※Capitulo 12※

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Ninguno de los dos podía explicar el huracán de sentimientos que abordaron sus cuerpos al solo tener un roce de labios. Aunque no se quedaron más en eso, si no que saliendo a la superficie del lago, sin separarse, profundizaron aquel beso que se quedaría como una marca en sus corazones y como un sello eterno en sus labios.

Sus cuerpos escurrían agua, desde el cabello de Jungkook hasta el usual gorro del más pequeño, mientras que las manos del peliazul sujetaban las caderas del contrario y éste tenía las suyas al rededor del cuello del mayor. No sabían cuanto tiempo habían pasado saboreando la boca del otro, pero sus pulmones ya pedían oxígeno, así que Jeon, con una leve lamida al labio inferior de Jimin se separó con sus ojos aún cerrados, no quería despertar de aquella fantasía.

El menor abrió sus ojos enfoncadolos en los de Jungkook y diría que claramente en su miraba se delata el amor con que lo veía, haciendo que su corazón brincara de la emoción.

— Jimin — Jungkook otra vez juntó sus labios en un pequeño y tierno beso. Sentía que necesitaba eso para poder tener la valentía para confesarse — Me gustas mucho, realmente no se como quedé tan enamorado de ti, siento que me has hechizado — el más bajo abrió sus ojos ampliamente, sonrojandose en el proceso, además sentía una oleada de sensaciones que lo ahogaban, haciendolo sentir mareado — Dirás que soy muy idiota, pero, me importa una mierda lo que el universo tenga preparado para mi, porque yo quiero estar contigo, y no me dolería perder el color de mi cabello si solo te tengo a mi lado.

Jeon sentía el corazón en la garganta. Tantas veces se repitió que nunca terminaría como su madre, pero ahí estaba, renunciando oficialmente a su destino, pues, pensaba sabiamente que el amor podía más que un simple lazo, y que el blanco no era un color tan malo después de todo.

El blanco significaba pureza, y la pureza de su amor por Jimin podía más que todas las paletas de colores existentes en el mundo.

Al contrario, Jimin no sabía que decir, no se esperaba para nada esa confesión, pero no iba a mentir, le gustaba, y a él tampoco le parecía un problema ir en contra del destino y el lazo del universo, solo por estar con Jungkook.

— Kook — habló suave, haciendo que el peliazul lo mirara con ojos brillosos y expectante a su respuesta — Tu también me gustas mucho.

Confesó, y la sonrisa que el mayor puso en su cara era de felicidad pura, tanto que se dejó llevar por sus emociones y tomando los muslos del menor, lo cargó logrando que éste por instinto rodará con sus piernas su cadera. Lo besó por tercera vez en el día, pero ese beso era diferente, ya que venía cargado de amor puro y sincero, sin lujuria de por medio, solo dos almas que a través de sus bocas se mostraban todos los sentimientos guardados en su corazón.

Aún estaban en el lago, lo que hacía que ese momento fuera más único y especial para ambos. Se separaron con unas tiernas sonrisas en su rostro y unas ruborizadas mejillas que hacían que el ambiente se convirtiera en un completo nido de amor.

— Ahora te tengo una pregunta — Habló Jungkook en tono suave. Jimin, sin dejar de ver los ojos del mayor, asintió indicándole a proseguir — Park Jimin, ¿Quieres que luchemos juntos contra el universo por nuestro amor? — El menor carcajeó al instante y Jungkook se destabilizó confundido.

— Creí que me preguntarías si quería ser tu novio — inquirió aún sin dejar de reír.

— Es lo mismo pero en otras palabras — dio un casto beso en sus gruesos labios — En fin, ¿Quieres?

Jimin pareció pensarlo serio cosa que descolocó a Jeon pero rápidamente volteó con una sonrisa para responderle.

— ¡Claro que sí! Señor Jeon — lo último lo dijo en tono de burla, pero no lo dejó responder porque ágilmente se abrazó a su cuello con ternura. Aún seguía siendo cargado por el mayor, sin embargo, eso le agradaba de sobre manera, seguro era muy pesado, pero sí Jeon no decía nada él menos iba a hacerlo.

Blue Hair ◎ Kookmin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora