico tan lindo como tu esté en esta plaza llorando — reconoció la voz al instante. Era la chica extrovertida que había conocido en la biblioteca.
— Dahyun — dijo con voz decaída y su cara aún oculta por sus manos, no quería que lo vieran llorando — No te di el permiso de abrazarme.
— Tampoco te apartaste — respondió divertida estrechandolo aún más con sus brazos — solo quiero saber porque estas tan triste.
— ¿No ves mi cabello? — pensó un momento para seguir hablando — es blanco, no tiene vida al igual que yo.
— ¿Tu cabello? — Dahyun se separó y yoongi la pudo ver, estaba un poco más madura y con un lindo gorro en su cabeza, lo que no se esperaba Min era que ella lo tomará de sus mejillas y le diera un beso. El pálido se sorprendió al instante pero después de unos segundos no pudo evitar corresponder el beso, algo en ella era atrayente, por lo que no sólo fue un toque de labios sino que se permitieron probar a fondo el sabor del contrario.
Se separaron por la falta de aire, ninguno de los dos negaba dentro de sí que querían más. Yoongi se encontraba con sus mejillas sonrojadas, pues en ese momento sentía mucha vergüenza.
— Yo...
— Yoonie~ — El sonrojo de su cara aumentó al escuchar aquel apodo salir de la chica frente a él. Dahyun solo sonrió y lo observó detalladamente de una forma que el pálido no pudo entender — Tu cabello esta como siempre, ¿Que querías que viera? — Esas palabras confundió por completo al pálido y su corazón comenzó a bombear más rápido de lo normal. Observando la sonrisa de Dahyun tomó por segunda vez su teléfono y lentamente buscó su reflejo, y al ver su cabellera otra vez en su original tono menta todo dentro de él se descontroló.
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Blue Hair ◎ Kookmin
Ficción GeneralAl cumplir los 20 años de edad, el cabello de las personas se tornan de un color único, que solo comparten con las almas a la que están destinadas. Jungkook al llegar a esa edad tuvo la transformación y su cabello se coloreó en un azul intenso y vi...