•Capítulo Cincuenta y Tres•

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No podía levantarse de la cama, cuando lo intentaba sus piernas fallaban y caía de nuevo, eso la llevaba a llorar y llorar, a estrujar su pecho intentando alejar ese dolor.

—Mamá—lloraba— Mamá te necesito—sus palabras eran la viva imágen de alguien totalmente rota— Mamá...— entonces recordó que no habría alguien que la abrazara y la consolara porque en la noche, solo la luna la acompañaba.

Sé cómo la luna, decían, siempre está sola pero nunca deja de brillar, citaban... La luna tiene a las estrellas, ¿a quién tenía ella? Siempre se cuestionaba.

***

El desfile de invierno, las reuniones, los proyectos importantes, todo eso se fué a la basura, Marlowe no podía levantarse, no podía con ella misma.

Detrás de CámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora